Sayli Sosa Barceló ECONOMÍA
Un recorrido de las máximas autoridades avileñas permitió visualizar el camino que va de la simiente a la tierra y de ahí a los frutos
Es un camino con atajos, cangilones y baches, pero camino al fin.
El ahora o nunca de la Biofábrica
Sometida a la primera reparación capital en más de 30 años de fundada, la Biofábrica adscrita a la Unidad Empresarial de Base Semillas, de Ciego de Ávila, está todavía distante de los máximos resultados productivos de su historia.
En el ya lejano 1996 la entidad produjo un millón de vitroplantas en la modalidad de raíz desnuda, la cota más alta a la que han podido llegar, también distantes de los cuatro millones concebidos en el diseño. Desde entonces, este centro especializado en abastecer de posturas a la agricultura avileña no ha tenido picos estables de entrega.
De hecho, en la actualidad no pocas bases productivas en Ciego de Ávila compran plántulas de cultivos como malanga, plátano o piña en otras provincias, “noticia” inconcebible para Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central y primer secretario del Comité Provincial del Partido, que llegó hasta la Biofábrica en busca de explicaciones.
De acuerdo con la MSc. Yalina Hernández Rodríguez, directora de la entidad, el mal estado de la cubierta provocó en el pasado continuas contaminaciones de las vitroplantas, lo que atentaba directamente en la calidad y cantidad de la producción. La magnitud del daño estructural era tal, que fue necesario, casi, hacerlo todo nuevo.
Encargado a la brigada que dirige el trabajador por cuenta propia Luis Alberto Gómez Rodríguez (reconvertido ya a mipyme Aecon), y con un presupuesto de poco más de 5 millones de pesos, los trabajos no avanzan todo lo que pudieran, ya en su fase final, por falta de áridos y combustibles, déficits que podrían “destrabarse” luego de la visita de Izquierdo Alonso y Tomás Alexis Martín Venegas, gobernador de Ciego de Ávila.
De todas formas, lo pendiente es el edificio socioadministrativo; por tanto, ya comenzó a montarse las primeras subculturas. Al momento de la visita había en existencia 35 000 vitroplantas, según confirmó el MSc. Jorge Luis Barrios Blanco, director de la UEB Semillas.
“Aunque el diseño original era de cuatro millones de plántulas a raíz desnuda, en realidad nos hemos especializado en la modalidad adaptada. En esa variante podríamos llegar a dos millones”, explicó Yalina Hernández y, de inmediato, ese fue el compromiso pedido por el primer secretario.
No obstante, hay que ser realistas. A partir de ahora, la Biofábrica estaría en condiciones de entregar unas 400 000 vitroplantas, pero el sistema de la Agricultura necesita un millón. Habrá que seguir comprando fuera del territorio, algo que tampoco constituye un error, pues es preciso “refrescar” el material genético de las semillas.
Es un proceso que corre con los tiempos de la Naturaleza, no con los apremios de la economía. Una vitroplanta necesita alrededor de 8 meses para el enraizamiento y luego otros 45 días de adaptación. Los campesinos cubanos prefieren la postura adaptada, porque el riesgo de muerte es menor, aun cuando es más cara (8.50 la adaptada, 6.50 la de raíz desnuda). Entonces, hay que ir poco a poco.
Del análisis a pie de obra salió la posibilidad de conectar los laboratorios de la Biofábrica con los viveros tecnificados de la Empresa Agroindustrial Ceballos, en el caso del proceso de adaptación de las plántulas de piña. Asimismo, ya se trabaja con variedades de plátano y malanga.
Y después de la semilla ¿qué?
Como quiera que las posturas de plátano demorarán todavía nueve meses, hay que buscar semillas de la forma tradicional, y a eso Reinaldo Santana Moronta, productor asociado a la CCS Antero Regalado, de Primero de Enero, “le sabe un mundo”. Su finca de tres caballerías, conocida como Los Moronta produce las cepas de plátano de las variedades Cemsa y PV.
