Por Dr Yoandris Sierra Lara
"El único concepto significativo de la competitividad a nivel nacional es la productividad. El objetivo principal de una nación es conseguir un alto y creciente nivel de vida para sus ciudadanos. La actitud para hacerlo depende de la productividad con la que se empleen la mano de obra y el capital".
M. E. Porter.
De la productividad del trabajo dependen variables como el salario de los trabajadores, las posibilidades de éxito de las empresas y la capacidad de financiamiento del gasto público social.
§ Aspectos conceptuales sobre la productividad del trabajo.
Conceptualmente, la productividad es función de lo que Marx definió como trabajo concreto, siendo este el componente del proceso de trabajo humano capaz de generar los bienes y servicios que necesita el hombre para poder reproducirse materialmente1[1]. El trabajo concreto es condición de vida humana sea cual sea el sistema económico y social imperante.
La economía política marxista distingue el trabajo humano como unidad de trabajo abstracto que es el encargado de generar los valores, de los cuales se derivan los precios, las ganancias, el interés, etc. El trabajo abstracto expresa las relaciones entre los hombres en el proceso productivo, es por tanto una categoría de contenido histórico social. Por su parte, el trabajo concreto sería la otra dimensión del trabajo humano, expresa las relaciones entre el hombre y los objetos económicos (materias primas, máquinas, recursos naturales, etc) siendo el encargado de generar los valores de uso, es decir, alimentos, vestidos, casas, computadoras, etc. La unidad del trabajo como trabajo abstracto y trabajo concreto genera que las mercancías producidas sean también unidad de valor (precios) y valor de uso. (utilidad).
La productividad del trabajo es el grado de efectividad con que se logra el objetivo vital de garantizar la reproducción material de la vida humana mediante el trabajo concreto.
1 La economía política marxista distingue el trabajo humano como unidad de trabajo abstracto que es el encargado de generar los valores, de los cuales se derivan los precios, las ganancias, el interés, etc. El trabajo abstracto expresa las relaciones entre los hombres en el proceso productivo, es por tanto una categoría de contenido histórico social. Por su parte, el trabajo concreto sería la otra dimensión del trabajo humano, expresa las relaciones entre el hombre y los objetos económicos (materias primas, máquinas, recursos naturales, etc) siendo el encargado de generar los valores de uso, es decir, alimentos, vestidos, casas, computadoras, etc. La unidad del trabajo como trabajo abstracto y trabajo concreto genera que las mercancías producidas sean también unidad de valor (precios) y valor de uso. (utilidad). (NA).
Hay una relación fuerte y positiva entre el grado de desarrollo de las fuerzas productivas de una sociedad y los niveles de productividad del trabajo alcanzados por esta.
La productividad del trabajo se define como la relación entre los resultados obtenidos en términos de bienes y servicios producidos y el tiempo/recursos empleados para obtenerlos. Así, cuanto menos tiempo/recursos se necesite emplear para producir una determinada cantidad de bienes y servicios, mayor será la productividad.
La productividad del trabajo tiene que ver con el ahorro de tiempo de trabajo, dándose una relación inversa entre gasto de trabajo y productividad.
Marx explicó en El Capital la esencia explotadora y polarizadora que caracteriza el incremento de la productividad del trabajo en una sociedad capitalista. Afirmó que “en la producción capitalista, la economía del trabajo mediante el desarrollo de su fuerza productiva no persigue como finalidad, ni mucho menos, acortar la jornada de trabajo. Tiende simplemente a acortar el tiempo de trabajo necesario para la producción de una determinada cantidad de mercancías. (…) En la producción capitalista, el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo tiene como finalidad acortar la parte de la jornada durante la que el obrero trabaja para sí mismo, con el fin de alargar de este modo la otra parte de la jornada, durante la cual tiene que trabajar gratis para el capitalista”[2].
