Durante muchos años hubo una lucha encarnizada entre el capitalismo y el comunismo. El objetivo era conseguir que uno de los sistemas se impusiera sobre el otro. La caída del muro de Berlín simbolizó la victoria del capitalismo sobre el comunismo. Pero, ¿cuáles eran sus principales diferencias?, ¿eran sistemas incompatibles?
Para ver dichas diferencias habría que hablar de cuatro áreas: sistema político, organización de la economía, propiedad privada y clases sociales.
Sistema político
Una de las diferencias entre ambos tipos de regímenes es el sistema político. En el capitalismo impera la democracia, mientras que en el comunismo existe una dictadura del partido Comunista. Sin embargo, se puede argumentar que el sistema capitalista no conlleva necesariamente la existencia de una democracia, ya que durante años han coexistido dictaduras con sistemas capitalistas, como fue, por ejemplo, en España.
Organización de la economía
En el capitalismo la oferta de bienes y servicios se rige por las leyes del mercado. Es éste el que indica qué se debe producir y a qué precio. El comunismo, por el contrario, sigue las directrices de la planificación central. Evidentemente, el sistema comunista corría el riesgo de producir cosas innecesarias que no fueran demandadas por los consumidores. Pero el sistema capitalista no se guía únicamente por las fuerzas del mercado: la política monetaria está controlada por instituciones de marcado carácter político. Además, gran parte de la economía se rige bajo los presupuestos generales del estado, que también podría ser considerado como una forma de planificación centralizada.
Propiedad privada
En el capitalismo los medios de producción han sido de propiedad privada, en el comunismo de propiedad pública. Pero esto no ha sido siempre así. El capitalismo ha convivido con empresas de propiedad pública, como, por ejemplo, el antiguo INI español. Eran empresas cuyos ejecutivos eran elegidos políticamente y que desarrollaban actividades que no podían ser cubiertas por la iniciativa privada. Por otro lado, uno de los argumentos más poderosos a favor del capitalismo es que, cuando existe la propiedad privada la eficiencia se incrementa, porque la propiedad que es de todos al final no es de nadie.
Clases sociales
Según el comunismo no deberían existir las clases sociales, como existen en el capitalismo, en función de la relación que se tenga con el proceso productivo. Es decir, los bienes materiales se deberían distribuir según las necesidades y no según los méritos. Evidentemente, esto puede repercutir negativamente en la productividad por una menor motivación a la hora de producir. Pero, ¿no existen en los países capitalistas unos sistemas fiscales redistributivos que intentan asignar los bienes no en función del mérito sino de la igualdad? ¿No presta el estado servicios, como la salud y la educación, de manera igualitaria entre todos los ciudadanos, sin tener en cuenta sus ingresos?
Síntesis
Pretender argumentar que el sistema capitalista y el comunista no son antagónicos es estar fuera de la realidad. Pero es innegable que no existe ningún sistema puro, y que todos tienen características de uno o de otro, en distinta medida. Por eso tiene lógica que, ideológicamente, se defienda no un sistema totalmente capitalista o comunista, sino un sistema con más características del capitalismo o del comunismo.
China es un ejemplo claro de lo argumentado hasta aquí. ¿Cómo es posible que conviva un sistema comunista con un mercado y empresas capitalistas? Pues bien, porque China no es ni capitalista ni comunista, sino un híbrido de ambos.
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