Por José Carlos Gómez Borrero
Simon Kuznets Premio Nobel de Economía 1971
Photo credit–Foto: Unknown (Associated Press). Public Domain.
Definiendo con rigor las Cuentas Nacionales
El tercer año en el que se concedía el Nobel de economía se adjudicó a un ruso emigrado a los Estados Unidos, más tarde nacionalizado norteamericano, a pesar de que a sus veintiún años la Unión Soviética ya le había nombrado director del Instituto de Estadística de Ucrania. Su porvenir no parecía malo dentro del escalafón de la Nomenklatura, a pesar de lo cual prefirió marchar a América, donde tuvo que volver a cursar su licenciatura y donde cincuenta años más tarde le esperaba un premio Nobel de economía.
El premio de Kuznets fue reconocido justamente por toda la profesión y no es pequeña señal que lo recibiese dos años después de haberse instituido y de que el año anterior se le hubiese concedido al indiscutido Paul Samuelson. Los demás candidatos remansados durante decenios que esperaban ser laureados tendrían que esperar.
Kuznets se distingue por la meticulosidad y la precisión de sus trabajos. Recolectaba datos incansablemente con el fin de comprobar si las teorías deductivas al uso, algunas de gran brillantez, capaces de fascinar al que las escuchase, se traducían en realidades en la práctica. Decía que cualquier especulación teórica debía ser valorada por su contenido empírico y por su aplicación a la cruda realidad. En este sentido, es famosa la controversia mantenida con Walt Rostow sobre el proceso del crecimiento económico.
Las etapas que proponía Rostow suponían una bonita sucesión de ideas encadenadas, elaboradas en un despacho y siguiendo una lógica voluntarista. Kuznets se enfrentó a estos planteamientos literarios equipado con una enorme cantidad de datos que discutían la armoniosa sucesión de etapas proclamadas por Rostow. A pesar de la enorme popularidad que alcanzaron este último y sus ideas, que le llevaron a ser asesor del presidente Kennedy y consejero especial de su sucesor Lyndon Jhonson, al hablar de crecimiento económico hay que referirse necesariamente a Simon Kuznets, mientras que a Walt Rostow se le ha negado hasta su muerte en 2003 el premio Nobel que su oponente había recibido treinta años antes.
El Producto Interior Bruto
Hasta después de la Segunda Guerra Mundial no se establecieron las Cuentas Nacionales de forma rigurosa, ni tampoco se podían medir el crecimiento o la recesión mediante el cálculo de variables que indicasen cuantitativa y de forma suficientemente precisa la evolución de la economía de un país.
A Kuznets se le atribuye la paternidad de estos primeros cálculos, y aunque no era el único que intentó llenar este tipo de lagunas, la precisión de sus trabajos le convierte en un elemento pionero de referencia fundamental. Más tarde llegarían Sir Richard Stone y toda una serie de matemáticos, estadísticos y económetras que han perfeccionado estas mediciones que hoy son fundamentales para calibrar la eficacia de los programas y políticas gubernamentales.
La mencionada recolección de datos, su análisis y las circunstancias que los relacionaban, le sirvieron de base para estudiar los procesos por los que se genera el crecimiento económico, la distribución de las rentas producidas, así como la aparición simultanea de desigualdades evidentes dentro de la población.
Porque Kuznets no es un mero contable que se limita a situar las distintas partidas de ingresos y gastos, ni a discutir el valor por el que debe ser incorporada cada una de ellas. Después de justificar la medición del PIB y demás cifras macroeconómicas de un país, responde inmediatamente sin triunfalismos que el aumento de estas magnitudes no es una buena medida del bienestar de una nación, y que el crecimiento no es sinónimo de prosperidad si no se establece previamente en qué va a consistir ese crecimiento, para qué se realiza y a quién se pretende beneficiar.
La curva de Kuznets y la teoría del crecimiento
Sus estudios sobre los numerosos datos recopilados de diferentes países durante muchos años, le llevan a concluir que durante los primeros años de crecimiento la desigualdad entre los habitantes de un país aumenta. Más tarde, cuando los factores decisivos dejan de ser los relativos a la utilización intensiva de capital, la desigualdad comienza a disminuir, produciéndose una figura en forma de U invertida, conocida como la curva de Kuznets y que si bien anuncia un incremento de las desigualdades en las sociedades que inician su camino a la modernidad, resulta más esperanzadora al señalar que esas desigualdades se mitigan al alcanzarse un cierto nivel de desarrollo.
En términos sociológicos podríamos decir que, a una primera etapa de creación de infraestructuras y acumulación de capitales, le seguirá una mayor importancia del factor trabajo, mayor volumen de salarios y la aparición de una clase media que diluirá la concentración de riquezas de una sociedad elitista y desequilibrada.
