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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 13 de enero de 2016

Escasez en agromercados recibe inusual despliegue mediático

El déficit de alimentos provoca un alza en los precios en los mercados de libre oferta y demanda.

Cuba importa cada año alimentos por cerca de 2.000 millones de dólares.
Cuba importa cada año alimentos por cerca de 2.000 millones de dólares.
Foto: Jorge Luis Baños_IPS
La Habana, 13 ene.- El comienzo de 2016 en Cuba parece estar marcado por un acentuado desabastecimiento en los mercados estatales, elevados precios de viandas y vegetales en los comercios regidos por la oferta y demanda, quejas de la población y un inusual despliegue mediático sobre el problema.
Medios televisivos y radiales estatales, sitios digitales alternativos y hasta el oficial periódico Granma, se han hecho eco del asunto.
“Los mercados están vacíos. En Tulipán, antes de los más abastecidos en el municipio Plaza (de la Revolución), solo había plátano, calabaza y chopo”, “¿quién ha visto que un pepino cueste tres pesos?, no hay salario que aguante esto”, “todos los años pasa, ¿no pueden prever cosechas para enero?”, son expresiones comunes en las calles capitalinas por estos días.
Según administrativos de mercados estatales en La Habana, el desabastecimiento comenzó desde diciembre y se hizo crítico a inicios de año, por la falta de mercancía o la insuficiente cantidad en el abastecimiento de productos como el tomate, por demás, hortaliza de estación.
“Una libra de tomate cuesta 20 pesos (casi un dólar) es un abuso”, dijo Moraima Rodríguez, residente en el municipio capitalino Cerro.
Campesinos y dirigentes de cooperativas esperan por mejores condiciones para el campo.
Campesinos y dirigentes de cooperativas esperan por mejores condiciones para el campo.
Foto: Jorge Luis Baños
Los elevados precios del tomate, además de en La Habana, se repiten en las provincias de Matanzas, Camagüey y Granma, según indagó vía telefónica la Redacción IPS Cuba.
“No se trata de que rija la ley de la oferta y la demanda, como hay poca producción, los vendedores ejercen un monopolio de precios”, comentó un contador de una entidad estatal de planificación.
El trabajador lamentó que en la prensa no se aborden todas las causas de un problema sensible para la población.
Esta temporada la cosecha de tomate ha sido atacada por una fuerte plaga, lo que redujo considerablemente los rendimientos, según fuentes del estatal Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova.
Medidas implementadas por el ramo como la entrega de tierras en usufructo, el alza de los precios de venta al Estado y experimentos para la comercialización en La Habana, al parecer no han dado los resultados esperados.
La coordinación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños realizó el 11 de enero un llamado a los trabajadores estatales y no estatales, cooperativistas y sus familiares, sobre la necesidad de incrementar las producciones agropecuarias para disminuir los precios de venta a la población.
Algunas voces reclaman que el Estado tope los precios, pero la política oficial no favorece esta idea porque limitaría el incentivo de los productores. Por su parte, campesinos y dirigentes de cooperativas esperan por mejores condiciones para el campo.
Un presidente de una cooperativa de San Cristóbal, en la occidental provincia de Artemisa, explicó que no pueden visitar periódicamente a los campesinos porque carecen de un medio de transporte. “Mientras los intermediarios vienen en sus camiones y compran con efectivo lo que no fuimos capaces de llevar a los mercados estatales”, abundó.
Según publicó el semanario Tribuna de La Habana, el presidente de otra cooperativa, en la provincia occidental de Mayabeque, lamentó que algunos productores explotan solo algunas hectáreas de sus fincas porque esas cosechas vendidas a altos precios les traen suficientes dividendos.
Otros agricultores señalan que carecen de insumos como fertilizantes, maquinaria y sistemas de riego y de escasez de fuerza de trabajo, entre otros factores que atentan contra la seguridad alimentaria.
Analistas sugieren eliminar las trabas que frenan las fuerzas productivas, así como otras propias del escenario agrícola como deficiencias organizativas, mala planificación y baja contratación con el Estado.
“Tradicionalmente los mercados estatales –cuya cifra se ha ido reduciendo al pasar a cooperativas de servicios o en arrendamiento a cooperativas agropecuarias-, venden menos volúmenes de mercancía, pero sus precios hacen que haya más permanencia y calidad”, valoró un veterano comerciante.
En un intento para paliar los elevados precios, el Estado exoneró a los propietarios y usufructuarios de tierras del sector no cañero de la liquidación anual del impuesto sobre ingresos personales.
La ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, informó que a partir de 2016 se dispensará al personal contratado directamente en la producción agropecuaria del pago del tributo por la utilización de la fuerza de trabajo, en aras de estimular la producción de alimentos y que los precios no sigan subiendo. (2015)

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