En los últimos dos años Cuba ha perdido más del 13 por ciento de su producto interno bruto, se informó en las recientes sesiones parlamentarias.
La Habana, 29 oct.- Las cifras sobre la economía brindadas en las sesiones del parlamento (Asamblea Nacional del Poder Popular) los días 27 y 28 de octubre confirmaron el creciente costo de la vida y las complicaciones derivadas de la llamada tarea ordenamiento monetario.
En redes sociales, foros de medios digitales, filas en espera del transporte o en los alrededores de tiendas que ofertan algún escaso producto de primera necesidad, las personas continúan preguntándose cómo se va a solucionar la actual situación, marcada por el aumento generalizado de los precios de bienes y servicios.
Al intervenir ante el grupo legislativo, el diputado Marino Murillo, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos de la Política Económica y Social, reconoció que la inflación minorista es la principal desviación de la tarea ordenamiento, proceso iniciado en enero pasado para poner fin a la dualidad monetaria y cambiaria, que destapó otros problemas.
Murillo admitió también que los costos de la canasta de bienes y servicios de referencia casi duplican los números diseñados, mientras la capacidad de compra que pretendió dar la reforma salarial se disolvió ante la estampida de los precios, sobre todo entre los grupos de menores ingresos.
¿Quién le pone el cascabel a la inflación?
De acuerdo con el llamado arquitecto de proceso de ordenamiento monetario, “no ha habido un disparo de la inflación mayorista”. Sin embargo, otra es la historia con la inflación minorista. Acotó Murillo que “siempre que se devalúa en esas magnitudes, hay crecimiento de precios y, por consiguiente, inflación”.
En el mercado informal de divisas, apuntó, la tasa de cambio es de 1 CUP (peso, moneda nacional) por 70 MLC (moneda libremente convertible) para una inflación de 6.900 por ciento, que incide tanto en la inflación mayorista como en la minorista.
El diseño de la tarea ordenamiento proyectó que las ventas totales crecerían 1,6 veces y los ingresos cinco veces. Sin embargo, reconoció Murillo, “la gente está viviendo con precios hasta 7 y 10 veces más grandes”.
Uno de los elementos del reordenamiento económico era lograr una canasta de bienes y servicios de referencia con un valor de 1.528 pesos. La dura realidad es que el costo “viene subiendo mes a mes y no se ha logrado detener”, admitió.
Si en marzo esa canasta era de 2.347 pesos, en agosto fue de 2.821 pesos, “1,85 veces el costo de la canasta que hicimos para calcular la pensión mínima, lo que significa que quienes tienen pensión y salario mínimo hoy no están consumiendo lo previsto”, el monto supera los 3.250 pesos en La Habana y los 3.057 pesos en las provincias orientales.
Según Murillo, hay un déficit de oferta de unos 60.000 millones, lo que “ha disparado los precios en el mercado informal y, por ende, el crecimiento del coste de la canasta de bienes y servicios”.
“No hay que ser económico para darse cuenta que, si sube el salario y no hay ofertas, la inflación nos mata y no hay cuenta que cuadre al final del mes”, posteó en el sitio digital Cubadebate el internauta que se identifica como francopy.
“Como cubano de a pie y padre de familia, la canasta familiar esa de bienes y servicios ronda por lo bajito sobre los 5.000 o 7.000”, expresó en ese espacio el firmante Juan.
Otros opinaron que “todos estamos viviendo con la inflación y lo que hace falta es lograr revertir la situación y dar con la solución ahora, este año, no el año que viene”.
Según el forista Mas, “nadie ha dicho cómo se va a resolver esta situación en el corto plazo, no hay mucho tiempo para hacer análisis profundos, ahora mismo todos somos vulnerables”.
Tras reiterar que la inflación minorista es superior a la diseñada y ha reducido la capacidad de compra, lo que constituye la principal crítica de la población, Murillo sostuvo que las “posibles soluciones son muchas”.
Sin embargo, solo mencionó una mayor participación de la producción nacional, mejor control de la liquidez en manos de la población y medidas compensatorias para atender a las personas más vulnerables.
Entre los comentarios más reiterados en los espacios virtuales sobresalen los referidos a que, por lo menos en lo visto en transmisión televisiva, no se produjeron preguntas ni se expresaron dudas de las y los diputados acerca del trascendental y complejo asunto.
Contexto complicado
El ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, indicó que en los dos últimos años el país ha perdido más del 13 por ciento de su producto interno bruto.
En 2020, dijo, se dejaron de captar unos 2.400 millones de dólares a causa de la pandemia de covid 19 y del recrudecimiento de las sanciones de Estados Unidos, a la vez que se estima cerrar 2021 con alrededor de 700 millones menos de lo previsto en el plan.
Según informó, “en un periodo de dos años el país ha perdido más de 3.000 millones de dólares. Muchos de los fenómenos que tenemos hoy vinculados a la escasez de oferta, las colas, tienen su origen en cuestiones objetivas”. El también viceprimer ministro comentó que “por mucho esfuerzo que se haga y que se perfeccione la gestión del gobierno, no es posible que no se sienta eso en la vida diaria de los cubanos. Es un impacto realmente duro para la economía”.
Tras escuchar estas afirmaciones, la ciudadanía cuestionó en diversos espacios públicos y privados por qué se decidió dar curso a la tarea ordenamiento en tan complejo contexto.
El internauta Jorge comentó en Cubadebate que “a casi un año del reordenamiento y de tantas medidas implementadas para incentivar la producción, resulta que la inflación sigue creciendo y creciendo. Para fin de año cómo estaremos… lo que se temía pasó”.
“A la escasez de oferta que ya existía, que por sí sola causa inflación, se le suma un aumento de salario de la magnitud que se hizo, era lógico que la inflación desde el 1 de enero se iba a disparar”, posteó EspirituanoS.
A su juicio, “hasta que no logremos empezar a recuperar la oferta, no se logrará, primero, llegar a controlar la inflación” y “después, lograr disminuirla”.
Según escribió en Facebook el internauta Félix Abel Ochandarena, “mi única pregunta es si era momento para dar tan agigantados pasos. ¿No fuimos capaces de prever esto?”.
Alimentación, lejos de los planes
La producción nacional de alimentos es “muy compleja”, como la calificó Gil, “provocada, entre otros factores, por un marcado déficit en la disponibilidad de insumos y de combustible, la imposibilidad de importar muchas de las piezas para el equipamiento, y también por problemas organizativos”.
Las cifras confirman lo que se intuía: prácticamente todas las producciones se incumplen: el arroz, 62.000 toneladas por debajo de lo planificado, el maíz (-64 000 t), frijoles (-22.800 t), la leche (-63,6 millones de litros), la carne de cerdo (-31,4 t) y huevos (-54,7 millones).
Por otra parte, informó el ministro de economía, las importaciones de bienes ascienden a 5.800 millones de dólares, de ellos 1.348 millones corresponden a la adquisición de alimentos, “una cifra que no es despreciable, aun cuando sabemos no satisface la demanda”. (2021)
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