Por Raúl García López
El sector turístico ha sido probablemente el más castigado por la crisis sanitaria (y económica) que estamos viviendo.
La actividad turística ha caído bruscamente hasta casi ser nula. Más de una tercera parte de la humanidad está en confinamiento, el trafico aéreo se ha reducido un 90%, los atractivos turísticos están cerrados, al igual que hoteles y restaurantes de medio mundo.
Una verdadera catástrofe para un sector que gestionaba más de 1.500 millones de turistas al año, tenía unos crecimientos muy por encima de la economía global, suponía más del 10% del PIB mundial y daba trabajo a más de 300 millones de personas.
Más allá de las cancelaciones masivas de reservas para los próximos meses y la situación de riesgo para toda la temporada de verano del hemisferio norte (vital para muchos destinos de todo el mundo), la crisis del Coronavirus tendrá un impacto profundo en la forma en que viajamos y en cómo nos relacionamos.
El Turismo será probablemente el sector al que más le costará recuperarse.
3 son los motivos:
- Limitaciones a viajar – por limitación de vuelos, por las prohibiciones de entrada en ciertos países o por el establecimiento de controles sanitarios a la llegada (y la posibilidad de que te pongan en cuarentena si tienes fiebre)
- El miedo y la desconfianza que la crisis ha generado al hecho de estar rodeados de gente
- La recesión económica que hará que muchísima gente tenga menos dinero para viajar, o que simplemente no se lo pueden permitir
Ante esta situación, muchas empresas lo están pasando francamente mal para sobrevivir, otras simplemente desaparecerán y otras tendrán que cambiar su modelo de negocio. La recesión en la zona euro se estima en una bajada del -4%. En España, donde el turismo es el principal sector de actividad, el PIB turístico podría caer un -34%.
Es sorprendente que hace unos meses si preguntabas a muchos destinos sobre el mayor reto del sector turístico, te habrían dicho que era la masificación turística…
Todo el mundo está hablando de cuándo se volverá a la normalidad. Bueno, el hecho es que será una “nueva” normalidad y no será cuestión de meses, sino más de un año. Estos procesos tampoco serán iguales en unos destinos y otros.
El gran problema para el crecimiento del sector turístico será la incertidumbre y no se recuperará del todo hasta que no haya un tratamiento eficaz o se descubra una vacuna que inmunice ante el COVID-19.
Probablemente esta pandemia creará un cambio psicológico y durante el primer año muchos turistas preferirán viajar a destinos cercanos en su propio país, o bien a países donde la pandemia no haya sido demasiado intensa (si es que hay algún país así dentro de unos meses…).
Cambios que podemos esperar en el turismo del futuro
- Mayores medidas sanitarias en aeropuertos, estaciones de tren y de autobús
- Medidas de seguridad sanitaría en museos, monumentos y otros atractivos turísticos
- Reducción del aforo de personas que pueden acceder a lugares de gran afluencia turística y en el transporte público
- Medidas extras de limpieza en hoteles y otras opciones de alojamiento
- Cambios importantes en la forma de organizar reuniones y eventos
- Aumento de la demanda de seguros de viajes que cubran pandemias
En general todos tenemos que ser más agiles, saber adaptarnos mejor al entorno cambiante y ser creativos e innovadores para luchar en un ecosistema más competitivo, ante la falta de turistas.
Fase de recuperación
Lo cierto es que la recuperación de los destinos dependerá de muchos factores. El levantamiento de restricciones de movimiento, el incremento de la actividad aérea y la percepción de los turistas sobre diferentes destinos, según la incidencia que haya tenido la pandemia en ellos.
Según Deloitte, la recuperación del sector turístico será gradual y no alcanzará una situación de normalidad hasta entrado el 2021. Según sus estimaciones:
- En junio de este año se empezarán a realizar viajes de primera necesidad
- En agosto se activará el sector hotelero con los viajes nacionales. Estos serán principalmente a segundas residencias o a apartamentos vacacionales y probablemente usando transporte privado
- En noviembre se empezará a ver un aumento de los viajes corporativos y los eventos que se han tenido que posponer
- En diciembre de este año, por fin, empezará a crecer (poco a poco) el turismo internacional
No será hasta el verano de 2021 cuando comprobemos si la gente realmente se siente segura para viajar de forma intensa y a destinos de larga distancia.
Antes de la crisis sanitaria la parte de la renta que se dedicaba a viajes y hoteles era del 9% sobre el total. Lo que resta del año, ese porcentaje caerá casi un 95%, pero en 2021 ese porcentaje subirá al 7% (un 12% menos que antes de la crisis).
