Por
Diana Domínguez Ceballos*
Hablar
de inflación, especulación, oferta, demanda, costos, precios, producción de
bienes y servicios, entre otros términos no menos complicados, se ha convertido
en tema cotidiano en cualquier escenario, ya sea laboral, escolar, familiar o
social; dada la creencia (que tenemos por idiosincrasia), de que somos
especialistas en todo.
Con
la misma pasión se habla de problemas como de posibles soluciones para detener
el alza de los precios y se culpa lo mismo a la Covid, que a la tarea ordenamiento,
a la escasez de recursos, a los coleros o a la Dirección del país; sin pensar
que las causas que lo condicionaron son tan antiguas como creativas deben ser las
salidas a la actual crisis.
Pensando
en las causas, precisamente, son las medidas antinflacionarias planteadas por
el Dr. Jesús Pulido Catasús, director general de Coordinación y Asesoría de la
ANEC, que fueron publicadas en Cubadebate bajo el título “Las propuestas de
tres economistas para controlar la inflación en Cuba”.
De
extremadamente complejo catalogó el especialista el tema al comenzar el diálogo
que sostuvo con El economista de Cuba:
“Cualquier propuesta requiere la evaluación
de los problemas actuales. Factores estructurales, pero también organizativos,
incluyendo la tarea ordenamiento, cuyas medidas han tenido incidencia en la
problemática actual”.
Una
de las medidas que enarbola es la importación de productos por parte de quienes
viajan a Cuba. Dada la escasez de divisas para satisfacer su demanda, el especialista
propone su entrada al país, exentos de aranceles, salvo la recuperación del
gasto que representa su transportación, es decir, que los viajeros puedan traer,
además de medicinas y alimentos, otros bienes de consumo popular sin el
gravamen arancelario respectivo. “A mi juicio representaría un beneficio en
cuanto a la
situación de carestía que tiene la familia cubana”, expresó.
Otra
solución que propone es permitir que proveedores internacionales, mayoristas de
bienes y servicios, puedan participar con su capital y mercancías en el sistema empresarial
cubano mayorista o minorista, a partir de la experiencia que considera tienen
algunos sectores como el hotelero. “Es una experiencia que se pudiera trasladar
al comercio, cadenas internacionales de tiendas podrían estar interesadas en
invertir en Cuba y no veo ninguna razón para no hacerlo incluso en el comercio minorista”.
Otra
arista del mismo tema tiene que ver con la diversificación de actores
económicos que conviven hoy en el entramado social cubano, específicamente los
que tienen
formas de gestión no estatales, a los cuales Pulido Catasús considera debe
concedérseles facultades para decidir quién exporta sus servicios o importa sus recursos
y materias primas y que el criterio fundamental que rija la decisión sea el
gasto en que incurre, o sea, que lo realice el más eficiente para la economía nacional.
Hoy se encuentran limitados, por la legislación vigente, a comercializar fuera
del país, sólo a través de empresas estatales.
Estos
procesos también conllevan cálculo y análisis y, según el experto, desde el
triunfo revolucionario los estudios de factibilidad previos a la decisión de
las inversiones
no han sido lo suficientemente eficientes, ni la exigencia porque se cumplan
los acuerdos establecidos en los contratos. De ahí la propuesta de detener el financiamiento
de algunas inversiones que requieren grandes volúmenes de moneda libremente
convertible (MLC) y dedicarlos al financiamiento de pequeñas fábricas
para producir alimentos por productores individuales, mipymes o cooperativas,
mediante préstamos con bajas tasas de interés.
“Hoy
se precisa decidir cuáles son las inversiones que debemos detener para
priorizar otras, hacer un análisis pormenorizado para situar los fondos en la
agricultura y la
industria alimentaria, sectores que, junto al azucarero, son muy importantes
para el desarrollo económico y social. Las medidas aprobadas para ellos indican
que el Gobierno
ha identificado problemas y necesidad de recursos”, comentó con la voz pausada
que lo caracteriza.
Desde
hace algunos años, y cada vez con más frecuencia, se habla de cambio de
mentalidad y, en consecuencia, de resistencia al cambio; un análisis en este sentido
es indispensable para comprender la realidad que plantea Pulido en cuanto a la
necesidad de concentrar el trabajo de las empresas estatales agropecuarias en
la prestación de servicios, a bajos costos, a los productores de las
Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), de Créditos y Servicios (CCS) y
a las Unidades
Básicas de Producción Cooperativa (UBPC).
