Si en la despedida del 2014, la mayor de las Antillas confirmó la recepción de tres millones dos mil 745 millones de visitantes, en el primer trimestre de la etapa en marcha la cuantía de los viajeros ascendió en un 15 por ciento
Por LUZ MARINA FORNIELES SÁNCHEZ (Servicio Especial de la AIN)
Fotos: MARTHA VECINO/BOHEMIA
La playa de Varadero es uno de los principales destinos
turísticos de Cuba. (Foto: cubatravel.tur.cu).
Más allá de las cifras económicas y el comportamiento del flujo de arribos de viajeros, el 2015 se anuncia como un año de buenos resultados para el Destino Cuba en el sector del turismo.
Esta tendencia positiva del giro del ocio en el ámbito nacional empezó a dar señales tempranamente, cuando cerró el ejercicio precedente rebasando con creces el umbral de los tres millones de visitantes, una cota que se mostró esquiva por tres períodos consecutivos. Recién, el ministro de turismo, Manuel Marrero, describía así el panorama en la importante industria doméstica: "Cuba está en su mejor momento turístico".
Detrás de su apreciación hay un grupo de realidades y la validación de estrategias comerciales y promocionales que condujeron a una temporada invernal exitosa y auguran una campaña veraniega igualmente de valía.
El Parque de las palomas de San Francisco de
Asís tiene un especial atractivo
Si en la despedida del 2014, la mayor de las Antillas confirmó la recepción de tres millones dos mil 745 millones de visitantes -un récord que de seguro NO será de larga data- y la facturación de dos mil 700 millones de dólares, ya en el primer trimestre de la etapa en marcha la cuantía de los viajeros ascendió en un 15 por ciento. Tales incrementos obedecen, entre otros, a que el producto turístico local se ha perfilado, mejorado, con más hoteles de categorías y opcionales diversas de cara a las exigencias y expectativas de los disímiles segmentos y mercados; pero también a su actual desenvolvimiento en medio de un nuevo escenario internacional.
Sin falso optimismo, constituye una verdad palpable el hecho de que el acercamiento entre La Habana y Washington, ha provocado que muchas miradas se vuelvan curiosas hacia el “territorio prohibido”. Por ello, más clientes han alistado sus maletas y partido con este rumbo desde La Unión- claro, aquellos que clasifican en las 12 categorías autorizadas de momento-, que se suman a quienes desde otros confines del universo vienen cada vez más.
Coincido con colegas que consideran que Cuba está de moda. Y no solo por la incursión por estos lares de personalidades, hombres de negocios, directivos, alcaldes y celebridades norteñas, con abultadas fortunas y en condiciones de pagarse sus vacaciones en donde se les antoje.
Las plazas de La Habana son frecuentadas por
turistas nacionales y extranjeros
Cual cortinas descubiertas, este destino caribeño está haciendo valer sus atributos. Consciente de que, junto al confort exhibido por sus hospedajes, se requieren de más capacidades- hoy en día son más de 61 mil los cuartos disponibles, cifra que se elevará hasta 85 mil para el 2020-; más propuestas para satisfacer demandas de un amplio espectro y no cejar en el empeño de brindar un servicio eficiente, que pase a ser una cualidad habitual en el ramo estatal, conforme sucede en el incipiente sector privado, llamado a crecerse en su rol de complementación.
Mientras superior sea la gestión de este rubro, más competitivo será su accionar, que por ahora ubica a la Antilla Mayor como el tercer país que más turistas recibe entre las ínsulas del Caribe, superada por República Dominicana -en el primer escaño- y secundada por Puerto Rico, con cuatro y 3.2 millones de vacacionistas anuales, respectivamente.
Esos números y lugares podrían verse trastocados en el mediano plazo, si Estados Unidos levantara las restricciones para viajar a este destino y si se mantuvieran las tasas de crecimiento por encima del promedio que se están viendo al inicio de este 2015.
Pero ciertamente, el bloqueo de EE.UU. sigue vigente, como hace más de cinco decenios, por tanto para sus previsiones la nación antillana sabe que aún NO posee a su favor el mercado gigante de su entorno geográfico, del que sí disfrutan sus vecinos de la competencia intrarregional.
Así las cosas, las autoridades cubanas no se sentarán a esperar por la aprobación de la Casa Blanca para que sus nacionales puedan finalmente viajar -como lo refleja su Constitución- a su libre albedrío y dirigirse al verde caimán que los espera al sur; en tanto veraneantes canadienses, europeos, latinoamericanos e incluso del Lejano Oriente se les adelantan.
La estrategia es continuar entonces aprovechando todas las bondades naturales del archipiélago, sin obviar el atractivo propiamente de su gente, para que el actual mejor momento turístico, se establezca de manera permanente, siempre que sea posible, y de ninguna forma sea una coyuntura pasajera.
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