Con él intercambiaron las autoridades de la provincia, interesadas, además, en la fuerza de trabajo. Santana Moronta dijo tener seis trabajadores fijos con pago diario y primas cada cuatro meses. En picos de cosecha contrata más.
Al decir de Orlando Pérez Pedreira, delegado de la Agricultura, los costos de producción de agroalimentos dependen más del precio de la mano de obra que del precio de las semillas, con todo y que las simientes no son baratas —se revisaron las fichas luego de la Tarea Ordenamiento.
Mientras Reinaldo Santana paga 300.00 pesos diarios, Alexander Rodríguez Lavielle, productor de la UBPC Sabicú, debe desembolsar 350.00 por cuatro o cinco horas de la mañana, y ni así tiene siempre brazos disponibles para guataquear la caballería de tierra rojísima que administra. Probando métodos ha llegado a la certeza de que la mejor forma es ajustar el pago mediante vinculación al surco.
―¿Te ha dado resultados? —preguntó Liván Izquierdo.
―Es como único aparecen trabajadores. Les pago 80.00 pesos por surco de guataquea y así sí adelantamos.
Lo dice mirando un campo de malanga Xanthosoma de muy buena salud, contratado por la Empresa Agropecuaria Arnaldo Ramírez como semilla. Jorge Maceo Lorenzo, director de ese polo productivo en Primero de Enero, explica que una hectárea de malanga puede dar hasta cinco toneladas de semilla y que la empresa identificó a este joven productor como garante de la simiente.
—Tenemos malanga porque decidí no hacerme rico. A mí vinieron a pagarme a 80.00 pesos la libra del chopo de la malanga, pero ya había hecho el compromiso —comenta Alexander y no hay cómo no mirar al otro lado. A sus espaldas, la humilde casa con techo de guano y paredes de mampostería y tablas. Antes, el camino irregular y los cangilones anunciaron, como heraldos, los rigores de vivir campo adentro.
La Arnaldo Ramírez produce, también, sus propias semillas. Las de calabaza de la próxima campaña podrían salir de la excelente cosecha que pronostica la CCS Protesta de Baraguá, cuyo primer despunte yacía a un costado de la carretera, a la espera de Acopio. En 12 hectáreas esperan obtener 120 toneladas… ¡como para engordar todas las pantorrillas avileñas!
Según Maceo Lorenzo, los actuales rendimientos descansan en una práctica que no es nueva en la entidad que dirige: el empleo de abonos orgánicos. Para demostrarlo guía a los visitantes hasta el pequeño y artesanal centro de producción de humus de lombriz, donde Izquierdo Alonso y Martín Venegas conocieron el proceso mediante el cual las lombrices “fabrican” el “mejor abono del mundo”.
Unas pocas naves obran el “milagro” de producir abonos no solo para la Arnaldo Ramírez y sus 500 hectáreas bajo riego, sino para comercializarlo, a razón de 9.00 pesos el litro de abono líquido y 9.00 pesos el kilogramo de abono sólido.
De acuerdo con el delegado de la Agricultura, Orlando Pérez Pedreira, a Maceo Lorenzo y su colectivo les asignarán muy pronto otras ocho máquinas de riego, con las que llegarían a 800 hectáreas, más sistemas de riego por goteo para el cultivo de plátano burro.
En buena lid se las han ganado, porque a la Arnaldo Ramírez le caben unos cuantos epítetos. La “maña” de director avezado de Maceo Lorenzo y el trabajo constante de los colectivos han permitido que la entidad no caiga en pérdidas ni siquiera después de una campaña de papa que dejó más sinsabores que tubérculos. Las aguas y la falta de combustible y cosechadoras en el momento oportuno malograron los rendimientos y resultaron en la peor cosecha de los últimos 20 años en Ciego de Ávila.
Pero donde unos ven fango e impedimentos, Maceo Lorenzo vio oportunidades. Con laboreo mínimo se sembró calabaza en áreas ligeramente enyerbadas, esperaron a que la simiente naciera y, ahora que las lluvias dieron un chance, empezaron a guataquear. Allí se han comprendido bastante bien las 63 medidas del sector agropecuario y parecen haber inventado lo de “sin perder un día”.
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