Pero, se considera que, en las condiciones de una economía socialista, o que transita al socialismo como es el caso de la economía cubana, ese progreso es, al menos en principio, asimilado por la colectividad expresada en el poder de la propiedad social y la capacidad redistributiva del Estado. Sin embargo, en la misma medida que la propiedad social y la estatal no son la misma cosa, está por verse en la práctica si los frutos del incremento de la productividad son beneficioso para el conjunto de la sociedad, y no para una exigua minoría que detenta el poder económico y político.
De manera que la tarea de incrementar la productividad del trabajo es clave, tanto para sustentar materialmente un proyecto socialmente muy avanzado y costoso, como para poder conectarse con éxito en una muy competitiva economía internacional y así poder elevar el nivel de vida de la población.
§ Implicaciones de la productividad del trabajo para la economía nacional.
ü Productividad y crecimiento económico.
El crecimiento económico de un país se mide por la variación del Producto Interno Bruto real (PIBr) en un período de tiempo. El PIB registra el valor final de todos los bienes y servicios producidos en el país durante el periodo de tiempo en cuestión. Mientras mayor es la productividad del trabajo, mayor es la capacidad de generar bienes y servicios que tiene un país, y así si aquella crece sostenidamente es muy probable que la economía nacional crezca e incremente la disponibilidad de riqueza material, así como el nivel de vida de su población.
¿Cómo se explica en base a esto que los trabajadores japoneses tengan mejores condiciones de vida que los trabajadores haitianos, bolivianos, cubanos o mexicanos?
Evidentemente, Japón dispone de un PIB absoluto y per cápita varias veces mayor que el que dispone Haití, Bolivia, Cuba o México.
A primera instancia, se podría decir que Japón es mucho más rico o desarrollado que los demás países, lo cual es cierto. Pero, en el fondo, la diferencia esencial está dada en que los trabajadores japoneses son mucho más productivos y eficientes.
Esto resalta la extrema importancia de la productividad. Los países que más crecen y se desarrollan, los pueblos que disfrutan de un mayor nivel de vida son los que logran una mayor productividad del trabajo.
Esto se refuerza en la actualidad. Si hace décadas era posible crecer por métodos extensivos, es decir mediante un gasto abultado de recursos humanos, financieros y naturales, en la actualidad la única manera sostenible de crecer es mediante un notable y sostenido incremento de la productividad y la eficiencia, que tome en cuenta simultáneamente la dimensión ambiental.
Cuba tiene que lograr acelerar sus ritmos de crecimiento económico si quiere dar el salto al desarrollo y a la vez hacer sostenible las conquistas sociales alcanzadas. En esa tarea el recurso fundamental es propiciar un incremento notable de la productividad del trabajo.
ü Productividad y tendencias demográficas.
Una de las tendencias demográficas más interesantes de fines del siglo XX e inicios de este siglo XXI es el envejecimiento de la población mundial, algo que se reproduce con fuerza en Cuba.
Sin lugar a duda, una de las causas que explica históricamente el crecimiento y mayor longevidad de la población radica en los niveles de incremento de la productividad del trabajo en áreas como la agricultura, la industria y los servicios básicos, creándose así condiciones materiales que han permitido en promedio una vida más larga y saludable a escala mundial.
Sin embargo, el envejecimiento de la población también plantea serios problemas económicos, dado que afectará el crecimiento económico, el ahorro, la inversión, el consumo, los mercados de trabajo, las pensiones, los impuestos y las transferencias intergeneracionales.
En este escenario, la productividad del trabajo debe ser cada vez mayor, sobre todo para que la sociedad pueda con el trabajo de su población económicamente activa sostener a la población que no está en capacidad de laborar (lo que incluye niños pero mayormente ancianos), lo que se denomina población dependiente.
Por motivo del envejecimiento poblacional el gasto público social crece y deberá crecer rápidamente. Para que esto no se convierta en un serio problema económico, la productividad del trabajo debe mantener ritmos muy elevados de comportamiento.
Esta situación toca muy de cerca a Cuba. Según algunos datos recientes, en el año 2009 había en el país 2 millones de personas de 60 años y más, lo que representa el 17.4% de la población total. Para el 2030 se proyecta la preocupante cifra de 3.4 millones de personas, esto es el 30% del total de la población cubana.
