Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Edilberto Carmona Tamayo, Ismael Francisco
En este artículo: automoviles, Cooperativas, Cuba, Economía, Fotografía, Ministerio de la Construcción (MICONS), Sector no estatal
26 octubre 2018
Surgidas en 2014 como parte del proceso de actualización del modelo económico y social cubano, las Cooperativas no Agropecuarias se han ido insertando en los flujos económicos del país, y de su experiencia hoy pueden recogerse aciertos y desaciertos.
A cuatro años del inicio de este experimento, Cubadebate inicia con este reportaje una serie de trabajos que pretenderán acercarse a la experiencia de esta nueva forma de gestión.
Se hace camino al andar
Si se observa de reojo por quienes transitan la carretera que conduce hacia el Reparto Abel Santa María, mucho no ha cambiado en el lugar. Solo la mirada atenta de quienes conocen lo que allí se acomete puede apreciar verdaderamente el significado de la Cooperativa AUTOCHAPT.
Ni el desgaste de años de explotación de los automóviles, ni la fatalidad de un accidente, impiden que se haga la magia. El sudor y el sacrificio bien valen la pena para estos hombres que desde las primeras horas de la mañana no encuentran descanso hasta ver los resultados de su labor. Reconstruir un auto “a veces desde cero”, no es tarea fácil.
Más de cuatro años han pasado desde que Osmany Batista Díaz y 44 trabajadores emprendieron el camino hacia un nuevo modelo de gestión, ese que en su criterio, no solo ha permitido obtener mejores dividendos para los asociados, sino que constituye una alternativa viable para el desarrollo económico del país.
Creada en el año 2014, AUTOCHAPT es una cooperativa adscrita al Ministerio de la Construcción. Proveniente del sector estatal y dedicada a la chapistería, pintura y tapicería de carros, cuenta con una amplia demanda respaldada por la calidad de sus servicios.
“Iniciamos operaciones contables en junio de 2014. Antes éramos una Unidad Básica de Talleres del MINCONS, por lo que surgimos de manera inducida. Pasamos del régimen estatal al experimento con 44 socios, pero actualmente tenemos 197. Este crecimiento se debe a las necesidades propias de nuestros clientes, fundamentalmente los de la capital”, expresó mientras recorría el lugar Osmany Batista Díaz, presidente de la Cooperativa.
A pesar de la amplitud de los talleres de la entidad, no hay espacios vacíos. Cientos de carros enfilados ocupan cada lugar del recinto, divido en pequeños planteles especializados.
“La cooperativa tiene 5 talleres de chapistería, uno de tapicería y otro de mecánica. Comenzamos en un local pequeño, pero la alta demanda nos obligó a expandirnos”, comentó.
Desarrollar este tipo de organizaciones colectivas impone grandes retos; se trata de una forma diferente de gestión, por lo que exige concebir de manera distinta cada etapa dentro de la dinámica del trabajo.
“Tenía experiencia como director de empresas, y quise eliminar cosas del sistema estatal, pero también tomar otras. Para mí fue un privilegio tener esa formación y no reniego mi origen. Creo que a la empresa le falta todavía mejorar en la atención al hombre y ese es un asunto priorizado para nosotros”, agregó Batista Díaz.
El secreto
Un promedio de 130 carros salen cada mes de los talleres con el logotipo de AUTOCHAPT, y alrededor de mil 600 órdenes ejecutadas en el año son los dividendos concretos de esta cooperativa, que en 2017 facturó casi 72 millones de pesos y aportó 21 millones 600 mil pesos al Presupuesto del Estado. El costo por cada peso ganado fue de 0,73 centavos.
“El anticipo promedio es de unos siete mil 500 pesos, pero eso responde a los buenos resultados del trabajo. La gente se alarma o se asombra por estos ingresos pero creo que si el dinero es lícito y sale del esfuerzo del trabajador, por qué negarlo. Nuestros socios se sienten motivados”, enfatizó el presidente de AUTOCHAPT.
Una encuesta realizada este propio año por estudiantes de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana lo confirma. Según el estudio, el 85,2 % de los socios se sienten motivados o comprometidos bajo el régimen de gestión actual. Entre tanto, más del 96 % reconoce la importancia de la estimulación moral individual.
En esta cooperativa la distribución de los anticipos funciona por actividades productivas.
