En principio vamos a dejar de perseguir la
definición que abarque todas las distinciones que merece el tema o temas de
sujeto, de la subjetividad y la sociedad contemporánea; o viceversa.
En resumen, habría que constreñir en los
mínimos a los teóricos de la civilización actual en su contexto, partiendo de
los clásicos de los fenómenos sociales, algunos clásicos desde hace más de
medio siglo, desde sociólogos, filósofos, economistas, si se desean establecer ¿cuál
es la característica básica de la estructura social contemporánea?
Una cuestión es de vital importancia ¿en qué
medida la sociedad actual pone de relieve la subjetividad del hombre, o se
convierte en objeto de su propia creación?
Galbraith, lo mismo que Aron, destacan la
dimensión de producción, el sistema industrial; Janne pone énfasis en tiempo de
cambios; Katona pone el énfasis en el consumo. Pero, la industria y la sociedad
de consumo, hace muchos años, le ponen un punto antropológico en la
civilización, y allí está Marcuse y Lefebre, con el cambio civilizatorio y la
urbanización de la sociedad, y el primero, la alienación de la civilización
postindustrial en la que se realiza el hombre y todos los valores humanos.
Alienación que conlleva el empobrecimiento y se minimiza la multiplicidad de la
vida, o como dice Marcuse, el hombre deriva en una sola dimensión, unidimensional.
Para Touraine, la organización perfecta en la
que participa la producción y el consumo se imponen como básico del sistema
social, de tal manera que habría que hablar de programación de la sociedad.
Para Toffler, el consumo se basa en la cada vez mayor producción, mayor
productividad, que posibilitan mayor riqueza material, de manera que la
abundancia se convierte en la característica principal de la época
superindustrial.
Algunos pocos autores que muestran que los
enfoques diferentes llevan al mismo fenómeno, y así sucesivamente hace medio
siglo y más.
Gorz, entre pocos, trata de oponerse
estableciendo los criterios basado en valores humanos bajo criterio socialista;
o valores sociales, la totalidad del ser humano, y el procedimiento y logro se
incorporan al esfuerzo de conjunto, y no de manera significativa la adquisición
separada de la comunidad y dirigida contra ella.
Estamos tan abocados y agobiados con los
problemas cotidianos, económicos y sociales, de corto alcance, que la gran
mayoría ni siquiera pensamos en las causas y consecuencias de las
manifestaciones sociales y culturales de las comunidades en las estructuras
contemporáneas. ¿Qué estructuras contemporáneas en nuestra sociedad? La
antropología, entre otros, pasa factura, las formas de organización e
interacción social que han creado y están creando, pasan factura del presente.
La condición fundamental para una posición socialista es la conciencia crítica. Una personalidad que no es dócil a la persuasión, busca críticamente la participación, o busca la participación crítica, y rechaza la determinación en la producción y en toda la vida social. Entonces, el individuo encaja en la comunidad y forma una interconexión mutuamente condicionada. Así decían muchos estudios e investigaciones, libros y textos en las décadas pasadas.
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