Si bien el envejecimiento de la población es un hecho que Cuba comparte con países altamente industrializados, las condiciones en las que llega a esta situación son muy diferentes, sobre todo con relación a sus bajos niveles de productividad del trabajo que le harán muy complejo, si no se revierte esta tendencia, poder hacer frente a dicha problemática.
ü Productividad y precios.
En principio, la vía más sostenible de disminuir los precios de los bienes y servicios en una economía es elevando la productividad del trabajo social. El contenido económico de los precios está dado en el valor de los productos. Los precios son los datos visibles en el mercado, mientras que el valor es una cualidad intrínseca de la mercancía, que no se ve a simple vista.
Sin embargo, la ciencia económica marxista ha establecido que los precios son en realidad la expresión monetaria del valor. El valor por su parte se constituye como expresión del tiempo de trabajo socialmente necesario incorporado al producto en su elaboración.
Bajo determinas condiciones, los precios de los productos en el mercado tienden a coincidir con su valor, a moverse en torno a este. Por lo tanto, la lógica económica plantea que disminuir el valor del producto es la base material para disminuir los precios en el mercado, sobre todo a largo plazo.
Acá lo más importante es comprender una regularidad de la economía, y es que entre la productividad del trabajo y el volumen de valor transferido a las mercancías individuales existe una relación inversa. Por ejemplo, si se necesitan 10 horas de trabajo para producir un litro de leche, este único litro de leche tendrá un valor de 10 horas que pueda expresarse monetariamente digamos como $10 usd.
Si se da un incremento de la productividad del trabajo y en 10 horas de trabajo se producen ahora 2 litros de leche, el valor total de la leche seguirá siendo de 10 horas y $10 usd, sin embargo, el valor unitario de cada litro de leche será de 5 horas y podrá aparecer en el mercado a un precio de $5 usd el litro. Lo contrario sucedería ante una disminución de la productividad del trabajo social.
Tal situación pudo apreciarse en la economía cubana en la década de los noventa cuando los precios se dispararon, debido en parte al exceso de dinero en circulación, pero también a la abrupta caída de la productividad del trabajo. Muchos son los factores que en la concurrencia pueden alterar los precios (errática política monetaria, monopolización, fallos del mercado, controles gubernamentales de precios, etc), sin embargo, el valor constituye siempre la base alrededor de la cual ellos van a fluctuar a largo plazo.
ü Productividad, salarios y empleo.
Se ha establecido que la productividad determina en gran medida la riqueza material de la que puede disponer un país, el monto total de los salarios, que es una categoría propia de la distribución[4], no debe superar dicho monto de riquezas.
Si por decisión voluntarista el gobierno decidiera incrementar masivamente los salarios, el exceso monetario en circulación terminaría generando la pérdida de poder adquisitivo de ese mismo salario. Nadie se beneficiaría de esa hipotética situación, o al menos no los trabajadores que viven de un salario o ingreso fijo.
Por otra parte, no toda la riqueza material que genera un país puede disponerse para el consumo de la población. Una parte muy importante de esta se destina a la acumulación, es decir, a la reinversión de esta riqueza en el proceso productivo buscando acrecentar la producción en el futuro. Un país tiene que tomar la decisión de dejar de consumir hoy para ampliar la producción, y por ende el consumo, el día de mañana.
Por lo tanto, no todo lo que genera un país en riquezas materiales sirve de contrapartida al fondo de salarios, sino una fracción que puede ser mayor o menor en dependencia de las necesidades existentes y la decisión de política económica que se adopte.
Este análisis es bien complejo porque no va en una sola dirección. Se plantea que la baja productividad mantiene bajos los salarios, pero parte de la población trabajadora también opina que, dado que los salarios son tan bajos, no hay incentivos para incrementar la productividad o para trabajar.
Se llega así a un verdadero círculo vicioso. Sin embargo, el nudo gordiano debe cortarse por donde en verdad puede modificarse la situación sistémica, es decir, por las condiciones tecnológicas de producción.
