Cómo la "arrogancia llevará a la caída del imperio" estadounidense
© AP Photo / Hasan Jamali
EEUU debería repensar sus intereses nacionales por el bien d
e todos, advierte el historiador estadounidense Hunter DeRensis. La política de guerras no declaradas de Washington no solo es ilegal, contraproducente y desestabilizadora, sino también dañina para las finanzas de EEUU.
En su reciente artículo para la revista The American Conservative, DeRensis recuerda que la deuda estadounidense se aproxima a los 22 billones de dólares. Esa cifra ya supera el PIB anual de la economía más grande del mundo. Mientras, el déficit pronosticado para 2019 ya creció hasta los 985.000 millones. Esto indica que EEUU tiene la mayor deuda en la historia y sigue incrementándose a niveles preocupantes.
Tarde o temprano esta situación tendrá que llegar a su final, advierte el autor del artículo.
Cuando el mundo deje de creer en la capacidad de EEUU de pagar sus deudas y las tasas de interés de la deuda pública se vuelvan insoportablemente altas, Washington se verá obligado a reducir drásticamente su presupuesto, incluido los gastos de defensa, lo que básicamente significará la caída del "imperio estadounidense". Para evitar este desenlace, el historiador recomienda jugar proactivamente.
"Es mejor traer a casa a las tropas bajo nuestros términos que esperar que la crisis de la deuda lo haga por nosotros", advierte DeRensis.
En palabras del autor, lo único que detiene a los políticos de intentar escapar de esta trampa financiera es la infundada fe de que la quiebra de EEUU es imposible. Técnicamente, la Reserva Federal tiene el poder de imprimir artificialmente tantos dólares como sean necesarios para pagar sus deudas. Pero este tipo de hiperinflación privaría al dólar de cualquier valor y cargaría con la economía global que comercia con la moneda estadounidense.
Pero en vez de preocuparse por construir un estado de bienestar dentro de EEUU, los neoconservadores se esfuerzan por mantener al mundo en un constante estado de guerra. "No hay debate, no hay que sopesar las opciones y no hay elección", se lamenta DeRensis y sostiene que "nuestras guerras no declaradas no solo son ilegales, contraproducente y desestabilizadoras para las regiones extranjeras, sino que también son desestabilizadoras financieramente para nosotros".
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