Se puede
enseñar a gobernar bien o mejor se puede enseñar a aprender a hacerlo bien?
“Los que
se oponen al capital pueden ser muy numerosos, pero solo pueden triunfar si
están unidos por la organización y guiados por el saber” (Carlos Marx)
PRECISAR Y
DEFINIR.
Cuando se
busca en la extensa bibliografía existente sobre el tema de ciencia y gobierno
aparecen dos tendencias. Una que se refiere a la gestión de las diferentes
ramas de la ciencia, tecnológicas, biociencias o Ciencias Sociales por ejemplo.
Se considera una especialidad que en unos casos se denomina Cienciología y en
otros política científica. No es otra cosa que la aplicación de la ciencia de
la administración al sector del trabajo científico. Aquí aparecen asuntos que
se refieren con los presupuestos asignados por el estado a esta esfera o las
particularidades del desarrollo de los diferentes sectores de la ciencia.
También los aspectos relacionados con las líneas que orientan la realización de
los doctorados.
La otra
tendencia la integran las fuentes que están referidas a las formas en que los
gobiernos utilizan la ciencia para fundamentar el proceso de decisiones del
estado. Es decir: la aplicación concreta de los principios del trabajo
científico a la actividad gubernamental. Sus respuestas se orientan a estas dos
preguntas: qué gobernar? Y ¿cómo gobernar?
La primera
se refiere a la extensión o zona de control del estado sobre la sociedad y la
segunda a los mecanismos institucionales y sus criterios de selección del
personal que va a trabajar en el funcionamiento del gobierno. Son aspectos
decisivos en la determinación de los niveles de eficacia del trabajo del
estado.
Este será
el tema principal de este texto porque define la calidad de los resultados del
primero, es decir la del funcionamiento de las diferentes ramas de la ciencia.
Nuestras reflexiones se basarán en las experiencias cubanas obtenidas en la
década de los 80. No en el aspecto de la asesoría y sugerencias para mejorar el
trabajo de los ministerios –como ilustramos en artículo anterior sino en tareas
de la regulación y control directo de su actividad. Pero antes es necesario una
breve introducción histórica.
RELEER A
LOS CLÁSICOS.
La idea de
que las personas que tienen la responsabilidad de gobernar un país deben poseer
ciertas cualidades específicas ya apareció en la antigua Grecia. Venía asociada
a otra: los gobernantes debían utilizar a aquellos ciudadanos que poseían un
alto nivel de conocimientos y cierta sabiduría para entender el comportamiento
humano. Los romanos continuaron esa tradición de pensamiento. En las culturas
desarrolladas en Asia también pudieran citarse concepciones semejantes. La
cultura grecolatina a la que pertenecemos ha sido pródiga en obras que se
dedican a este asunto.
En la
medida en que las formas tradicionales de ejercer el poder se han hecho
ineficaces-socialismo y capitalismo- se han abierto mayores espacios a las
crisis de gobernabilidad con diferentes niveles de intensidad. Entre los
factores causales se mencionan principalmente dos: 1) la extensión de las redes
sociales a amplias capas de la sociedad lo cual hace más difícil a los
gobiernos ocultar verdades desagradables, y otra la masificación de la
despolitización de mayores sectores de la ciudadanía, principalmente los
jóvenes. Ambos están asociados al auge de los movimientos de derecha a escala
internacional.
Se aprecia
por tanto una tendencia en no pocos politólogos a buscar en los clásicos las
respuestas a las incógnitas que plantean los problemas del ejercicio del
gobierno. Se releen las obras de los griegos Platón y Aristóteles y los romanos
Cicerón y Plutarco. Sobre todo este historiados romano cuya obra VIDAS
PARALELAS dedicada a describir los
estilos de gobierno de varias decenas de
emperadores romanos-unos 50- se considera un texto repleto de agudas
observaciones sobre los métodos de gobierno ,tanto los positivos como los que
no lo fueron .
No son
pocos los especialistas en el tema de gobernabilidad que reflejan una suerte de
decepción globalizada ante los lamentables desempeños de la clase política
–tanto en el norte como en el sur-ocasionadas por las insuficiencias éticas y
técnicas de sus dirigentes.
¿Cómo
reaccionar ante esta crisis? ¿Quién tiene el poder de perfeccionar los sistemas
políticos? Dónde pueden encontrarse modelos o fuentes de inspiración? Son
preguntas que expresadas de una manera o de otra se encuentran con frecuencia
en los estudiosos del tema (1) que tratan de explicar este regreso a los
clásicos del pensamiento político.
Un clásico
contemporáneo: Charles P. Snow.
Este
sociólogo y novelista inglés ofreció en 1960 un ciclo de conferencias en la
universidad de Harvard con el título de Ciencia y gobierno (2) Se editaron
posteriormente en forma de libro en varios países y se convirtió en texto de
obligada referencia sobre el tema.