En cuanto al empleo, Cuba había practicado en las últimas décadas como política el pleno empleo. Esto significa un compromiso de gobierno de generar empleo para toda persona apta para laborar, aun cuando las condiciones reales de la economía no lo justificaran.
En realidad, en cualquier economía del mundo, la tasa de empleo está en función del crecimiento económico, de las inversiones, de la productividad de la eficiencia económica y de la rentabilidad del capital. También depende de otras variables más sociológicas como el nivel educativo de las personas, sus habilidades específicas, etc.
Para el caso de la economía cubana, la coincidencia de baja productividad + política de pleno empleo dio como resultado salarios reales bajos, baja eficiencia y motivación por el trabajo. De alguna manera, gran parte de los trabajadores cubanos empleados eran en realidad parte de lo que se conoce como desempleo disfrazado.
Una condición de este tipo es lesiva tanto para el país como para las mismas personas, porque genera un proceso de estancamiento económico y social, así como una enajenación, opuesta a la lógica de la sociedad socialista que se pretende edificar.
La solución no está en adaptarse a la situación deforme, sino en desatar todos los nudos que atan las fuerzas productivas, especialmente al hombre como principal fuerza revolucionaria, y arribar a nuevos horizontes sociales, económicos y humanos.
Los empleos deben ser productivos, útiles, generadores de riqueza, sea esta material o espiritual, y deben motivar la iniciativa humana, siendo esta de toda la fuerza productiva más revolucionaria.
§ Factores que determinan la productividad del trabajo.
ü Capital físico.
El capital físico incluye todos los medios de producción, los medios y los objetos de trabajo con los que cuenta una economía. Es decir, maquinarias, edificios, estructuras, vías de comunicación, equipos, materias primas, instrumentos de trabajo, etc.
En general, los trabajadores son más productivos y la economía logra generar más riquezas mientras más abundante, diverso y moderno es el capital físico existente.
Las grandes transformaciones económicas y sociales han tenido su base en los cambios sucedidos en las condiciones tecnológicas de producción y las adecuaciones que el organismo social, económico y político ha tenido que generar para adaptarse y evolucionar.
Así, la productividad del trabajo no depende solo, ni principalmente, de la motivación del obrero para producir, o de llamamientos políticos para que este produzca más, o de que los salarios sean mayores o menores, depende en primer lugar del grado de avance y disponibilidad de este capital físico, el que exige a su vez de importantes inversiones de capital, sea financiado por el gobierno o por las empresas privadas.
ü Capital humano.
Habitualmente, cuando los economistas hablan de capital humano se refieren a los conocimientos y a las cualificaciones que adquieren los trabajadores por medio de la educación, la formación y la experiencia. Comprende las cualificaciones acumuladas en la escuela infantil, en la enseñanza primaria, en la enseñanza secundaria, en la universidad y en la formación en el trabajo para los adultos que pertenecen a la población activa2[5].
Con el impresionante desarrollo tecnológico y la generación de nuevos conocimientos desplegado en las últimas décadas a escala mundial, una ventaja fundamental para cualquier país es tener un capital humano amplio y muy preparado. Un capital físico más avanzado y complejo demanda una fuerza de trabajo mejor formada y capacitada.
Incluso los principales economistas que se dedican al estudio empírico o estadístico del crecimiento económico han llegado a la conclusión de que cada vez más una parte más significativa de la riqueza nacional es generada como resultado de un capital humano más desarrollado.
En este aspecto Cuba resulta en extremo interesante. Por una parte, se trata del país con mayor tasa de matrícula bruta universitaria de todo el continente, seguida de lejos solo por Argentina y Venezuela3[6]. Por demás, el promedio de escolarización en Cuba alcanza prácticamente el duodécimo grado y existe cobertura educacional universal y gratuita para toda la población. Existen por demás profesionales de elevada formación y prestigio.
