La industria metalmecánica cubana, desde el decenio de los noventa, se ha visto lacerada por el deterioro de las instalaciones, la subutilización de capacidades, el éxodo de la fuerza técnica y la falta de mantenimiento.
Para subsanar tales deficiencias y oxigenar este renglón vital de nuestra economía, el Ministerio de la Industria (Mindus), de conjunto con el Ministerio de Economía y Planificación (MEP), ha implementado desde mayo del 2013 la política para el reordenamiento y uso eficiente de máquinas herramientas y equipos en la economía nacional.
Un diagnóstico integral realizado por especialistas del Mindus en el año 2010 concluyó que el estado técnico del equipamiento instalado en Cuba era deficiente. De un total de 72 780 máquinas y equipos, solo el 34,7 % presentaba un estado técnico bueno; el 44,5 % funcionaba de forma regular y el 20,6 % se encontraba en pésimo estado. Se reportaron fallas como: la obsolescencia del equipamiento, la baja utilización del parque y su dispersión en tres Organismos de la Administración Central del Estado (Oace), la existencia de más de 16 000 medios paralizados, entre otras muchas limitantes que frenaban el desarrollo industrial del país.
Al unísono, el Ministerio ejecutó un inventario de todas las máquinas herramientas y equipos con que contaba el país. Esta práctica develó que el parque estaba distribuido de la siguiente forma: 127 144 máquinas y equipos se encontraban instaladas en producción, otras 17 363 eran explotadas en talleres de mantenimiento y apoyo; unas 1 671 se hallaban en los talleres herramentales, mientras que un total de 6 427 estaban dispuestas en centros de enseñanza.
Una vez señaladas las principales deficiencias y hecha la relación por sectores y entidades de las máquinas herramientas y equipos, se procedió a la implementación de la política. El objetivo fundamental fue, desde un principio, definir prioridades y sistemas de trabajo para elevar el uso de las máquinas y equipos, impidiendo así el deterioro y desmantelamiento indiscriminado del parque.
Para ello, se trabajó y aún se trabaja en el reordenamiento, revitalización y modernización del parque existente, en aras de garantizar mejoras en las condiciones productivas, tecnológicas y de organización que conlleven al desarrollo paulatino del sector metalmecánico.
En este sentido, la política persigue en esencia dos propósitos: primeramente, reorientar a corto plazo las producciones metalmecánicas para asegurar demandas prioritarias de la economía y de las nuevas formas productivas, y, transversalmente, explorar nuevas formas organizativas y de complementariedad, enfocadas en la concentración integral de recursos y capacidades tecnológicas; para ello se tiene en cuenta la especialización, la cooperación y el encadenamiento entre las fábricas productoras (estatales y no estatales), los talleres de apoyo, la industria local y las nuevas formas de gestión, de modo que sea factible elevar la productividad y reducir los costos.
Asimismo el plan de trabajo correspondiente a la materialización de este colosal ejercicio puntualiza como líneas de acción las siguientes:
Definir prioridades del reordenamiento y perfeccionar la planificación por objetivos para el desarrollo eficiente de la actividad;
Diseñar procedimientos y procesos económico-financieros que favorezcan un reordenamiento eficiente y eficaz;
Desarrollar la logística y la infraestructura tecnológica, con medidas que garanticen el aseguramiento material;
Diseñar el esquema de organización empresarial para la actividad de fabricación, reparación capital y comercialización;
Establecer las regulaciones técnicas y tecnológicas para la eficiente explotación del equipamiento;
Desarrollar los procesos de formación, captación, retención y desarrollo de los recursos humanos requeridos.
MAQUIMOTOR, MONCAR, Y REFRIGERACIÓN Y CALDERAS
En el despliegue de la política resultan cruciales tres empresas especializadas. Aunque no son las únicas que tributan a la estrategia, estas tres casas representan sus cimientos y se ratifican como pioneras en el fortalecimiento de sus servicios en todo el país, así como en el incremento y calidad de las reparaciones y servicios de mantenimiento.
De acuerdo con el informe del Mindus referente a la política, en el año 2017 Maquimotor, como encargada de los servicios de sostenibilidad de máquinas herramientas y equipos, creció un 167 % en relación con los 3 708 servicios realizados en el 2016. Esta empresa mantiene la alianza con China para la modernización y revitalización de máquinas con sistemas de control numérico (CNC), que permite la reconversión a CNC de 28 máquinas, mientras otras ocho se encuentran en proceso. En sus distintas sedes fueron fortalecidos los talleres de fabricación de piezas de repuesto, de pizarras y de enrollados.
Por su parte, RC, empresa encargada de ejecutar el programa de salas de Calderas, ha alcanzado la certificación de más de 60, luego de la implementación de la política, lo que se traduce en una reducción del consumo de combustible no menor al 8 % de lo que consumían antes de aplicarse las reparaciones, mantenimientos y sistemas de explotación y control.
Asimismo, la eficiencia de Moncar es palpable en números. En esta empresa se evidencia un incremento del 23 % en las reparaciones generales y medias, muy superior a las 3 525 realizadas en el 2016. Otros avances tangibles en esta entidad son el ensanchamiento de su capacidad para la producción de montacargas (200), y los primeros pasos en el desarrollo del montacargas eléctricos.
Toda vez que esta triada de empresas realza su importancia para la correcta implementación de la política de reordenamiento y uso eficiente de máquinas herramientas y equipos, nuestro diario dedicará otras páginas al funcionamiento e impacto de la estrategia en cada una de ellas, así como su aporte en la cooperación interempresarial.
