Por Joaquín
Benavides Rodríguez *
Hace unos meses,
cuando escribí un artículo sobre las Empresas Estatales, al final me comprometí
a completarlo con mis opiniones sobre las OSDE y las funciones de los
Ministerios ramales. En este de hoy incluyo además las funciones que considero
fundamentales que deben ser ejercidas por los principales Organismos Globales. En
el segundo quinquenio de la década de los 80s, tuve que cumplir
responsabilidades con respecto a las estructuras y funcionamiento del Estado
Socialista. Es por eso que me atrevo a opinar sobre este importante tema. Allá
va.
Las OSDE
deberían ser sometidas a un proceso ordenado de extinción. Se han convertido en una especie de engendro burocrático, que
obstaculizan el desarrollo eficiente de las empresas. No son una Corporación,
sino un intermediario. Y como tal se convierten en una traba para el desarrollo
creciente de la empresa estatal.
Las principales
empresas estatales, las que determinan en el desarrollo estratégico de la
economía cubana, deberían ser convertidas en empresas públicas, no subordinadas
a ningún ministerio ramal, sino adscritas a una entidad que se subordine
directamente, mediante una Ley, al Presidente de la Republica. Las empresas
públicas adscritas a esa entidad, deben representar no menos del 50% de los
activos empresariales estatales.
Tales empresas,
que a modo de ejemplo cito algunas, serian, La Unión eléctrica, CUPET, ETECSA, AZCUBA,
TABACUBA, BIOCUBAFARMA, las empresas del Níquel y la Metalurgia, las empresas
de Cemento, la Unión de Ferrocarriles, los Puertos, las empresas de
Fertilizantes, las grandes empresas de ganadería vacuna de raza, y otras que
definan que los principales activos estratégicos del País, aquellos que
garantizan la resistencia en cualquier circunstancia y que a su vez definan las
líneas principales del desarrollo a largo plazo.
La propia
decisión de convertirlas en empresas públicas, obligaría a sanear la
contabilidad de cada una de ellas y como primer resultado, el País sabría con
cuantos activos cuenta efectivamente, lo que sería esencial para proyectarle su
desarrollo sobre bases reales. Una entidad auditora independiente, debería certificar
los Estados financieros anuales de esas empresas, por encargo de la entidad a
la que están adscritas, subordinada al Presidente.
A partir de que
cada empresa pública sea inscrita como tal en el registro que a esos efectos
cree el Ministerio de Justicia, preparan sus proyectos de desarrollo a mediano
y largo plazo, los que presentan a la entidad a la que se subordinan, que se
encarga de prepararla para su presentación para la aprobación del Presidente de
la República. Ese documento firmado por el Presidente, autorizaría a la empresa
pública a que, ajustándose a las leyes vigentes, ejecute todas las actividades
necesarias para llevarlos a cabo.
Una vez aprobado
su programa de desarrollo, el Presidente o Director General Designado de la Empresa
Pública se podría dedicar a llevarlo a cabo y trabajar sin interferencias
burocráticas. Podría designar a su equipo de dirección bajo su entera
responsabilidad. No tendrían limitaciones para gestionar créditos y
financiamientos con los bancos
nacionales y extranjeros; para importar de cualquier mercado que le sea posible
y para pagar las compras de insumos y aun de inversiones que le hayan sido
aprobados en su programa. O sea, él y su equipo de dirección responderían por
la ejecución de su programa.
El Órgano de
Planificación tendría que tener la responsabilidad
de Regular el Mercado en que actúan los diferentes
actores y Planificar a largo plazo el desarrollo económico y social. No tendría
facultades legales para intervenir directamente en las empresas estatales,
cooperativas o privadas.
El Banco
Central tendría como facultad principal, además de
actuar como ente regulatorio superior del sistema bancario, sería el rector y
decisor estatal de la Política Monetaria,
cambiaria y Organizador y regulador estatal
del crédito.
El Ministerio
de Finanzas tendría como actividad principal la de regir la Política Fiscal. Conservaría
funciones de regulación y fijación de los Precios Mayoristas de interés
estatal, que contribuyan a garantizar la política social del Estado.
Ministerio de
Comercio Exterior e Inversión Extranjera, tendría como
función principal ejercer la Alta Supervisión de las facultades concedidas a
las empresas estatales, cooperativas y privadas de llevar a cabo actividades de
importación y exportación, así como el control y tramitación estatal de
aprobación de las Inversiones Extranjeras, según lo que establecen las Leyes
correspondientes. Representar al País internacionalmente ante los Organismos
internacionales de Comercio, Desarrollo e Inversiones.
Organismos
Ramales de la Administración del Estado. Deberían ser
sometidos a una profunda reorganización y ajuste estricto de facultades que
conlleven a una disminución importante de personal, lo que permitiría que
muchos de los mejores y más calificados cuadros y especialistas puedan ser
contratados por las empresas públicas. Se les deben eliminar todas las
funciones que les permitan interferir en la actividad empresarial estatal, cooperativa
o privada. El Gobierno, e incluso el Consejo de Estado, podrían aprobar una
norma mediante la cual se limitara la Plantilla de los Organismos ramales de la
Administración del Estado a un máximo de 150 trabajadores. Puedo afirmar que
siempre fue suficiente, más ahora que no tienen que atender funciones empresariales.
Se deberían dedicar fundamentalmente a la proyección a largo plazo de sus ramas
y al desarrollo científico técnico y a la innovación con un sentido estratégico
para su introducción en la economía nacional. Sus relaciones principales
deberían ser con las Universidades e Instituciones Científicas. Y por supuesto
constituir la Alta Asesoría del Gobierno.
19/06/2022
*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.
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