“Hay
que potenciar el trabajo de las cooperativas y que las empresas estatales sean
sus servidores. Venderles fertilizantes y semillas de alta calidad a precios accesibles,
facilitar la compra de piezas para regadíos, arar la tierra. En el discurso de
algunas entidades no se priorizan esos elementos que son de gran importancia en
el proceso de transformación que requiere el sector agropecuario, e incluyo la
caña de azúcar, porque es un cultivo muy noble, culturalmente importante, que requiere
tecnología y recursos para su desarrollo.
Impulsar
el desarrollo azucarero implica a todo el proceso que comienza en la producción
de caña, que también sirve como alimento animal y del que se obtienen muchos
beneficios, como el alcohol para las industrias médica, cosmética y ronera.
Invertir en él permitiría recuperar una industria con profunda tradición en
nuestro pueblo.
Es
una inversión importante –concluye como para sí mismo–, y es necesario que en
ella participe capital extranjero, no sólo con fondos monetarios, sino con tecnología.
Países como la India y Brasil tienen grandes avances en la producción de azúcar
y sus derivados”.
El
fenómeno de la inflación en Cuba tiene una característica que lo distingue, la
venta de bienes de consumo en una moneda que no se adquiere como salario. Con relación
a este aspecto Pulido Catasús propone “Poner a flotar la MLC autorizada en el
país respecto al CUP, de forma tal que se acerque cada vez más al mercado informal
interno y crear un mercado de esa moneda para que los actores económicos
(estatales y privados) puedan adquirir divisas convertibles”. Lo que se traduce en
vender los dólares que están en poder del Estado y no se pueden usar por las
restricciones del bloqueo, para que los cubanos puedan comprar mercancías en el exterior
que necesitan, tanto para su consumo, como para sus negocios, y canjear por cup
a los que reciben dólares del exterior, por supuesto a una tasa de cambio superior
a la actual de 24 x 1.
¿Y
su propuesta no nos llevaría nuevamente a un escenario similar al que había
antes de eliminar el CUC? Indagamos con sorpresa al llegar a este punto de la conversación.
“Sí
–respondió sin prisa, pero con firmeza–. En mi criterio personal tenemos que
volver necesariamente a establecer dos tipos de cambio, uno para la empresa
estatal y
otro para la población y las formas de gestión no estatal, para que los nuevos
actores económicos dispongan legalmente de recursos para poder financiar sus operaciones.
Se puede ver como un paso atrás, pero es necesario”.
El
caso es que el problema no se refleja solo en la falta de dinero de la
población para comprar en las tiendas con ofertas en MLC, los actores
económicos de las formas
de gestión no estatal tampoco tienen acceso a la divisa que necesitan para
comprar materias primas y materiales en el mercado nacional o en el extranjero, razón
por la cual solicitamos al asesor de la ANEC nos precisara su idea de no
subsidiar los precios de los combustibles que se venden a los actores
económicos.
“Con
la tasa de cambio oficial –explica–, el litro de gasolina regular que se vende
a 25 CUP ya no refleja la realidad, porque en el mercado informal eso equivale prácticamente
a 25 centavos de dólar y no se compara con el precio que tiene el combustible
hoy en el mundo. Se precisa liberar el precio del combustible porque incide
en muchos sectores y decide costos de producción. Este proceso debe ser
gradual, pero es imprescindible para lograr que los precios en el mercado
nacional cada
día se acerquen más a los del mercado internacional”, teniendo en cuenta la
estabilidad del país y el componente especulativo de la oferta y la demanda.
Aprovechamos
la ocasión para indagar en su criterio sobre los precios de la canasta básica.
“Pienso
que el cálculo está obsoleto, los precios de los productos no coinciden con el
cálculo que se hizo para aumentar los salarios, problema que se agrava con el proceso
inflacionario. Hoy se requiere analizar cuál es el nivel de ingreso que
necesita una familia cubana para enfrentar la situación actual y eso conlleva a
un estudio
del sistema salarial, en un proceso que ya comenzó con la flexibilización del
límite para los salarios, las empresas ya fijan sus salarios”.
Su
lógica conduce a una duda ¿fue realmente acertado mantener el cambio de 1 dólar
por 24 CUP cuando se aplicaron las medidas para eliminar el CUC y fijar la tasa
cambiaria? “Hubo factores que no se tuvieron en cuenta”, dijo el especialista Los
temas económicos, en general, son de por sí complicados para quienes no se
desempeñan en estas disciplinas, no tenemos costumbre de estar actualizados sobre
el precio del combustible o del azúcar en el mercado mundial, ni tampoco en el
mercado mayorista, nos interesamos por lo que nos cuesta adquirir un producto, sin
embargo, enarbolamos el criterio del derecho a la información, aunque no
disponemos de toda la necesaria y la ocasión es propicia para conocer en
opinión de un economista
si esta carencia no impide la comprensión de los problemas que tenemos en el
país, cómo inciden en la economía familiar y, sobre todo, si no limita nuestra
participación en el fortalecimiento económico y social.