En cuanto al análisis del crecimiento económico, lo define como la capacidad de ofrecer a una población en aumento mayores bienes y servicios. La forma en que este se produce es mediante el desarrollo de la tecnología, la transformación de instituciones y la modificación de ideologías. La definición encierra un alto contenido de información. En primer lugar, comienza por referirse a una población creciente, combatiendo las ideas maltusianas sobre el porvenir apocalíptico del aumento de habitantes. Kuznets afirma que cada nuevo individuo proporciona una unidad más de trabajo potencial y una unidad más de consumo, que estimulará el incremento de la producción, de tal forma, concluye, que un país sin una masa crítica de habitantes es un país sin futuro.
En su opinión el crecimiento económico implica cambios tecnológicos, institucionales e ideológicos difíciles de llevar a cabo con un coste político y social soportables. Y añade que la máquina de vapor, la energía eléctrica o la electrónica no son compatibles con la empresa familiar, el analfabetismo y la esclavitud, así como con la vida rural, las familias numerosas o la contemplación de la vida silvestre.
Es verdad que estas afirmaciones categóricas las matiza más tarde, al mismo tiempo que advierte de la improcedencia de las generalizaciones, pero lo que pretende es llamar la atención sobre los cambios necesarios para el despegue hacia una sociedad moderna y dinámica. La urbanización, la evolución de la agricultura hacia una industria potente y más tarde el desarrollo de los servicios, el abandono de creencias fatalistas y la aceptación de instituciones modernas que arrinconen prejuicios ancestrales no justificados, son los ingredientes que forman parte de su teoría del crecimiento.
Es importante situarnos en el tiempo en que estas recomendaciones eran expresadas, así como la advertencia que hace de la necesaria estabilidad política y social para que se materialicen los cambios y el propio crecimiento. Sin ellas, el stock de conocimientos y la tecnología que se encuentren disponibles no podrían ser aplicados, difuminándose todo ese indudable potencial en medio de un caos organizativo y sin que el arbitraje de las instituciones garantice la estabilidad y la convivencia.
Medio siglo después de ser planteadas, las propuestas de Kuznets sorprenden por su modernidad y sus premisas para el crecimiento siguen estando perfectamente vigentes, aunque exista un importante porcentaje de la humanidad que todavía no ha aceptado la racionalidad de sus recomendaciones.
Wikipedia
Simon Kuznets
Ir a la navegaciónIr a la búsquedaSimon Kuznets (1901, Pinsk, Imperio ruso (actual Bielorrusia) - 1985, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos) fue un economista ruso-estadounidense.
Datos biográficos[editar]
Nació en Rusia en 1901, de padres judíos, inició sus estudios universitarios en su país natal, pero en 1922 se mudó a Estados Unidos terminando sus estudios en la Universidad Columbia. Trabajó de profesor en la Warthon School de la Universidad de Pensilvania, en la Universidad Johns Hopkins y en la Universidad Harvard.
Aportaciones macroeconómicas[editar]
En una hipótesis relacionó el crecimiento económico y la distribución del ingreso. Según ésta, el crecimiento basta para reducir la desigualdad, aunque ésta también se asocia a los comienzos del crecimiento, cuando existe la necesidad de realizar grandes inversiones en infraestructura y en bienes de capital. Luego la generación de empleo y el aumento de la productividad conducirían a salarios más elevados y a una mejor distribución del ingreso.
Relación no directa entre crecimiento de PIB y bienestar social
Kuznets también se interesó por el sistema de contabilidad nacional, de hecho fue el creador del sistema estadounidense unificado de contabilidad nacional. Es notorio que aunque Kuznets había trabajado en la relación entre crecimiento económico y distribución del ingreso, fue siempre muy crítico con la pretensión de medir el bienestar exclusivamente sobre la base del ingreso per cápita. En un discurso ante el congreso estadounidense en 1934 advertía que:
...es muy difícil deducir el bienestar de una nación a partir de su
renta nacional (
per cápita)...
1
Simon Kuznets, 1934
Sin embargo consideró que sus advertencias eran ignoradas y que tanto economistas como políticos acostumbraban a equiparar prosperidad y crecimiento del PIB per cápita. Así años más tarde de su declaración ante el congreso amplió sus críticas cuando declaró:
Hay que tener en cuenta las diferencias entre cantidad y calidad del crecimiento, entre sus costes y sus beneficios y entre el plazo corto y el largo. [...] Los objetivos de "más" crecimiento deberían especificar de qué y para qué...
1
Simon Kuznets, 1962.
Premio en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel[editar]
Sus ideas macroeconómicas lo llevaron a ser laureado con el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel en 1971, por sus labores en el estudio del crecimiento económico.
Referencias
- ↑ Saltar a:a b Citado por C. Cobb, T. Halstead y J. Rowe, The Atlantic Monthly, octubre 1995
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