Según explicó a Cubadebate Osmany Batista Díaz, en tapicería ellos tienen un coeficiente sobre lo que tienen tazado, “se cobra 250 CUC por tapicería, y luego se le resta el gasto de material que paga el operario. Al resto se le aplica el coeficiente, que aquí es el 20 por ciento. Existen coeficientes para cada actividad”
En este sentido añadió que la junta directiva de la cooperativa gana el dos por ciento de la producción. “Siempre que cumplan el sistema de evaluación del desempeño se le paga el dos, si no cumple se penaliza y se paga el uno por ciento”.
“Aquí tenemos un esquema donde prima la estimulación y el compromiso. Esta premisa va desde la alimentación hasta los medios de protección. Garantizamos desayuno, merienda y almuerzo y hacemos énfasis particular en el uso de los medios de protección en las áreas laborales”, detalla.
Condición reconocida por el secretariado nacional de la CTC en el año 2016, tras otorgarle el aval de Centro Protegido, un movimiento que desde hace varios lustros impulsa la central obrera.
Con el overol rojo que los caracteriza, Dennis García Hurtado, jefe de producción y sustituto del presidente, recalca que se labora bajo un Sistema Integrado de Trabajo que “inserta el amparo a la salud. En este sentido, adquirimos los medios de protección adecuados para cuidarnos del polvo, el ruido o los gases de nuestros productos. A nosotros no nos conviene que el operario se nos enferme porque se interrumpe el trabajo”.
Según explican los miembros de la junta directiva, con las propias utilidades también se apoya a la comunidad. Así lo demuestran las intervenciones en el círculo infantil del barrio y dos hospitales cercanos.
“Para mí en lo particular es muy importante que nuestros socios no se desconecten de su entorno social, a veces las personas ganan mucho dinero y se enajenan de su realidad. Uno debe atender las necesidades materiales del hombre pero a la vez, no se pueden menoscabar los valores del ser humano”, confesó el presidente de la cooperativa.
Los socios tienen palabra y acción
Como señala el Decreto-Ley 305 “De las Cooperativas No Agropecuarias”, de 11 de diciembre de 2012, la decisión colectiva e igualdad de derechos de los socios es otro de los fundamentos básicos dentro del funcionamiento de esta forma de gestión. De esta manera se promulga que ellos son los que deciden las políticas económicas y sociales de la cooperativa, todos con el mismo peso en la toma de decisiones, pues a cada uno de ellos les corresponde un voto.
“El mayor peso de las decisiones lo tiene la asamblea. Uno puede proponer la liberación de un socio por indisciplina, pero si la asamblea no lo aprueba entonces no se ejecuta. Tenemos incluso una comisión para este propósito”, detalló el presidente.
Por su parte, Rolando Hernández Acosta, sin desprenderse de sus herramientas de chapistero, comenta que “ los socios tienen palabra y acción. Puedo asegurar que cada taller lo armamos con nuestras manos. En la asamblea tenemos derecho a opinar y cada acuerdo se somete a votación, desde el anticipo hasta la compra de un equipo. La junta propone y la asamblea dispone”.
Según refieren otros asociados, cada dos semanas se efectúa un matutino para informar sobre “el cumplimento productivo”, y aunque la rendición de cuentas del presidente y la junta directiva se realiza trimestralmente, allí también se ventila cualquier dificultad.
“La asamblea de socios se realiza por trimestres y se chequean el cumplimiento de los acuerdos y el plan de producción. Además cada área rinde cuenta de manera rotatoria y se aprueban o no nuevas inversiones, cuestiones relacionadas al pago o cambios en la nomenclatura de los socios”, acotó Osmany.
Quizás sea esta propia fórmula la que también atrajo a Yoennis Velázquez Cruz. Proveniente del sector cuentapropista, como muchos de los que hoy se desempeñan en la cooperativa, cree que mientras que todo funcione de esta manera será más ventajoso vincularse a este tipo de asocación. “Llevo tres años y medio y el sistema me satisface. Tenemos un plan de producción a cumplir y a partir de ese momento se miden los resultados”.
Piedras que siguen rodando
Para entender la estructura de gastos de la cooperativa, hay que tener en cuenta tres elementos que intervienen en la formación del precio de la producción: la mano de obra, el gasto en materiales y la transportación y equipamientos.
Es quizás el segundo punto uno de los más complejos que enfrenta AUTOCHAPT en sus años de funcionamiento.
A actividades específicas, como las de chapistería, pintura y tapicería que desarrolla la cooperativa, a veces se complica la adquisición de lijas, gases y aparejos. Según nos explican tienden a adquirir los materiales en mayoristas como Almacenes Universales, SASA, CIMEX, bajo la máxima “no puede ser que no exista”, pero reconocen que en ocasiones han enfrentado serios problemas para adquirir ciertos materiales.