El libró
se vendió en La Habana a principios de la revolución, en una edición española.
El texto describía las experiencias del gobierno británico en la utilización de
personal científico en la actividad gubernamental y se considera como un
importante antecedente contemporáneo en cuanto a la incorporación del personal
científico a las tareas de gobierno; en este caso eran los problemas de la
conducción de la guerra contra la Alemania nazi. Churchill designó a un amigo
personal-un tal Lindeman- para dirigir el grupo que debía realizar
recomendaciones sobre la estrategia a seguir en la guerra. El dilema era
definir cuál era la prioridad: el desarrollo de los radares o definir la
política de bombardeos sobre territorio alemán.
Voy a
omitir detalles y seleccionar solo dos aspectos que me parecen relevantes. El
primero es el estilo de dirección del grupo empleado por el profesor Lindeman.
No toleraba las opiniones discrepantes y valiéndose de su amistad con Churchill
excluía a los que lo contradecían. Lindeman se empecinó en la tesis de
bombardear masivamente los barrios obreros de las ciudades alemanas con el fin
de debilitar la moral de la población. Argumentaba que con menos bombas se
podía matar más personas porque las viviendas estaban unas junto a otras. Lo
fundamentó sobre una base estadística. Pero se confió y circuló el documento
entre un círculo más amplio de científicos. Sus tesis fueron hechas polvo de
manera aplastante y se desacreditó. El gobierno introdujo cambios en el grupo.
Snow considera que de continuar con el estilo autoritario de Lindeman y su
negativa a escuchar opiniones diferentes se pudo empujar al país a la derrota.
El otro
aspecto de mucho interés de la obra de Snow es la comparación del papel de los
científicos en Gran Bretaña con la del gobierno soviético. Según él, Stalin
–sin escrúpulos e inculto pero no tonto- se había rodeado de un amplio grupo de
científicos especializados en diferentes ramas vinculadas a la fabricación de
motores, aviones y artefactos de guerra como tanques y otro tipo de armamento.
Según Snow el gobierno soviético estaba formado por al menos un 45% de hombres
de ciencia, en los cuales Stalin confiaba. Concluye diciendo que ese fue un
factor determinante en la victoria sobre Alemania. El libro de Snow mantiene su
vigencia, es un clásico. Aún hoy puede encontrarse en INTERNET. La última
edición fue en 2014.Pero no es gratis.
Gobernanza
y gobernabilidad.
Aunque a
menudo estos términos se utilizan como sinónimos no lo son. La diferencia
reside, en opinión de los estudiosos del tema, en que gobernanza es el sistema
de instituciones, tradiciones y procesos que determina como se gobierna en un
determinado país. Este concepto describe los órganos de gobierno y como se
relacionan, sus facultades y como las ejercen, como se toman las decisiones, se
realizan y como se controla su ejecución.
Aquí debe
incluirse también los requisitos técnico profesionales que deben reunir las
personas que ocuparan los cargos fundamentales.
Gobernabilidad
en cambio se refiere mas a los resultados de la acción gubernamental que a las
condiciones necesarias para hacerlo. Es decir, a las capacidades reales
disponibles y su grado de efectividad. La gobernabilidad es algo derivado y el
nivel o grado de solución de los problemas de cada gobierno depende de la
calidad del sistema institucional y la preparación profesional de sus
funcionarios.
Esto
implica ante todo la creación de ambientes institucionales favorables al
análisis de los problemas desde el punto de vista científico y un adecuado
nivel de comunicación entre los decisores y los asesores. En ambos grupos se
exige mente abierta, flexible, tolerancia ante opiniones contradictorias y
capacidad para integrar diferentes puntos de vista.
La
relevancia del tema de la gobernanza se reconoce principalmente por un número
cada vez mayor de países que ha permitido la penetración en profundidad en la
política nacional e internacional del concepto de desarrollo sostenible. Habida
cuenta de que éste no puede ser alcanzado si las decisiones del estado en todos
los niveles carecen de la necesaria fundamentación científica.
Un punto
de vista dominante en el análisis de la gobernanza en la actualidad es el que
se apoya en el llamado enfoque trialógico. Este modelo trialógico de la
gobernanza identifica tres grupos de actores relevantes: gobierno, sociedad y
ciencia (3). La buena gobernanza se produce cuando la interface entre ellos se
realiza de manera efectiva al permitir una retroalimentación adecuada mediante
el intercambio de información, lo que facilita un proceso de información
autentica como base para el proceso de toma de decisiones. Se identifican tres
interfaces:
a-Entre
gobierno y sociedad b-Gobierno y ciencia c-Ciencia y sociedad.