La recuperación del turismo será en dos fases. Primero el turismo nacional de cercanía (donde no hay que usar medios de transporte masivo) y más tarde el internacional. Hay mucha gente que tendrá miedo a meterse en un avión 10 horas para viajar a un destino lejano y exótico.
En un futuro cercano se verá la imposición de más restricciones inmigratorias y más controles sanitarios de entrada. Quizás en algunos países se pidan certificados de inmunización sobre el virus o que has sido vacunado (cuando se descubra una vacuna).
En general en una primera fase de recuperación:
- Primarán las vacaciones en entornos rurales y donde haya pocas aglomeraciones de gente.
- Primará el alquiler de viviendas o apartamentos turísticos respecto al de hoteles.
- Primará el transporte privado frente al transporte público.
- Habrá sectores como el business travel que se recuperarán antes y otros como los cruceros, el turismo MICE, los grupos organizados y los viajes para la tercera edad, que tardarán más.
- Probablemente aumentarán los viajes en autocaravana.
- Aumentará la demanda de opciones de alojamientos más boutique y pequeños, en entornos rurales, alejados de grandes ciudades y núcleos de población.
- Las líneas aéreas tendrán que generar confianza a través de mayores medidas de higienización en los aviones y en las salas de embarque (lo que les obligará a estar más tiempo en tierra y aumentarán sus costes, que trasladarán al precio de los billetes). Quizás al principio no se venda toda la capacidad del avión para dejar asientos libres entre pasajeros.
Cambio en el comportamiento de los turistas
El confinamiento que está sufriendo una tercera parte de la población mundial, hará que muchas personas se replanteen sus relaciones sociales, la forma en la que trabajan (apostando por el teletrabajo) y cómo planifican sus viajes.
Estás pueden ser algunas de las pautas de comportamiento de los consumidores cuando termine la crisis:
- Los usuarios darán todavía mayor importancia al valor precio, debido a la disminución de renta disponible.
- Cambiará la forma en la que nos saludamos. Pasará bastante tiempo antes de darnos la mano o besar en la mejilla a gente que no conocemos o que no son de nuestro círculo más cercano.
- Aumentará de forma constante el consumo online.
- Aumentarán los lazos intergeneracionales.
- Se impondrá cierta distancia social en lugares públicos. Se habla de que incluso habrá que definir medidas de distanciamiento en las playas.
Por otro parte, las personas que viajen, cambiarán sus patrones de comportamiento:
- Crecerá la demanda de destinos menos masificados y más sostenibles.
- Se demandarán productos turísticos con mayor flexibilidad para cambios y anulaciones.
- Los turistas serán más exigentes con los proveedores turísticos en temas de higiene y de sostenibilidad.
- Algunas personas evitarán viajar si tienen gripe o un catarro, por la atención que despertará en otros turistas que viajen con ellos.
- Habrá una mayor demanda de medidas de higiene (tanto en instalaciones como en empleados).
- Se buscarán recomendaciones para que los viajeros minimicen el riesgo de contagio.
- Los viajeros estarán más preocupados por la seguridad sanitaria, tanto de las instalaciones, como de la alimentación.
- Los turistas prestaremos más atención a cosas como los filtros de aire que usan las aerolíneas. La calidad del aire será un elemento de marketing.
- Se demandarán nuevos métodos de hacer check in en aerolíneas y hoteles (como el canal móvil).
- Se demandarán mejores seguros de viaje que incluyan pandemias.
- Cambiaremos la composición de la maleta que preparamos para el viaje, incluyendo mascarillas, guantes o geles desinfectantes. Esto puede influir incluso en las restricciones de llevar líquidos en los aviones.
- Primará comer en casa o en la habitación (si te alojas en un hotel), que ir a un restaurante.
- Aumentará la demanda de comida a domicilio o que se pueda recoger para llevar.
- Se buscarán proveedores turísticos que tengan planes de emergencia.
- Crecerá la demanda de actividades de aventura en la naturaleza y en espacios al aire libre.
- Se buscarán opciones de alojamiento con disponibilidad de ordenador e impresoras, para poder combinar las vacaciones con el trabajo.
- Aumentarán las reservas de última hora.
- En grupos y actividades organizadas, se exigirá un menor número de personas por grupo.
Termino aquí el primer artículo que he preparado sobre la recuperación del sector turístico tras la pandemia causada por el COVID-19.
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