El gobierno espera cerrar 2015 con crecimiento del PIB en torno a un 4 por ciento, luego de concluir el año pasado con un mínimo uno por ciento. La primera señal asoma en este primer semestre con un 4,7 por ciento.
Después de varios años de desaceleración económica sostenida, el gobierno cubano reveló en la sesión del Parlamento que finalizó el 15 de julio una reacción más sólida de la economía en 2015, a pesar de la reiteración de ineficiencias en la actividad de inversiones y atrasos ya habituales en la importación de equipos y otros recursos.
El ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, informó que el producto interno bruto (PIB) creció un 4,7 por ciento en el primer semestre, un dato más preciso que el comunicado semanas atrás y otra señal de posible fin en la racha cada vez más gris de años anteriores; en 2014 la economía registró un alza mínima de un uno por ciento.
Al concluir 2015, el PIB cerraría con un crecimiento “en el entorno del 4 por ciento”, dijo el Presidente Raúl Castro a los diputados. “Ciertamente ha podido revertirse la tendencia a la desaceleración del crecimiento”, comentó.
El resultado anual puede ser aún mayor, a juzgar por la tendencia habitual de la economía cubana, que en el segundo semestre suele acumular una ganancia mayor por la recuperación de los atrasos de la primera mitad del año. El 2015 anda en la misma línea.
Murillo dijo que de julio a diciembre debe ejecutarse el 66 por ciento de las inversiones. Admitió que “no es un buen número”. Constituye un reflejo de ineficiencias y retrasos en la llegada al país de equipamiento y recursos previstos en el plan. Esa deficiencia de la planificación también afectó a la zafra azucarera. Para compensar la demora, una reunión del Consejo de Ministros realizada antes de la sesión parlamentaria decidió tomar medios de transporte y equipamiento constructivo de la Reserva Estatal. También acordó “anticipar la contratación de los equipos inicialmente considerados en el plan del 2016”, informó el Presidente cubano. Las medidas podrían acelerar la actividad inversionista en los próximos meses, con el efecto consecuente en los indicadores generales de la economía.
El transporte de cargas es una de las actividades con más graves incumplimientos, según los análisis de la Asamblea Nacional del Poder Popular. El sistema ferroviario y las empresas de camiones dejaron de trasladar 700.000 toneladas de enero a junio, incumplimiento que debe llegar a un millón 900.000 cuando concluya el año. De manera general, sin embargo, el transporte creció un 6,5 por ciento en el semestre.
Mejor rostro muestra la producción de bienes materiales. De acuerdo con el informe de Murillo, “es lo que más tributa hoy al crecimiento del PIB en el semestre”. El sector de la agricultura, ganadería y silvicultura crece un 4,8 por ciento; la industria azucarera, un 22,6 por ciento, aunque no honró sus compromisos; la industria manufacturera, 8,6 por ciento. Otras actividades que crecen son la construcción (8,7 por ciento), el comercio y la reparación de efectos personales (6,3 por ciento), y la salud pública y asistencia social (4,6 por ciento).
A pesar de esos avances, el país soporta tensiones de liquidez en moneda dura. Aunque el gobierno espera cerrar el año con un saldo positivo en la balanza comercial externa, Murillo dijo que los resultados serán inferiores a lo planificado, entre otras razones por la depreciación internacional de los principales rubros exportables de Cuba. Esto se combina negativamente con la devaluación de monedas como el euro, con las que suele operar el país. El bloqueo económico de Estados Unidos sanciona a los bancos extranjeros que manejan cuentas de Cuba en dólares estadounidenses.
Las pérdidas por exportación encontraron alivio por ahorros en importación de alimentos. El ministro de Economía y vicepresidente del Consejo de Ministros dijo a los diputados que la compra de alimentos había disminuido en 174 millones de dólares. Los créditos comerciales ahorrados por ese concepto serán destinados a la importación de otros alimentos como el arroz. Fundamental en la canasta básica cubana, este cereal sí acumula un déficit en la producción nacional.
El país planea comprar otras 50.000l toneladas de arroz de Vietnam debido a incumplimientos de la cosecha nacional, “en lo cual ha influido el tema del agua”, dijo Murillo. A la intensa sequía que golpea actualmente al territorio nacional se refirió también Raúl Castro, quien insistió en “la necesidad de un uso más racional de ese recurso vital”.
El día en que concluyó esta sesión de la Asamblea Nacional, el agua embalsada en el país era sólo del 36,1 por ciento de la capacidad nacional, por debajo del 38 por ciento disponible al cierre de junio. Entre las siete provincias con escenario más desfavorable se encontraban las tres que soportan el grueso de la producción arrocera cubana: Granma, Sancti Spíritus y Pinar del Río. Las otras más afectadas son Guantánamo, Santiago de Cuba, Las Tunas y Ciego de Ávila. (2015).
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