Como se ve
aquí el factor primario y desencadenante de la interacción es el gobierno y su
voluntad política para integrar a su actividad los principios de organización
sobre la base de la investigación y el trabajo científico. Al gobierno
corresponde la responsabilidad de construir una urdimbre de relaciones
efectivas entre los tres actores. Pero no basta que quiera hacerlo, es
necesario que sepa hacerlo.
FINAL:
MIRAR AFUERA Y ASIMILAR EXPERIENCIAS.
En el
prefacio de su obra cumbre El Capital Marx escribió: UNA NACIÓN PUEDE Y DEBE
APRENDER DE LAS OTRAS. Eso fue lo que hizo el Che cuando trajo varios científicos
extranjeros como asesores, entre ellos el conocido experto francés en economía
Charles Bethelheim. Fidel invitó a
científicos británicos y norteamericanos para el desarrollo de importantes
centros de investigación científica. Lo hizo también con investigadores
finlandeses como el profesor Kantell para impulsar la biotecnología en el país.
Sin
embargo, una de las iniciativas más audaces del comandante fué la de pedirle a
Peggy Dullany, hija de David Rockefeller, que trajera al país grupos de
especialistas norteamericanos en técnicas de administración y gestión modernas.
En estos grupos participaron miembros del claustro de prestigiosas
universidades y consultores experimentados estadounidenses. Al menos dos veces
al año se reunían durante varios días con empresarios y profesores cubanos para
asimilar tecnología neutral en el arte de dirigir (4).
Hoy
también lo hacen los vietnamitas. El primer ministro de ese país fue invitado
al último foro de Davos donde contactó con el profesor F. Malik (4) director de
un centro de investigación suizo dedicado a los problemas de gobernanza y
técnicas del buen gobierno anexo a la universidad de Saint Gallen. Este centro
tiene sus expertos trabajando en muchos países incluído Vietnam.
El
gobierno vietnamita tiene personal técnico de esta universidad suiza haciendo
transferencia de tecnología de gobernabilidad en los diferentes niveles del
aparato estatal. Porque no traemos expertos vietnamitas para que nos ayuden ? O
es que algunos funcionarios piensan que se las saben todas y consideran que en
este campo no tienen que aprender de otros? Se trata de asimilar críticamente
esas experiencias e incorporar en la medida de lo posible los aspectos
positivos de la tradición cubana.
En la
reunión del Consejo de ministros realizada el 21 de febrero, el presidente
afirmó: “Ante la tensa situación generada por la agresividad del gobierno de
Estados Unidos hay que hacer las cosas distintas, pensar diferente, porque al
Plan no podemos renunciar”.
Hacer las
cosas distintas y pensar diferente solo puede lograrse en la medida que la
ciencia penetre en profundidad en la actividad del Estado, comenzando por sus
niveles superiores. Parafraseando a Marx: “ de nada vale que la mayoría de los
cubanos nos comprometamos con el socialismo
si no somos capaces de organizarnos esencialmente en la imbricación de
la ciencia con el gobierno, tarea en nada simple porque afectará intereses
creados, instalados en buena parte de la burocracia gubernamental que por
naturaleza es enemiga de la ciencia aunque sea muy hábil para simular lo
contrario. Y que por esos caminos fluya el saber acumulado en el país, en gran
parte subutilizado.
Bibliografía.
1)Rovira
Reich R. Plutarco y Jenofonte, formadores para gobernantes de hoy. Madrid
ediciones Civilitas 2015
2)Snow
Ch.P. Ciencia y gobierno, editorial Seix Barral S.A. Barcelona 1962.
3) Turton
A. Editor. Governance as trialogue: Government, Society, Science in transition.
International conference of Water resources development. Berlin Springer 2007.
4) Codina
A. Experiencias en la capacitación en técnicas de “management” de empresarios
cubanos. Versión escrita del profesor Codina de su intervención en el XXX
aniversario del CETED, Universidad de La Habana. En su texto el profesor Codina
expone los detalles de este programa impulsado por el comandante durante más de
4 años y que tuvo incomprensión y resistencia por los elementos conservadores
del país.
En el
primer párrafo incluye la cita del discurso de Fidel en Cienfuegos durante la
celebración del 26 de julio:” Es necesario que nosotros perfeccionemos nuestra
técnicas de dirección y gestión en todos los campos, es una ciencia que se
desarrolla, nosotros tenemos que adquirir esos conocimientos desarrollarlos y
aplicarlos”
5) Malik.F
Estrategia de dirección de sistemas complejos. Aportes a la dirección
cibernética de los sistemas en evolución. Haupt Verlag Stuttgart, Wien 10
edicion 2008. (en alemán) El texto del profesor Malik es un clásico
contemporáneo en el tema de la gobernanza y el centro que dirige –surgió como
spin off de la universidad de St Gallen se considera uno de los líderes
mundiales en este campo.
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