Orlando Díaz Rodríguez, director de Asuntos Internacionales del Ministerio de la Agricultura, señaló que de marzo de 2022 a febrero de 2023, los daños acumulados ascienden a 273 390 080 dólares, casi tres millones más en comparación con el periodo de 2021 a 2022, lo que evidencia el recrudecimiento de esta política hostil
La prohibición de las importaciones en Estados Unidos de ron y tabaco de origen cubano, junto con una retórica dirigida a desacreditar esos productos; la negación al acceso de tecnologías de crianza estadounidenses y afectaciones en la protección fitosanitaria son algunas muestras del impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de EE. UU. contra Cuba en el sector de la agricultura.
Orlando Díaz Rodríguez, director de Asuntos Internacionales del Ministerio de la Agricultura, en conferencia de prensa, señaló que, de marzo de 2022 a febrero de 2023, los daños acumulados ascienden a 273 390 080 dólares, casi tres millones más en comparación con el periodo de 2021 a 2022, lo que evidencia el recrudecimiento de esta política hostil contra la Isla.
Destacó que el Grupo Empresarial TabaCuba concentra el mayor volumen de las afectaciones, y destacó que por efecto de la coercitiva Ley Torricelli, numerosas compañías navieras no tocan puertos cubanos, por lo que sus importaciones y exportaciones tienen que realizar trasbordos en otros países, lo cual aumenta el costo por flete.
Especialmente dañina para la actividad empresarial, dijo, ha sido la imposibilidad de colocar nuestros productos en el mercado estadounidense, en el cual se obtendrían ingresos superiores para país.
Por otra parte, Labiofam S.A. se mantiene realizando operaciones de productos de origen de Estados Unidos a través de traders, por la imposibilidad de adquirirlos directamente en el mercado estadounidense, lo que demora las operaciones y las encarece un 45 %.
Esta propia empresa se ve imposibilitada, además, de exportar a EE. UU. el Vidatox-30 ch, producto homeopático para el tratamiento del cáncer, afectando incluso a personas que padecen esta enfermedad en ese país.
Díaz Rodríguez manifestó que se registraron afectaciones que impactaron directamente en el cumplimiento de los planes de siembra y producción, complejizándose la adquisición de productos químicos, tales como herbicidas, insecticidas y fungicidas, de gran importancia para el desarrollo de las producciones agrícolas, lo que impide mayores rendimientos.
Añadió que se dejaron de percibir ingresos por la exportación a EE. UU., de bienes y servicios, en rubros como el tabaco, frutas frescas e industrializadas, miel de abejas y carbón vegetal, este último de una probada calidad en otras regiones del mundo, entre otras afectaciones.
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