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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 6 de octubre de 2022

Cadeca: lo que debe ser cambiado

Por Katia Siberia OPINIÓN 06 Octubre 2022, Invasor



Una mañana cualquiera en Cadeca, luego de que el tumulto se disipara y quedaran solo los que ese día podrían acceder a monedas extranjeras. Foto: Katia

Los cristales de Cadeca (Casa de Cambio) son la frontera: calor y tumulto/split y de cinco en cinco. Bulla y algarabía/silencio y en qué puedo servirle. Reventa y negocio/venta, según disponibilidad. Incertidumbre/certeza.

Afuera y adentro. Dos caras de una misma moneda, cuya línea divisoria ronda al mercado cambiario oficial; una compra y venta de divisas que se veía en lontananza, a pesar de los anuncios y de una gradualidad que a muchos nos supo a desesperación y que aún pagamos informalmente. Hoy a 200.00, mañana no sabemos.

Pues ese cristal de Cadeca viene siendo la línea más económica que debemos franquear si queremos acceder a monedas extranjeras que, dos colas después (banco y tienda), se nos convertirán en productos de primera y última necesidad, en todas sus gamas.

Ahora hablamos de lo que sucede dentro y fuera de Cadeca, dos espacios indisolubles, porque si hay suficiente oferta, aunque sea en pesos mexicanos, los cientos de personas que se amontonan cada mañana podrían convertirlos en Moneda Libremente Convertible (MLC). Y si hay poca disponibilidad, como suele suceder, esos cientos serán cada vez más cientos y terminarán en río revuelto donde ya sabemos quiénes tienden a pescar.

Las historias “allende los cristales” han llegado a Invasor. “Tú pasas y compras el euro a cómo te lo venda Cadeca, pero el colero, por dejarte pasar en el espacio de ‘mi gente’ te cobró el euro a 140.00, 145.00, 150.00, y sillas y sillas y sillas como los dibujos animados. Entonces al salir yo de ahí, tuve que pagarle la diferencia entre la compra real y la que él me permitía hacer. Estamos hablando de alrededor de 1550.00 CUP, que, multiplicado por los 60 que éramos en la sesión de mi ‘organizador’, estamos hablando de 93 000.00 CUP que él se ganó en ese día”.

Tal confesión, con solicitud de anonimato, ronda los 21 días; aunque esta semana otra parecía la realidad. Si bien cientos de personas se amontonaban para lograr entregar su carné y ser apuntados en un listado confeccionado por los agentes del orden allí presentes, el nuevo método pretendía ordenar, incluso, los restantes días de la semana.

Sin embargo, la falta de detalles al respecto truncaba la principal interrogante, esparcida ya por los alrededores: “Si no sabemos cuántos carnés se recogieron en total ni si recogerán la próxima semana o qué día, ¿cómo uno saca la cuenta para saber cuándo podría tocarle, para confiar en que delante de ti no pondrán a más nadie, si ni un número entregaron?”.

Esa opinión tampoco tuvo nombre, porque las renuencias estaban este lunes “a la orden”. Ni siquiera la persona encargada por la Dirección de Deportes de apoyar en el cuidado de la cola, accedió a ofrecer sus credenciales a este periódico.

Ya lo decíamos: los cristales son fronteras. Un halo de incomprensible anonimato se antepuso a las declaraciones que emitía desde adentro la directora de la sucursal del bulevar avileño, Lisandra Salina Ojeda.

“En estos días hemos empezado a ver caras nuevas”, decía sin reparos ante la certeza, verificable, de que “todos los días eran las mismas personas”. La directora provincial de Cadeca, Odalys Hernández Manso, pareciera que adivina su parlamento, porque 10 minutos después dirá lo mismo. Para ambas, el “cambio externo” de Cadeca ha sido visible en la ciudad cabecera.

Porque al interior todo siempre ha fluido. Días en que la disponibilidad alcanza, apenas, para que 10 personas adquieran las monedas extranjeras depositando en caja hasta 12 360.00 pesos (el valor, más el margen, que se definió para 100.00 USD), y otros días en que unas 60 personas han podido adquirirlas. Una cifra que se define a instancias nacionales y que cada mañana se anuncia a las puertas del establecimiento.

Pero desde afuera se empaña cualquier transparencia. Uno termina creyendo que se ha vuelto tan imprescindible cambiar nuestra moneda física en virtual, como cambiar “todo lo que debe ser cambiado” en los alrededores de Cadeca.

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