En
la revisión que siempre realizo al finalizar el año de documentos recibidos
mucho antes, me encuentro uno que me sorprendió, titulado “EN ESTADOS UNIDOS
ESTALLARÁ UNA GUERRA CIVIL QUE CONDUCIRÁ AL FIN”, del año 2009, que en sus dos
primeros planos se expresa lo siguiente:
“Hace
diez años, Igor Panarin, Decano de la Facultad de Relaciones Internacionales de
la Academia Diplomática de Rusia, pronosticó
que a más tardar en el otoño boreal de 2009, a consecuencia de una
crisis económica en Estados Unidos, estallará una guerra civil que conducirá a
la división del país en estados independientes.
En ese entonces la declaración de Panarin, fueron interpretadas como el
argumento de una novela de ciencia ficción, pero actualmente algunos elementos
de sus predicciones parece que pueden ocurrir”.
“En
una reciente entrevista a Panarin, el diario Izvetia pone a juicio de los
electores la opinión del experto en torno a cómo puede evolucionar la situación
actual, con pronósticos tan o más controvertidos que los pronunciados hace una
década. En su entrevista Panarin expone los motivos que obligará a los Estados
Unidos a imponer una hipotética reforma monetaria, que será fatal para el resto
del mundo, opina la élite política a que pertenece el presidente electo
estadounidense Barack Obama, y también explica por qué a Rusia le conviene
tener relaciones amistosas con China”.
De
seguido, el documento expone las preguntas y respuestas de la entrevista. Como
se atestiguó posteriormente, parece que todo fue una bien o mal intencionada
historieta que no tuvo incidencia alguna, ni causó ninguna preocupación, sólo,
pienso yo, las burlas, las super-críticas y alguna que otra trompetilla.
Pero
como nunca se debe dudar de que se destapen situaciones extrañas, absurdas o
inauditas en esa nación, tomando en cuenta su trayectoria de sólo dos siglos y
medio, me interesé en analizar con detenimiento e intuición lo que este
académico vislumbró para llegar a esa conclusiones tan disparatadas, y me
encontré con ciertas reflexiones que NO PARECEN MUY ALOCADAS. Veámoslo a
continuación:
La
deuda externa de los Estados Unidos ha crecido y crece con la dinámica de un
alud (…) y esta situación no es otra cosa que una típica pirámide financiera que
irremediablemente se derrumbará.
Estados
Unidos no puede desempeñar la función de regulador mundial, pues están China,
con sus enormes reservas y Rusia, país que puede desempeñar un papel de
regulador en el entorno asiático y europeo.
En
la reciente Cumbre del G20 en Washington, que promovió la propuesta de crear
una arquitectura nueva en las relaciones internacionales, en las que el FMI
tendrá un protagonismo especial, pero necesita dinero; los participantes
pidieron recursos a China y Japón.
China
es el principal acreedor de los Estados Unidos e influirá en la política del
FMI.
Los
problemas financieros de los Estados Unidos se agudizarán (…) aumentarán los
precios y el desempleo.
Sobre la división de la élite
política de Estados Unidos.
No
del todo se refiere a las diferencias
entre Demócratas y Republicanos. Existen dos grupos o clanes. Los “GLOBALISTAS”, que siempre han
considerado que había que vencer a la Unión Soviética, como punto de partida
para controlar el resto del mundo, y esa es su meta.
Los “PATRIOTAS”, que aspiran a la
prosperidad del país.
En
ambos CLANES militan tanto políticos del Partido Demócrata como del Partido
Republicano.
SUS LÍDERES SON:
Globalistas: Dick Cheney, Vicepresidente.
Condoleezza Rice, Secretaria de Estado. Patriotas: Robert Gate, Secretario de Defensa. El
Director de la CIA, Michael Hayden. El Director de Inteligencia Nacional,
Almirante Michael McConnell.
Y
sobre la pregunta: ¿Qué tiene que hacer Rusia para evitar las convulsiones que
puede provocar el colapso de los Estados Unidos?