PIEZAS DE REPUESTO
La producción nacional de piezas de repuesto a partir de la implementación de la política mantiene un crecimiento sostenido y poco a poco ha ganado espacio en la satisfacción de la demanda total de piezas en el país.
Sin embargo, esta gestión se ha visto limitada históricamente por la falta de financiamiento para las importaciones, lo que implica una atención diferenciada al desarrollo de las producciones nacionales. Los niveles de ahorro que garantiza esta actividad frente a la importación de piezas justifican la necesidad de lograr un aseguramiento oportuno de los insumos y materias primas con que cuenta el país, así como la modernización de la maquinaria existente.
Independientemente de los resultados que se han obtenido, la explotación de las capacidades instaladas que posee hoy la industria metalmecánica es baja como consecuencia de la falta de fuerza de trabajo calificada, la escasez de útiles de corte, insumos y materiales para la producción, el desfavorable estado técnico de la maquinaria, así como la carencia de tecnologías 3D para el diseño, entre otras limitaciones.
La política se inclina particularmente hacia la solución de estos problemas, y en correspondencia con los resultados obtenidos hasta la fecha con respecto a la fabricación de piezas de repuesto, ha redimensionado sus líneas de acción. Entre estas directrices se encuentran el trabajo directo con el MEP para el perfeccionamiento del plan de piezas de repuesto y su correspondiente respaldo financiero; la coordinación pertinente con el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex) para asegurar que existan en plaza los metales y útiles de corte necesarios; la realización de cortes parciales (trimestrales), que permitan definir con tiempo suficiente lo que se incluiría en el plan actual o se pospondría para el plan del próximo año; y priorizar la realización de inversiones que potencien la fabricación de piezas de repuesto.
Otra arista a la que se le imprime especial empeño, a propósito de la producción de piezas de repuesto, es el programa de modernización y transformación de los tornos rusos y búlgaros en tornos CNC. Para el desarrollo de dicho proyecto las instancias que rigen la política están inmersas en un proceso de evaluación de posibles negociaciones.
En este orden, también es prioridad la adquisición del equipamiento para el desarrollo de la ingeniería inversa experimental con la empresa Cedema, de modo que sea posible incorporar las experiencias adquiridas en China en el 2017 sobre la preparación del personal en estas técnicas.
EL RASTRO
Como el objetivo fundamental de la política es reordenar las capacidades de la industria metalmecánica para su mejor aprovechamiento, el funcionamiento del rastro se antoja pieza clave dentro del engranaje de esta actividad. Hasta la fecha, el único rastro habilitado para la venta de máquinas y equipos se encuentra en Villa Clara, cuando lo ideal sería contar al menos con uno de su tipo en el Oriente, el Centro y el Occidente del país.
Al cierre del 2017, según versa el informe general de la política, el rastro villaclareño vendió o reordenó 185 máquinas y equipos, todos a personas jurídicas (CCS, CPA, fondo de bienes culturales, cooperativas no agropecuarias y empresas estatales). Este dato supera en un 25 % a las 148 del 2016.
Por el momento, la venta a personas naturales continúa paralizada por la inexistencia de canales autorizados de comercialización de insumos (metales y utillajes) para la explotación de las máquinas compradas.
De manera general, el espectro de entidades visitadas por los gestores del rastro, con vista a la captación de equipamiento para la venta, resulta insuficiente y poco representativo del potencial real de la oferta existente en el país.
Las principales insuficiencias que han incidido en la labor de esta entidad recaen en la vaga divulgación de la Resolución No. 108/2015 del Mindus, así como de la existencia, funciones y potencialidades del rastro; la tardía incorporación de Divep y sus unidades empresariales de base al trabajo de la política de máquinas herramientas; la insuficiente disponibilidad en el rastro de equipamiento (montacargas fundamentalmente) para trasegar equipos de más de 2,5 toneladas de peso y de herramientas especializadas para el desanclaje de máquinas herramientas captadas.
RESULTADOS ACTUALES
De acuerdo con los datos ofrecidos por el MinduS, al cierre del primer semestre del 2018, la recuperación de las salas eficientes de calderas se vio paralizada y no se cumplieron las reparaciones generales y medias, lo que representa el 33 % del plan del año. Este descalabro se debe fundamentalmente al bajo nivel de cumplimiento de las importaciones previstas (12,2 %). Por la misma causa, el plan de mantenimiento de las cámaras frías se incumplió al 41 %.
Por otra parte, se terminaron de modernizar diez máquinas, lo que representa un cumplimiento del plan de reparaciones al 70,3 %.
Asimismo, se cumplió el plan de reparaciones del año al 62 %, a pesar de que no se ha recibido financiamiento para las importaciones. La fabricación de montacargas nuevos solo alcanza las 44 unidades de un plan de 200; se estima llegar a la cifra de 75 montacargas nuevos, a partir de la importación de metales para la fabricación de los chasis.
Además, se desarrolló el prototipo de montacargas eléctricos, con un componente físico de producción nacional del 40 % (chasis, contrapesos y sistema hidráulico) y en valores de un 8 %. El plan de importaciones para la sostenibilidad de los montacargas es de 1,46 millones de USD, y no está asegurado, lo que pone en peligro el futuro estado técnico de estos equipos.
La producción de piezas de repuesto mantiene su crecimiento sostenido. Este año, al cierre del primer semestre, el plan de producción de piezas de repuesto presenta un cumplimiento del 50,7 % del plan del año, o sea 3,4 millones. Sin embargo, el pronóstico total de cierre, a partir de lo informado por las OSDE, es de quedarse al 99 %, algo que depende del comportamiento del aseguramiento de los insumos y que suscita atención imperativa en esta etapa para lograr el cumplimiento y sustituir parte de las importaciones.
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