Una cooperativa en Artemisa, provincia que colinda con La Habana, extiende los cultivos de la resistente gramínea.
Artemisa, Cuba, 2 sep.- El sorgo, un alimento de consumo humano y animal que comienza a ser conocido entre los agricultores de Cuba, gana adeptos por sus grandes rendimientos, capacidad de adaptación a las condiciones climáticas locales y sustituir cultivos que deben ser resguardados del vandalismo.
“Es un cultivo que se adecua más a la temporada de lluvia. Tiene muy buen comportamiento, con bastante grano y no le teme a las temperaturas altas”, indicó Abelardo Álvarez, presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Antero Regalado, de Artemisa, provincia que colinda con La Habana.
El sorgo (Sorghum spp) es un género de unas 20 especies de gramíneas oriundas de las regiones tropicales y subtropicales de África oriental. Se cultiva en su zona de origen, Europa, América y Asia como cereal para consumo humano, animal, en la producción de forrajes y para la elaboración de bebidas alcohólicas y escobas.
Su resistencia a la sequía y el calor lo convierten en una alternativa importante en regiones áridas y suelos degradados donde son inviables otras siembras.
Ventajas del sorgo
El valor energético del sorgo es un poco inferior al del maíz. Resulta más rico en proteínas pero más pobre en materia grasa.
Este grano resiste mucho mejor que el maíz las altas temperaturas. Y es capaz de sufrir sequía durante un período bastante largo y reemprender su crecimiento cuando cese la escasez de agua.
Prefiere suelos sanos, profundos, no demasiado pesados. Soporta algo la sal y se desarrolla bien en terrenos alcalinos.
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A Álvarez, le preocupa el acceso a la maquinaria imprescindible para cosechar el sorgo.
“Se dice que (las autoridades agrícolas) garantizarán la maquinaria porque obligado hay que cosecharlo con máquinas. El pasado año lo hicimos por mediación de equipos traídos de otros municipios”, dijo.
“El destino principal es utilizar el sorgo como alimento animal para sustituir importaciones, una de las líneas estratégicas de la agricultura. Para ello, están contratadas las 50 toneladas previstas para la campaña de 2016”, sostuvo el también productor.
“Además, el cultivo da a los agricultores una nueva posibilidad de ingresos, con menos gastos”, valoró.
A su juicio, de no ser por el sorgo, para sustituir las importaciones de alimento animal, la cooperativa debería sembrar grandes cantidades de boniato a riesgo de obtener producciones excesivas.
El grano se cotiza a buenos precios y se comporta bien en los suelos de Cuba, detalló el presidente de la CCS, quien pasó a la historia por ser uno de los participantes en el encuentro entre empresarios cubanos y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante su visita a La Habana en marzo pasado.
Tal vez gracias a las propias ventajas del sorgo, se multiplicaron en breve tiempo los productores de la gramínea, al menos en esta cooperativa.
“Cuando comenzamos eran solo dos o tres cultivadores, el año siguiente fueron seis y ahora 12 personas lo producen en sus fincas”, describió.
“Es un cultivo que permite preparar la tierra con facilidad para la campaña de frío, que son los meses más importantes. Luego del corte, la masa vegetal que queda se incorpora al suelo y lo enriquece”, sostuvo.
Uno de los mayores argumentos para elegir este cultivo por sobre los tradicionales radica en una causa insospechada.
“La gente se roba el maíz, pero no el sorgo”, explicó el presidente de la CCS.
Aseguró que, en la actualidad, uno de los rubros que más tributa al incremento de los costos en la producción agrícola corresponde a la guardia nocturna en los campos.
“En las fincas se nos hacen casi irrentables algunos cultivos por la cantidad de dinero que se paga para protegernos del delito de hurto en los campos”, aseveró.
“Las malangas, que se cosechan a los doce meses, ya hay que ponerles guardia a partir de los cinco meses. Al plátano, que está cuatro o cinco en cosecha, hay que vigilarlo todo el tiempo, al igual que la papa”, ejemplificó.
Cuba desarrolla varios programas para garantizar la alimentación animal sin depender de las importaciones.
Aunque una de las vías es el incremento de la producción nacional de maíz, se potencian otros cultivos, entre ellos el sorgo. (2016)
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