Como han expresado varios compañeros, todos esperamos que las decisiones en las próximas sesiones de la Asamblea Nacional sean o avancen la reforma económica en la dirección marcada por los principales documentos aprobados en los últimos congresos del Partido y en los espacios abiertos por la nueva Constitución. Debemos esperar, pero no olvidar que a pesar del carácter de estos documentos (sobre todo el de la Conceptualización) hay también mucha resistencia burocrática y conservadora con influencias en muchos lugares, son también parte de la realidad.
A todo lo que por años hemos debatido, propuesto, etc se añade ahora la muy difícil coyuntura internacional, ahí están sus primeros efectos: desabastecimientos, dificultades en el funcionamiento de las empresas (tanto del sector estatal como no estatal por falta de abastecimientos), aumento de la presión migratoria, etc. En mi opinión, los efectos adicionales de esta nueva y más compleja coyuntura es una razón adicional para avanzar en la reforma y no lo contrario.
El impacto de la dualidad monetaria (por referirnos solo a uno de los puntos críticos del debate) además de sus principales consecuencias como la imposibilidad de realizar los análisis económicos adecuados sobre costos y rentabilidad, poder fomentar las exportaciones y la sustitución de importaciones, establecer mejores incentivos, etc, tiene ahora otro factor diferente al que tuvo en sus inicios cuando se despenalizó la tenencia y circulación del dólar en 1993, entonces el mercado en divisas estaba obligado a mantener cierta oferta debido a que era el mecanismo directo para recuperar las divisas que necesitaba la economía nacional (Tienda de Recuperación de Divisas se le llamó a una parte importante de esa red), la introducción del CUC (medida positiva si se maneja cuidando los equilibrios adecuados), permitió separar la “recuperación de divisas” de la garantía de cierto nivel de oferta en bienes y servicios, puesto que esa recuperación se realiza en la CADECA y no en la red de tiendas (aunque sin dudas la falta de oferta conduce a la población a atesorar en dólares y por lo tanto a dejar menos USD en la CADECAs, ya hemos hablado en otros artículos sobre los millones de dólares que salen sistemáticamente del país para traer al mercado paralelo mercancías casi imposibles de conseguir en la red de tiendas establecidas). Además de que las presiones por la falta de divisas conduce a descuidar los equilibrios y hacer emisiones de CUC sin el adecuado respaldo en esas monedas internacionales con lo cual se deprecia el valor de este en el mercado paralelo de divisas que estos desequilibrios estimulan.
En la práctica lo que ha sucedido es que en lugar de que el nivel de abastecimiento y mayor eficiencia de los mercados en CUC se fueran generalizando en un mercado integrado con una moneda, son los desabastecimientos y falta de eficiencia de los mercados en CUP los que se han ido extendiendo en toda la red comercial.
Sintetizando y esperando las necesarias y en mi opinión, impostergables decisiones, lo que quiero decir con este breve texto es que es necesario avanzar para la superación de estas distorsiones dañinas, avanzar con integralidad y coherencia. Al argumento de que lo esencial es incrementar la productividad y la eficiencia la respuesta es que de eso se trata precisamente cuando expresamos la necesidad del avance integral de la reforma, sin este proceso no hay pasos seguros hacia una economía más eficiente y a una sociedad más dinámica e incentivada. Los llamados del discurso político si acompañan a las medidas necesarias son de un impacto real, efectivo, práctico, si lo hacen sin la presencia de estas son prédicas en el desierto.
1 de Abril 2019
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