Rachel D. Rojas • 26 de septiembre, 2016
LA HABANA. La empresa cubana Unión CUPET informó hace unos días sobre las exploraciones que se llevan a cabo por la empresa MEO Australia en el Bloque 9 y ofreció datos generales sobre la actual producción y consumo de petróleo en Cuba.
El pasado 29 de julio Progreso Semanal se hizo eco de la noticia publicada en el sitio Aling Research el 12 de julio de este año sobre la primera actualización que ofreció MEO Australia de sus actividades de exploración en el Bloque 9 cubano.
El reporte de la compañía australiana responde a la obligación de las empresas listadas en bolsa de publicar trimestralmente un informe con la información económica que debe ser pública para la correcta toma de decisiones del resto de los actores. Se trató, básicamente, de una evaluación técnica que detalla uno de los tres plays en tierra (offshore) identificados, centrándose fundamentalmente en uno que en potencia podría contener petróleo ligero a mayor profundidad. Todo esto se hizo a partir de información brindada por CUPET y de los nuevos estudios realizados en la zona.
Aunque también, como afirmó el Jefe Ejecutivo Peter Stickland, “la United States Geological Survey ha estimado que hay un potencial de alrededor de 4.6 billones de barriles de petróleo sin descubrir en norte de Cuba”, de lo que se deduce que también se utilizó información de otras fuentes.
Desde el pasado 29 de julio hasta el 15 de septiembre (49 días) ni CUPET o alguna otra autoridad cubana se había pronunciado sobre este reporte. Solo algunos medios nacionales, como Prensa Latina y Trabajadores publicaron una nota, así como el canal TeleSur. Pero en Trabajadores retiraron esa información pocos días después. Luego otros medios cubanos (Radio Habana Cuba, Escambray, etc.) también decidieron publicar.
Durante la reciente conferencia de prensa, los directivos de CUPET aclararon la “tergivesación o interpretación errónea”, según replicaron los medios nacionales, de que fue objeto el reporte publicado por la empresa australiana. Dijeron que “algunos medios digitales utilizaron incluso gráficos e imágenes originales del documento, así como frases fuera de contexto de entrevistas realizadas a directivos de MEO”, puesto que nunca se habló de un “descubrimiento probado”, sino que “indicaba solamente las potenciales reservas de esa zona petrolífera”.
Reporte de la Televisión Cubana del 19 de septiembre sobre el tema:
La constatación de que no se trataba de un descubrimiento probado, sino de un potencial estimado a partir de los estudios todavía en marcha, se obtuvo del mismo Jefe Ejecutivo de MEO Australia, Peter Stickland, en una entrevista exclusiva que nos concedió el pasado 5 de agosto.
El pasado 12 de septiembre la agencia de prensa UPI reportó la venta de parte de los intereses de MEO en un pozo potencialmente lucrativo en costas australianas con el objetivo de ayudar a financiar sus actividades en el Bloque 9 en Cuba. Este hecho también nos fue confirmado por Peter Stickland el pasado 19 de septiembre vía email: “MEO se enfoca más en sus esfuerzo en Cuba, así que estamos buscando partners para afrontar nuestras licencias en Australia, con el objetivo de reducir nuestros costos en otras áreas”, dijo.
Datos
Cuba produce, según cifras publicadas por MEO Australia, 70 mil barriles de crudo diarios. Otras cifras mencionadas por Stickland hablan de 80 mil. Incluso hay estimados más conservadores: 50 mil barriles diarios. En lo que casi todas las fuentes coinciden es en que se trata de alrededor de la mitad del consumo energético de la Isla.
En ese sentido Osvaldo López Corzo, Jefe de Exploración de CUPET, confirmó a la prensa nacional que “el 45 % de la energía eléctrica que se genera en la Isla depende de ese petróleo crudo; otro 14,1 %, del gas acompañante; un 3,7 % de la biomasa (centrales azucareros); y apenas un 0,8 % de energías renovables”.
Producción de petróleo en Cuba. Imagen tomada de Cubadebate. Fuente: CUPET
No obstante en otro reporte sobre la misma conferencia se especifica la producción de petróleo de Cuba es suficiente “para suplir el 48 por ciento de la demanda de electricidad en la red nacional”, no el 45 por ciento.
El mismo funcionario dijo luego en la televisión nacional que la producción satisfacía un 60 por ciento del consumo:
Se informó además que “el 99 % de la explotación petrolera nacional se concentra en la llamada Franja norte de crudos pesados (FNCP): un área de 750 kilómetros cuadrados situada entre La Habana y Varadero (Matanzas)”.
La empresa cubana explicó que la explotación petrolera en la Isla se divide en un total de 45 bloques en tierra y aguas someras, de los que se encuentran contratados cuatro.
De ellos, en la Cartera de oportunidades de Inversión Extranjera de 2016 en Cuba, se ofrecen en el sector energético “25 bloques disponibles, delimitados a lo largo del territorio nacional, exceptuando las zonas urbanas y algunas zonas de exclusión en áreas protegidas o reservadas para otros intereses priorizados por el país”.
Cartera de oportunidades para la inversión extranjera en Cuba, 2016.
Mientras que en la información primera de Cuba Bussines Report se habla “de un total de 59 bloques con licencia disponibles”, situados en la Zona Económica Exclusiva del Golfo de México. De ellos, “casi la mitad fueron contratados a empresas procedentes de Australia, Brasil, Canadá, China, India, Malasia, Noruega, España, Venezuela y Vietnam”.
En otras ocasiones, cuando una exploración de este tipo se produce, aun con sus limitaciones la prensa nacional ha informado al respecto. Se dice porque no se trata de un anuncio menor.
El silencio mantenido durante más de un mes en este caso, tanto por parte de las autoridades y medios oficiales cubanos como por otros grandes medios que por lo general tienen abundante cobertura sobre Cuba, más aún luego del 17D, es cuando menos ineficaz.
Tal y como afirmó el profesor Luis A. Montero Cabrera: “Los más interesados en esta noticia somos los cubanos y debemos ser los primeros en saberla con sus pros y sus contras, responsablemente. Nuestros especialistas deberían comentarla desde todos los puntos de vista, el científico, el comercial, el político”.
Se trata, en última instancia, de un derecho elemental a la información oportuna y exacta. Especialmente en un país con un proyecto social que prioriza la propiedad estatal por encima de cualquier otra, y que por ende está obligado a rendir cuentas sobre cómo se utilizan los recursos que en teoría le pertenecen al pueblo.
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