2 Principios de Economía. N. Gregory Mankiw. Mc Graw Hill. p. 334.
3 UNESCO. 2011.
Esto indica que en este aspecto medular de la productividad del trabajo, Cuba tiene fortalezas y potencialidades indiscutibles. Sin embargo, también existen en este aspecto algunos elementos contradictorios que urge transformar, como los siguientes:
• El 70 % de los graduados de Cuba se concentran en educación, ciencias médicas y ciencias sociales y humanidades. Las ciencias naturales, exactas y técnicas, que son las que propician realmente los saltos de productividad y crecimiento económico, sólo representan el 7 %. Este patrón se replica en enseñanza técnica y posgraduada.
• La migración interna, hacia ramas de menor complejidad tecnológica y productividad potencial, pero mejor remuneradas.
• La migración externa, que captura elevados niveles de escolaridad y concentración en edades más productivas.
• Una alta proporción de profesionales no trabajan en sus especialidades.
• Calificación vs. Complejidad Tecnológica. Es decir, personal formado para un mayor nivel de complejidad en su desempeño, y realmente puede terminar haciendo labores de mucha menos exigencia en cuanto a su formación.
• Asimetría entre potencial científico y capacidad innovadora. En general, se reconoce que en Cuba existe una baja capacidad innovadora, máxime la aplicada a la producción y surgida como iniciativa empresarial4[7].
Estos aspectos tan complejos urge resolverlos para poder hacer que el capital humano formado en todas estas décadas esté en mejores condiciones de aportar al crecimiento y desarrollo de nuestro país
ü Recursos naturales.
Generalmente, una economía que cuenta con abundantes y variados recursos naturales tiene mayores potencialidades para obtener niveles más elevados de productividad del trabajo y riquezas. Los recursos aportados por la naturaleza son asumidos como recursos o factores productivos en el proceso económico.
Entre los recursos naturales más relevantes cuentan las tierras, los ríos, los mares, el aire, los yacimientos minerales e incluso el propio clima. A partir de estos recursos naturales la economía puede obtener materias primas para la producción, pero también directamente alimentos para la población humana y animal, así como fuentes de energías.
El éxito o prosperidad económica de muchos países puede explicarse a partir de una dotación favorable de recursos naturales. Por ejemplo, los países exportadores de petróleo tienen enormes ingresos por este recurso, los países con tierras fértiles tienen agriculturas dinámicas, los países con yacimientos minerales pueden exportarlos o procesarlos, etc.
Sin embargo, de acá no se deriva una relación mecánica o automática. Probablemente el continente más rico del planeta en recursos naturales sea África, y sin embargo es social y económicamente el más subdesarrollado, al tiempo que un país como Japón que cuenta con muy escasos recursos naturales es uno de los más desarrollados del mundo.
Podría decirse que poseer abundantes y variados recursos naturales es una fortaleza, una ventaja para el crecimiento y el desarrollo de un país, pero que no basta con su sola presencia.
4 Conferencia digital Contabilidad Nacional y debate sobre crecimiento económico en Cuba. Universidad de La Habana.
Si se analiza el caso cubano, específicamente en la producción agraria, se verá que unido a los serios problemas de gestión económica y de financiamiento que existen históricamente en el sector de la agricultura, esto se acompaña de suelos que en su mayor parte son consideradas como pocos o muy pocos productivos. (65%).
Por demás, se conoce que el sector agropecuario aporta solo el 4% del Producto Interno Bruto, al tiempo que contrata a casi el 20% de la fuerza de trabajo, lo que lo ubica como probablemente el sector más improductivo e ineficiente de la economía cubana.
Otro elemento estratégico que supone una constante amenaza a nuestro crecimiento y desarrollo económico está en la dependencia energética al petróleo, el cual en su mayor parte debe ser importado dada la insuficiente dotación y producción doméstica de este recurso.
Normalmente los países que cuentan con escasos recursos naturales propios deben obtenerlos mediante el comercio exterior, es decir, exportando productos que pueden crear en condiciones más o menos ventajosas e importando los recursos naturales. Un elemento más de complejidad se agrega cuando el país posee poca capacidad exportadora, como es el caso de la economía cubana.
Referencias:
· Carlos Marx. 1975. El Capital. Tomo I. Versión digital.