Desarrollar
el Rublo como moneda de circulación regional. No dilatar más la creación de la
Bolsa de Hidrocarburos, para vender crudo y gas en rublos.
HASTA AQUÍ UNA PARTE ESCOGIDA DE TODO
EL DOCUMENTO.
Independientemente
de que este alegato pasó a la historia sin mucha trascendencia y solamente sale
a la luz como en mi caso, creo que nos debe dar pie para reflexionar y
vincularlo adecuadamente a los momentos actuales en que se desenvuelve y
evoluciona el actual gobierno de los Estados Unidos, que todo hace indicar,
muestra síntomas inequívocos, no de una rápida trasmutación hacia un
desmoronamiento físico y social, pero si
del surgimiento de serias y peligrosas conmociones internas.
Estas
perturbaciones se harían más indeseables
y arriesgadas, si como creo, el actual mandatario, Donald Trump, resulta
reelegido en las próximas elecciones de noviembre del 2020.
En
este sentido, también recuerdo lo expresado en un interesante artículo del
compañero Jesús Arboleya Cervera, en Progreso Semanal, el 28 de febrero de
2018,que en una de sus partes en relación con este tema expone: “Donald
Trump no ganó por el apoyo mayoritario de los electores de su país, por
ser el preferido de grandes consorcios o la prensa, ni siquiera por ser bien
visto en su propio partido, sino gracias
a la enorme fragmentación de la
sociedad norteamericana (…)
Sus declaraciones y políticas, incluyendo sus famosos tweets, no hacen otra cosa que ESTIMULAR UNA DIVISIÓN QUE SIRVE COMO
MECANISMO DE MANIPULACIÓN SOCIAL.”
La
continuación de todo este maremágnum de verdaderas condiciones adversas y
divisionismo, deben traer como colofón lo que sería una tragedia social que
afectarían los dos elementos que han COHESIONADO hábilmente a esa sociedad, tan heterogénea y dispar, que al decir de los
entendidos del sistema y de los fundamentos esenciales instituidos en el quehacer diario son: EL CONSENSO SOCIAL Y LA OPOSICIÓN LEAL.
Se
conoce que en el caso particular de los Estados Unidos, el debilitamiento de
esta propiedad puede llegar hasta la fragmentación de la sociedad, creando enclaves, bastiones, bolsones o
guetos, en los cuales priman las concepciones de grupos y no los de la sociedad
en su conjunto, fomentando el INDIVIDUALISMO Y LOS ANTAGONISMOS por criterios
estrechos; síntomas que muchas veces incitan a fraccionar la sociedad (1)
Y es
así cuando aparece lo que los insignes tanques pensantes consideraron sería la
fórmula mágica y magistral para nunca más descender a situaciones tan graves y
peligrosas que pudieran hasta dividir al país: EL CONSUMISMO, pasando a ser el pegamento que mantenía (y mantiene
actualmente),esos atributos.
Ahora bien: ¿Sería entendible y
concebible que ese monstruoso y extravagante imperio pueda estar dependiendo
eternamente de esa peculiaridad social, como es el CONSUMISMO, con el propósito
de que no se debiliten esos rasgos básicos, y no verse envuelto en una posible
ESCISIÓN DEL PAÍS?
Y por otro lado, ¿Será posible que estemos
viviendo una etapa tan dramática e indeseable en que la actual administración
norteamericana, con esa forma tan anárquica y caótica de gobierno, más el
fortalecimiento de las políticas neoliberales, las ideas xenófobas, racistas,
supremacistas y fascistas, esté conduciendo a la nación por cauces en que
pudiera predecirse una eventual y catastrófica división territorial interna?
EN RESUMEN: todo hace indicar que el
académico Igor Panarin no estaba tan alucinado con su teoría; pudiera ser más
bien que haya pifiado en el tiempo.
La Habana, 2 de enero de
2020. “Año 62 de la Revolución”.
JULIO SERGIO ALCORTA FERNÁNDEZ.
(1) Ramón Sánchez Parodi:”E.
Unidos a la luz del Siglo XXI”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario