Desde el triunfo de la
Revolución Bolivariana en Venezuela, liderada por el Teniente Coronel Hugo
Chávez Frías y un grupo de jóvenes oficiales, que levantaron las banderas del
Libertador Simón Bolívar, y se
plantearon cambiar el régimen de opresión, desigualdad y corrupción, por los
gobernantes de turno y cuyos Partidos, escudados en el famoso pacto de Punto
Fijo, habían hundido el país en la más terrible pobreza, la oligarquía
venezolana y Estados Unidos no los ha dejado ni por un momento de obstaculizar y
tratar de revertir lo que les resultará imposible.
Frente a la crisis
social, política y económica, agrupados en el Movimiento RVB 200 y el Polo
Patriótico, utilizando el mecanismo democrático electoral del sistema, Hugo
Chávez Frías, gana las elecciones con el 56.20 % y el candidato de la derecha
Salas Romer, alcanzó el 39,97 con una participación electoral del 65.45 % del
padrón electoral. Un 16.00 % de diferencia, y aún así la derecha siempre
levantó la opinión del fraude, no quieren perder nunca y organizaron en abril
del 2002 un golpe de Estado en Venezuela, el que lejos de debilitar al proceso bolivariano lo
fortaleció, lo mismo sucede ahora con Maduro.
En 1999, asume la
presidencia Hugo Chávez, quien, al tomar posición como presidente, dejó claro
su proyecto renovador, al declarar que juraba sobre una moribunda constitución
en vigencia desde 1961. Su tarea de
inmediato fue la de presentar la nueva Constitución, propuesta que fue sometida
a referendo y aprobada por una alta mayoría.
Carta Magna que rige los destinos del país y violada permanentemente por
los sectores violentistas y terroristas de la oposición venezolana.
Desde entonces, Estados
Unidos ha desarrollado acciones de todo tipo contra el gobierno de Hugo Chávez
y Nicolás Maduro, gobiernos surgidos del voto popular y electoral, utilizando
el mismo modelo “democrático” que ha impuesto el sistema. Pero la oposición
venezolana, cuyo récord en compra de votos y fraudes electorales, son
antológicos, siempre acusan al chavismo de cometer fraude y este es el actual y
falso argumento, que utilizan contra Nicolás Maduro.
La desprestigiada
Organización de Estados Americanos (OEA)
de la cual Venezuela ya no es miembro, ha sido el mecanismo utilizado
por Estados Unidos, para atacar y promover el aislamiento del gobierno
venezolano de la comunidad de naciones latinoamericana y caribeñas y que solo
ha conseguido, que 11 países latinos y 1 caribeño, se haya sumado a esta conspiración conocido como el Grupo de Lima,
un grupo dentro de la OEA, que actúa
ilegalmente, bajo las órdenes del departamento de Estado y que tiene como
coordinador a Luis Almagro.
Pero hay un viejo dicho
que dice que no van “lejos los de adelante si los de atrás corren bien” y el
gobierno de Maduro y los sectores democráticos y progresistas de América
Latina, siempre han sustentado que la OEA está sirviendo de puente para la
intervención de Estados Unidos en Venezuela y denunciado la corrupción y los
chantajes y presiones de EE: UU a través del Secretario General de OEA, para lograr
la legalización de la Intervención Militar Humanitaria en Venezuela. Pero dejemos que alguien del mismo árbol, sea
quien confirme estos ilegales actos dentro de la OEA.
En las explosivas
revelaciones del ex Asesor de Seguridad del gobierno de Donald Trump, John
Bolton, publicados el pasado 23 de junio en su libro memoria, da a conocer su
opinión sobre la OEA “la que califica como un organismo moribundo y a su
secretario General, Luis Almagro como un “mentiroso, cínico, ladrón y
moribundo” y que la existencia hoy de la OEA y la reelección de Luis Almagro,
obedeció a que Estados Unidos lo potenció y apoyó para apuntalar a Juan Guaidó
para sus planes contra Venezuela”.
Mas claro ni el agua,
dicho por Bolton, tenebroso personaje que junto con Colombia y Brasil trabajó
en la organización y dirección del equipo en la conformación de grupos de
mercenarios y paramilitares, para realizar actos de sabotajes y provocaciones violentas,
desde la frontera colombo-venezolanas y colombo-brasileñas. Es Bolton el que afirma,
que el objetivo de la OEA es apoyar los planes intervencionistas de Estados
Unidos y Washington utilizando a la OEA como fachada. Esta confesión de quien
trabajo en esos planes, le da plena seguridad y verifica lo ya denunciado.
Almagro ha incurrido en
delitos que atentan contra el derecho internacional y violado las Carta de la
ONU y de la OEA, alentando una guerra contra Venezuela y otro de los delitos
flagrantes es reconocer y darle voz y voto a un sujeto que representa a una
organización terrorista venezolana como embajador y darle status de miembro a
Venezuela. El estado venezolano,
solicitó su salida de esta moribunda organización en el 2017 y esperó hasta
mayo del 2019 tal como lo establece su Carta fundacional, para dejar sin efecto
su membresía. Por tanto, Venezuela no es miembro de la OEA y Almagro ha
cometido otra grave violación.
El señor Almagro ha
violado todos estos principios de la OEA, obedeciendo las órdenes del
Departamento de Estado. La Carta de la OEA establece ue solo reconoce a los
Estados y no a una parte de los tres poderes que componen el Estado, como lo es
la Asamblea Legislativa venezolana en desacato, que por cierto ya no preside
Guiadó. Estas graves violaciones son las que están certificando, más temprano que tarde la
defunción de la OEA. Un verdadero ministerio de colonia, como la bautizo el
canciller cubano de la Dignidad Raúl Roa en 1962.
A esta política ilegal,
hostil y antidemocrática se ha sumado la Unión Europea subordinando su política
exterior a la de Estados Unidos en la región, tal es así que varios de los
países miembros, violando todos los principios de la no injerencia en los
asuntos internos de otros Estados, ha reconocido diplomáticamente al
“autoproclamado presidente” Juan Guaidó, quien el 22 de febrero recibiera el
beneplácito de Donald Trump, y en un hecho inaudito, lo proclamó presidente
desde Washington D.C. Esa designación desde Washington tiene en sí el mensaje
real de lo que piensa el señor Trump con relación a la anexión de Venezuela a
los Estados Unidos. Es por eso que Guaido aún se hace llamar “Presidente” y los
países que le reconocen están implicados en una grave violación del Derecho
Internacional.
Pero si grave han sido
estas violaciones de la UE, estas se acentúan con hechos muchos más graves,
como sumarse a las sanciones económicas y de comercio y en el caso del Reino
Unido y Portugal, el primero al robarse más de 1600 millones de dólares en ORO,
depositados por el gobierno venezolano en los bancos ingleses, incautados por
el gobierno de Londres. Igualmente, el
gobierno de Lisboa, se apropió de 1200 millones de dólares, que el gobierno
venezolano lo tenía destinado a la compra de alimentos y medicamentos para el
pueblo venezolano.
No conozco cual será la
solución y desenlace, porque si estos hechos se legalizan y el Reino Unido y
Portugal no devuelven al Estado Venezolano esas millonarias sumas, el mundo
entrará en una catástrofe internacional y en un sistema peor que el que impera
en la ley de la selva y el sistema bancario y financiero internacional perderá
toda credibilidad. Pero no descarto una supuesta solución judicial y que se
trate de despojar al Estado Venezolano y se lo entreguen a Juan
Guaidó.
En medio del escándalo
que ha estallado en Washington, expuestas en el libro memoria de Bolton, “En la
Habitación que sucedió” que revela que Donald Trump, consideraba a Juan Guido
como “una persona débil frente a un fuerte Nicolás Maduro”. Y narra en su libro
que le sorprendió de que luego de la reunión que tuvo Trump y él (Bolton) con
la esposa de Guiadó, Fabiana Rosales, ella “no
llevaba puesto el anillo de casada y anoto Trump que se veía muy joven”. Ese
tema del anillo lo repitió el Presidente, muchas veces”. Bolton, dice, que cuando llegó la primavera,
Trump llamaba a Guaidó el “Beto O Rourke de Venezuela” un apelativo que podría
considerarse como el tipo de elogio que no debía recibir un aliado de los
Estados Unidos” o sea un total desprecio hacia Guaidó.
A tono con la política
agresiva de Estados Unidos, el pasado 29 de junio la Unión Europea, dio a
conocer nuevas sanciones a funcionarios venezolanos que no pueden pisar
territorios europeos y sus cuentas o bienes en la UE serán congelados. En total
son 11, con una particularidad, no todos son chavistas, incluyen a tres
opositores, que forman parte del sector opositor que desde hace varios meses
viene dialogando con el gobierno para solucionar la crisis. Pero al parecer, la
solución pacífica, no es la que le interesa a la UE, aunque públicamente se
pronuncian por una solución de paz.
Frente a esta política
de sanciones de la UE contra Venezuela, la respuesta no se hizo esperar y el
presidente Nicolás Maduro, le respondió declarando “non grata” a la embajadora
de la UE, y le dio 72 horas para abandonar el país, cumpliendo así, lo
estipulado en la Convención de Viena. Pero conozcamos quienes son los
opositores venezolanos sancionados: Luis Eduardo Parra Rivero, presidente de la
Asamblea Nacional, Franklin Leonardo Duarte, primer vicepresidente de la
Asamblea Nacional y Gregorio Noriega Figueroa, segundo vicepresidente de la
Asamblea Nacional en desacato elegidos el 5 de enero del 2020.