· Principios de Economía. N. Gregory Mankiw. Mc Graw Hill.
· Conferencia digital Contabilidad Nacional y debate sobre crecimiento económico en Cuba. Universidad de La Habana.
Comentario HHC: Lo expresado en este artículo , lo hemos repetido hasta el cansancio en este Blog. Se oyen algunas voces en nuestro país, que ya hablan de productividad, pero ha sido un largo camino de ignorar el concepto, y no está en el centro de atención aún. Si no se hubiera ignorado, nuestra situación fuera otra.
Marx y Lenin hace más de cien años descubrieron esta ruta, y este último decia: “El factor más importante, el decisivo para el triunfo del nuevo régimen social es, en última instancia, la productividad”
Y mas recientemente por ejemplo el Nobel de Economía mas influyente del mundo Paul Krugman, lo formuló en similares términos: “... el crecimiento de la productividad, es el motor que impulsa la mejora del nivel de vida “.
LLamo la atención que en Cuba el año 1971, se nombró " Año de la Productividad", después el abandono fue total con nuestra inclusión en el CAME en 1972, y a pesar de que el Instituto de Investigacion Cientifica del Trabajo priorizaba este concepto, libros mediante, el premio fue " desaparecerlo" y con ello nos condenaron a pensar que el socialismo con ser justos y otorgar grandes prestaciones sociales, eran suficientes para avanzar, con un proceso de industrialización donde " gigantismo" prevalecía. De hecho, en ocasiones pienso que en la década de los 80, vivimos una especie de "socialismo utópico" en algunos años.
Cuando se hizo evidente que ese no era el camino, empezaron los "procesos de rectificación de errores y tendencias negativas" y otros más, y más recientemente en los Lineamientos Económicos y Sociales se destaca la importancia, pero sin suficiente fuerza el tema de la productividad, y así el último ministro de Economía que lo oí hablar dándole cierta importancia al término vinculándolo en la famosa dupla " productividad - salario medio", fue al Dr. José Luis Rodríguez.
Fidel lo mencionó varias veces aquí muestro seis citas:
- “El único camino mediante el cual se puede ir elevando el estándar de vida es por el camino de ir elevando la producción. Y el camino para ir elevando la producción es elevar la productividad del trabajo. Y la productividad se eleva con técnica y organización”.
- " El socialismo y el comunismo aspiran a que cada hombre, cada ser humano, tenga lo que necesita. Y con el trabajo del hombre, con la productividad de nuestro trabajo, con la técnica, la sociedad humana puede producir lo suficiente para satisfacer todas las necesidades del ser humano.”
- " ¿Cómo
podemos permitirnos el lujo de no tomar en cuenta la productividad del
trabajo? ¿Qué salida tendríamos a nuestros
problemas? ¿Qué soluciones? "
- " Hay
que seguir luchando siempre por la productividad. Y la productividad
estará indisolublemente unida al progreso del país, porque el número de brazos
es limitado, y tiene que ser limitado por el número de nuestros habitantes,
además porque tenemos los viejos retirados, los jóvenes estudiando, porque
tenemos que atender servicios que no son productivos directamente, aunque sí
imprescindibles como la salud, la educación ".
- " De manera que es la
productividad el único camino del incremento de la riqueza".
- " La productividad es, en
primer lugar, ahorro de recursos humanos y ahorro de tiempo" .
Por ello no se entiende cómo es posible, que se llegue afirmar en nuestro país en pleno siglo XXI, de parte de algunos de nuestros dirigentes que: "las yuntas de bueyes son importantes para la agricultura porque ahorran combustible". Con esa mentalidad jamás saldremos del subdesarrollo.
La introducción constante de los resultados de la ciencia y la tecnología en todos los ámbitos de la vida económica – social y planificar- gestionar la misma constantemente es la vía para alcanzar altas cotas de productividad y con esto el desarrollo sostenido. No es suficiente hablar de Ciencia para resolver problemas, es que esa es la esencia misma del incremento sostenido de la productividad SOCIAL del trabajo.
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