Martes, 29 de diciembre de 2020 10:32 AM
Retrasos en el proceso inversionista del central Ciro Redondo impidieron su arrancada en la zafra 2019-2020. Foto: Nohema Díaz
Aunque de manera global la zafra 2019-2020 no dejó los mejores resultados, con incumplimientos en el plan de azúcar de la provincia de Ciego de Ávila, el adverso panorama que dejó el no alistamiento en el tiempo previsto del central Ciro Redondo, propició el destacado esfuerzo de las dos únicas agrupaciones industriales que, a la postre, asumieron parte de la deuda del primero.
La conjunción de complejidades, limitaciones financieras en el acceso a varios insumos y recursos, otras de orden organizativo, de planificación y del proceso inversionista, llevaron a que la provincia produjera solo el 72 por ciento del cumplimento de su plan de azúcar de 123 000 toneladas (t), situación que ocasionó una disminución de los ingresos de 70 millones 500 000 pesos por concepto de azúcar crudo a la Empresa Azucarera de Ciego de Ávila. Sin embargo, el sobrecumplimiento del refino redujo, finalmente, la afectación hasta los 54 millones de pesos.
Esta vez no faltó la materia prima de las plantaciones para los dos ingenios enfrascados en la molienda, pese a ello, resalta un incremento del nueve por ciento del tiempo industrial perdido con relación a la anterior zafra. Incidió negativamente en tal problemática dificultades materiales en la disponibilidad técnica de equipos de corte y transportación, con demoras en la entrega de la dulce gramínea a la industria.
Si existió un elemento clave que marcó el devenir de la pasada zafra en Ciego de Ávila, sin lugar a dudas fue la no molida del renovado ingenio pinense. Atrasos en las fases de su proceso inversionista y puesta en marcha, así como de la aledaña Bioeléctrica, de la cual depende para su encadenamiento productivo, rebajaron el plan de azúcar a cifras muy inferiores a las expectativas iniciales.
Como señalara Carlos Luis Garrido Pérez, primer secretario del Comité Provincial del Partido en el territorio, en el balance final de la pasada zafra se quedaron sin cortar alrededor de 250 000 t de la gramínea vinculadas al ingenio Ciro Redondo, la inversión que estaba prevista para salir en enero no fue objetiva, pues faltaban recursos en el país y surgieron algunos imprevistos.
Ante el insólito escenario, varias bases productivas se quedaron sin efectuar el corte de la caña al incumplirse el contrato por la no arrancada del Coloso del Centro, lo cual demandará un tratamiento financiero diferenciado con ellas.
No obstante, es meritorio reconocer a las agrupaciones de las industrias Ecuador, en Baraguá, y Primero de Enero, del municipio de igual nombre, que aportaron volúmenes del dulce grano por encima de lo planificado para ellas, e impidieron así que los perjuicios económicos fueran mayores.
Otros elementos que quedan como tareas pendientes son el sobreconsumo de electricidad y de agua por tonelada métrica de azúcar producida. El consumo de fuel oil necesario se enmarcó en los parámetros para las tres producciones previstas (refino, alcohol y torula), destacándose el central-refinería Ecuador, en el cual desarrollaron el proceso de refinación consumiendo volúmenes ínfimos de este combustible fósil.
Si hablamos de atrasos en los cronogramas de ejecución, hay que mencionar lo acontecido en la Bioeléctrica asociada al Coloso del Centro. Dificultades con el suministro de materiales de la construcción, disponibilidad de fuerza de trabajo especializada y los efectos del bloqueo yanqui dieron al traste con las demoras.
A pesar de los contratiempos, la moderna planta de energía verde durante el presente año comenzó a generar para el Sistema Electroenergético Nacional, al estabilizar el funcionamiento de sus dos calderas, contribuyendo así a elevar el coeficiente de generación de fuentes renovables de electricidad de la provincia del cuatro al 16 por ciento, según datos ofrecidos por la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (Cubasolar) en el territorio.
Deudas con la industria
Mucho queda por hacer para revertir el complejo panorama de la dinámica de decrecimiento de las áreas sembradas y de los rendimientos cañeros de los últimos años. Este último elemento todavía no registra el despegue requerido, pues terminó la pasada zafra a 43,5 toneladas por hectárea (t/ha), solo 2,5 superiores al año precedente. Un hecho que se manifiesta en multiplicidad de factores que van desde la rentabilidad económica de varias bases productivas hasta la calidad de las atenciones culturales.
En la contienda azucarera 2019-2020 el plan de entrega de caña alcanzó el 83 por ciento, estadística que se traduce en la existencia de 45 cooperativas que incumplen con tal propósito, motivado por la no arrancada del ingenio pinense, y cuatro de ellas por no cosechar la cantidad prevista, lo cual indica que en algunos casos todavía la realización de los estimados muestra superficialidad, al incluirse áreas con arbustos de especies invasoras como el pili pili y el marabú, bajos rendimientos o, en caso de quemarse, no es posible el corte.
Sumadas a las deficiencias propias de la campaña azucarera, estuvieron como azote los incendios de las plantaciones, los más grandes en los últimos ocho años. Desastres que dejaron penalizaciones millonarias a varias bases productivas.
También en el foco de atención aparecen las cooperativas con falta de atención a los sembradíos a causa de endeudamientos acumulados, que entran en un círculo vicioso al estar imposibilitadas de solicitar créditos bancarios por no poseer garantías. Muchas de ellas tienen rendimientos por debajo de las 33 t/ha, muy cercanas a un proceso de extinción.
Los cronogramas de siembra tampoco estuvieron a la altura de lo demandado en el período. A finales de junio, de las 7 029 hectáreas (ha) del plan de la campaña de primavera solo habían 5 000 alistadas.
Vital importancia tendrá disponer de caña suficiente en la geografía avileña para el sostenimiento del sector, máxime al considerar que la modernización del central Ciro Redondo y el funcionamiento de la Bioeléctrica aledaña demandarán volúmenes ingentes de esta materia prima. Además, ello permitiría echar a andar otra vez las maquinarias del Enrique Varona, paralizadas por esta causa.
La diversificación agropecuaria con vistas al autoabastecimiento de las bases productivas fue un elemento que ganó impulso en el año que concluye, mediante la creación de módulos pecuarios y la siembra de otros cultivos para garantizar la alimentación de los trabajadores y, en la medida de las posibilidades, abastecer a comunidades cercanas.
Se acaba el año 2020, pero ya iniciaron los compases de la nueva zafra. El pitazo inicial en la provincia lo dio el central–refinería Ecuador, que tiene previsto elaborar unas 30 000 t del dulce alimento, volumen que aspiran a convertir en refino. Por su parte, el plan de crudo del Ciro Redondo será de 73 000 t, mientras que en el caso del Primero de Enero la cifra llegará a las 25 000 t.
Muchos serán los retos de la campaña que recién comienza, marcados por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense y la incidencia de la pandemia; no obstante las brisas de la Tarea Ordenamiento y sus incentivos a la exportación, pudieran dar el impulso necesario al despegue que requiere esta fundamental agroindustria en la economía nacional.
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