Como se pueden dar
cuenta, estos tres sancionados, no son chavistas, pertenecen a la oposición,
primera vez que los opositores son sancionados, y son los tres dirigentes más importantes
de la Asamblea Nacional, aún en desacato, pero la objeción, de la UE argumenta
que se impidió a Juan Guaidó, y algunos diputados a participar en la elección para la
presidencia de la Asamblea Nacional, que se hizo, el 5 de enero del 2020, lo
cual es falso. Lo que la Unión Europea no explica, es que los diputados en
cuestión, están inculpados por haber participado en la intentona golpista del
30 de abril de 2019, razón por la cual la justicia los privó de su mandato, por
cierto, con la aprobación de la oposición no injerencista.
Con ese pequeño
grupito de los diputados inculpados por acciones golpistas y sus amigos, Guiadó hizo un escándalo y volvió a “proclamarse presidente” de
Venezuela, como todos sabemos, esto no
es más que un hecho politiquero e ilegal, patrocinado por Estados Unidos y
el gobierno de Trump, quien quiere
anexarse a Venezuela, según también revelo
Bolton en su libro, ese es según él, el objetivo de la intervención militar, una idea tan irracional
y humillante para los venezolanos y la historia y el pensamiento de Simón
Bolívar. No puede creerse que alguien como el presidente de Estados Unidos,
este pensando que estamos en el siglo XVIII.
Está idea de Trump,
sentada bajo la doctrina Monroe, es sumamente peligrosa y debe ser tomada como
un alerta por el movimiento político y social de nuestra América Latina y el Caribe, si hoy el presidente de Estados Unidos piensa en
anexarse a Venezuela, nada tiene de que mañana él o cualquier otro, piense en
anexarse la otra parte que no pudo quitarle a México, porque esa es la
realidad, la mitad de lo que hoy forman
la Unión americana era realmente mexicana. O que piense anexarse a Brasil o Perú.
Ese pensamiento hay que combatirlo desde ahora y hacerlo un principio. El Plan
Colombia convertido en la Iniciativa Regional Andina y que, en los textos de
geografía de los estudiantes de primaria y secundaria en Estados Unidos, la
amazonia la consideran un territorio internacional, es un tema que apunta a
esas ideas anexionistas.
Con esta conducta, la
Unión Europea no solo se une a una ilegal acción, al sancionar a funcionarios
públicos venezolanos, algunos miembros de la Fiscalía, que coincidentemente, “dos de ellos, son los que llevan a cabo las investigaciones
sobre el fallido magnicidio, preparado contra el presidente Maduro, el alto Mando
Militar y funcionarios del alto gobierno, cuando con drones artillados y con
explosivos, los iban a detonar ,sobre una tribuna cuando festejaban un fecha
patria”, según declaraciones del
Fiscal de la Republica a Telesur hoy 1
de julio. Por otro lado, la Unión
Europea viola un principio del Derecho Internacional al inmiscuirse en los
asuntos internos de un Estado libre e independiente y miembros de la ONU.
Lo que llama la
atención que el señor Josep Borrell máximo responsable de las relaciones internacionales
de la Unión Europea, no se dé cuenta de que Europa está siendo utilizada por
Estados Unidos, que le hace perder prestigio y credibilidad, porque Juan
Guaidó, no tiene autoridad ninguna para presentarse como “presidente
autoproclamado”. Borrell sabe que este señor no puede firmar ningún tratado, ni
documento oficial alguno a nombre del Estado Venezolano. Este señor está señalado
por acciones terroristas, vinculados a los narcotraficantes y paramilitares
colombianos. Ahora, hasta despreciado por Trump, según declara el ex Secretario
de Seguridad Nacional, John Bolton.
El señor Borrell, debe preguntarle al ex
presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que líderes de países europeos
y latinos le han confesado que están cometiendo un error al reconocer a Guaidó.
El precedente que están creando, puede ser muy grave para la pacíficas y
bienaventuradas relaciones internacionales de la Unión Europea.
En el mundo diplomático
y consular, las acciones de carácter jurídicos con los países tienen que ser
atendidos por el Poder Judicial, y este no tiene como responder, en el campo
económico y acuerdos comerciales. Nada de lo que haga Guaidó es legal y la
Unión Europea, está convalidando hechos delictivos, que violan el Estado de
Derecho Internacional y los compromete en estos asuntos.
Si cada uno de los
países de Europa o América Latina y el Caribe, no quiere mantener relaciones
diplomáticas con el gobierno de Venezuela, eso es una decisión bilateral, pero
tampoco bilateralmente ningún país puede desconocer el poder reconocidos de los
Estados y reconocer a una persona que solo representa a uno de los poderes del
Estado, como era el caso de Guaido, porque ya no es el Presidente de la
Asamblea Nacional. Las convenciones de Viena y Ginebra son bien
claras. Mire lo que está sucediendo hoy con el presidente de Kosovo.
(*) Periodista,
politólogo y analista internacional.
La Habana, Cuba 1 de
julio de 2020. 20:30 hrs.
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