“Sin dudas. Ese es un tema que requiere
una atención priorizada. Muchas veces no se explican, o se explican mal, los
problemas que inciden en la determinación del precio
de un producto. Nos hemos acostumbrado a que los precios no cambien, y eso para
nosotros es bueno, pero hay factores que están presentes, que conllevan a
que se modifiquen los precios y ni siquiera se dice que el Estado está pagando
una parte del costo de ese producto o servicio. Por ejemplo, y volvemos al combustible,
cuando aumenta su precio en el mercado mundial también aumenta el costo de
servicios como la electricidad o el transporte, pero los principios de justicia
social que defendemos favorecen eso para no perjudicar a la familia, es preciso
explicar eso y, en alguna medida, cambiarlo para estabilizar la economía. La comprensión
requiere tener cultura económica o no estaremos lo suficientemente
sensibilizados porque no lo comprendemos”.
La
cultura económica no se aprende en la escuela, se adquiere a partir de la
satisfacción de necesidades de información, pero para comprender la economía,
más que
imponer una agenda mediática o indagar en la población, amerita preguntar a los
economistas qué necesitan saber las personas para comprender los hechos y fenómenos
económicos, es por ello que, antes de concluir, pedimos el criterio del
experto.
“Hay
que sensibilizar a los medios, la población necesita que se le hable de
economía en un lenguaje sencillo, sin dejar de explicar los elementos
necesarios para entender
los problemas de la economía cubana y cómo enfrentarlos, sus logros y
deficiencias para comprender los procesos y contribuir al desarrollo”.
*
Directora de Comunicación de la ANEC y subdirectora del periódico El economista
de Cuba.
Propuestas hay varias y desde la propia Academia. Pero quién y cuando se decide aplicar esas medidas ?.
ResponderEliminarO seguimos en la cultura de la espera. En la gradualidad de la "pausa en la prisa", etc.
El propio Presidente hace días reconoció que ; como en la dirección actual del Gobierno. Nadie puede ser Fidel o Raúl. Hay que dirigir "colectivamente" asumo que en busca de consensos. Cada decisión.
Pero esa búsqueda de "consensos" no puede eterna. Y no podemos elegir no DECIDIR por temor a errar.
Si algo aprendimos de Fidel es su valentía política en la toma de decisiones. Y al final cuando no arribaba el consenso. Decía yo asumo la "responsabilidad histórica". Y Pa'lante. La acción audaz delante del discurso y la "muela acaramerada" y las soluciones postergadas.
Estamos en presencia de una crisis económica sistémica y una crisis demográfica sin precedentes en la historia de la Revolución.
Acabemos de cambiar lo que tenemos en gaveta. Que el pueblo desfila en las plazas porque aún no ha perdido la fe en la Revolución. Y el Gobierno tiene que estar a la altura de su pueblo. Desde cuándo no se cambia un Ministro en Cuba . Y mira que tenemos problemas. En tiempos de Fidel no les duraban un round.
Increíble que teniendo a la mano diversas alternativas para enfrentar la situación actual, dadas por nuestros economistas, el gobierno insista en la inacción, la espera, la pausa, o vaya usted a saber qué cosa, porque a estas alturas ya uno no sabe qué pensar. Pareciera que necesitáramos otro 11 de julio para sacudir la modorra de los decisores que tal parece que viven en una burbuja de autocomplaciencia. Como si no hubiera bastado con las consecuencias que ha traído la excesiva demora en aplicar cambios necesarios que luego aplicaron tarde y a medias, con los resultados negativos que ello ha tenido. Qué bien se nota que ninguno de ellos enfrenta las enormes carencias materiales que azotan el día a día de los cubanos...
ResponderEliminarQue enredo tienen los economistas locales en sus propuestas. Busquen a Murrillo que el tiene el plan bien diseñado, lo que sucede es que lo expulsaron ex ants.
ResponderEliminarPueden aprender algo de esto.....o al menos "potenciar el trabajo".
ResponderEliminarhttps://elpais.com/economia/2022-05-04/la-reserva-federal-de-ee-uu-aprueba-la-mayor-subida-de-tipos-de-interes-en-22-anos-para-contener-la-inflacion.html?ssm=TW_CM
https://www.federalreserve.gov/newsevents/pressreleases/monetary20220504a.htm
https://www.federalreserve.gov/newsevents/pressreleases/monetary20220504b.htm