“Hemos tropezado en diferentes momentos con disímiles cosas. En otras cooperativas de la construcción el cliente le suministra todos los recursos y las cooperativas le pone la fuerza de trabajo, nosotros no. En el caso nuestro hemos hecho negocios con Mercedes Benz para la recuperación de las ambulancias de la capital, ellos nos venden los materiales para ese fin. En el caso de Transtur nos facilitan los materiales y en el caso del Mariel también nos suministran recursos, sobre todo para los carros que trabajan en ese lugar. Ellos ponen la liquidez a través de las importadoras pues nosotros con el CUC no podemos comprar nada. Ese es sin duda el problema más duro que tenemos”, evaluó Osmany.
Ante la falta de un mercado mayorista y como un atenuante a las necesidades de este sector, a partir del 2 de mayo de 2016, entró en vigor una norma que permite a las cooperativas no agropecuarias y cuentapropistas en sistema de arrendamiento comprar los insumos directamente a las entidades productoras y empresas mayoristas, con lo que corporaciones como Cimex, Copextel, Seisa, Acinox, comenzarían a tributar logísticamente a estos actores de la economía nacional.
“El descuento del 20 % funciona, pero con serias limitaciones. Se encarecen muchos los productos, ahora mismo hay déficit en el área de la tapicería. Ni el vinil, ni la espuma están en Cuba y si lo solicitas a través de las comercializadora hay que demandarla por SASA y se demora. Entretanto, los recursos disponibles en la red minorista son insuficientes. Creo que debe haber un responsable o mecanismo para agilizar esto”, acentuó.
El ser tan dependientes de los recursos o el financiamiento de los clientes a los que les presta servicio, ha limitado un tanto la realización de trabajo a particulares por parte de la cooperativa; y aunque reconocen no discriminar a ninguna sector, es muy complicado hacer un contrato con un “particular”.
“Nosotros no tenemos restricción para dar servicios a ningún sector, pero como son hoy las empresas las que suministran los recursos no podemos dar servicio a los particulares. Estamos tratando de hacer un contrato con el seguro, para mediante esta vía contratar con el resto de las personas”, confesó el presidente de AUTOCHAPT.
Según pudo constatar un equipo de Cubadebate, la obsolescencia tecnológica con la que se trabaja también impacta negativamente en el desempeño.
“Nuestro equipamiento es muy viejo y estamos convencidos que contar con máquinas más nuevas nos ayudaría en la productividad del trabajo, pues no es lo mismo soldar una plancha con acetileno que con C2 que daña menos y protege al trabajador. Todo eso se importa y muchas veces los recursos nos llegan atrasados. Es importante avanzar en este sentido para proteger el medio ambiente y cuidar la salud del trabajador”, García Hurtado.
Otro tema que proponen revisar es el tiempo de que dispone la cooperativa para hacer socio a un trabajador contratado. “En solo tres meses no se puede evaluar a nadie. A veces ha pasado y nos equivocamos. Aquí tenemos una comisión en cada taller y eso ha fallado. Incorporamos a alguien y luego no nos da los resultados esperados”, advirtió Batista Díaz.
No ha sido fácil tampoco para las cooperativas insertarse como una forma más que aporta igualmente a la economía nacional. A inconsistencias con la obtención de los materiales en el mercado mayorista, se le suma la tendencia en algunos sectores a no entenderlas como una forma de gestión integrada al perfeccionamiento del modelo socioeconómico del país.
“Los sistemas contables de AUTOCHAPT -abunda el presidente- lo llevan empresas estatales, así como el sistema de la calidad. Igualmente tenemos contratos con otra entidad sobre el tema de la protección. En el caso de la contratación a TCP solamente son para cosas muy específicas por su alto grado de especialización. Sin embargo, a veces hemos querido hacer convenios con determinadas empresas y te dicen que NO, porque no somos del Estado”.
Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución reconocen como una forma de gestión no estatal, válida para ser implementada en la economía cubana en los próximos años, las cooperativas no agropecuarias.
En su discurso ante el VII Congreso del PCC, el General de Ejército Raúl Castro llamaba a la reflexión, en torno a las deficiencias que aún subsisten en la experiencia de las cooperativas no agropecuarias. Identificar y corregir a tiempo los problemas y estudiar las experiencias son dos puntos vitales en medio de la puesta en marcha de este experimento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario