Cuba ha logrado integrar, no sin trabas ni obstáculos de todo tipo, diversos actores en las formas de propiedad y gestión presentes en el entorno económico y social del país. Aun cuando se hace imprescindible continuar profundizando esta integración, se impone siempre la voluntad, la iniciativa y la inteligencia de los cubanos.
Así también lo ratificó el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el recién finalizado Congreso de la Asociación de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) y se manifiesta en el quehacer diario de los trabajadores no estatales cubanos quienes –afectados por las más recientes medidas unilaterales de Washington– han ratificado que seguirán buscando soluciones y alternativas para realizar su trabajo y contribuir al desarrollo de la sociedad.
No importa si se trata de transportistas privados, de arrendadores de viviendas, habitaciones y espacios, de elaboradores o vendedores de alimentos, de fabricantes de artesanías, muebles o textiles..., todos los que integran la lista de trabajadores por cuenta propia han sido o serán de cierta forma afectados directamente por las medidas injustas e irracionales de la administración Trump, sobre todo aquellos a los que el arribo de embarcaciones y de buques cruceros les permitía tener clientes seguros, diversos y con un marcado interés en el producto propio de la Isla, garantía de calidad y signo de identidad nacional y cultural.
TANTAS VOCES NO PUEDEN ESTAR EQUIVOCADAS
Por estos días, diversos trabajadores del sector no estatal en Cuba alzan sus voces contra las medidas unilaterales que intensifican el bloqueo económico, comercial y financiero contra la Isla, especialmente frente a la activación del Título III de la Ley Helms- Burton y las prohibiciones de viajes e intercambio pueblo a pueblo anunciadas el pasado 5 de junio.
En declaraciones a Prensa Latina, el secretario general de la sesión sindical de la concentración No Estatal del área 23 y M –una de las áreas comerciales más concurridas y céntricas del Vedado capitalino– Héctor Danilo Rodríguez, asegura que ya las ventas de artesanía de los que allí laboran cayeron hasta un 80 % por la disminución del flujo turístico, pues los visitantes extranjeros representan la mayor cantidad de sus clientes, afectándose el acceso a las materias primas que necesitan para producir, las técnicas de fabricación y, por supuesto, los ingresos familiares.
Carlos Márquez Cristóbal, dueño de la paladar San Cristóbal –restaurante habanero en el que cenó entonces el presidente Barack Obama y su familia durante su visita a la Isla en 2016–, dice que se ha demostrado que entre Estados Unidos y Cuba se pueden tener relaciones civilizadas, pero estas nuevas medidas les afecta y son un evidente retroceso en nuestras relaciones bilaterales con el vecino del Norte.
«Aunque esta es una época de baja turística, estamos a solo un 20 % de lo que hubiéramos podido hacer. Nuestro cliente principal es el visitante extranjero, muchos de ellos estadounidenses, y ya no nos están llegando grupos de 30 o 40 visitantes», explica Márquez Cristóbal.
Para Yaser Belmás Pimienta, un joven cocinero del restaurante Flor de Loto, en Centro Habana, quien representó a los trabajadores no estatales cubanos en el encuentro de la sociedad civil en la pasada Cumbre de las Américas, «lo que este pueblo hace cada mañana es levantarse a trabajar» y no merece medidas arbitrarias como las que impone Estados Unidos.
Los miembros de la cooperativa de cocheros El Carruaje, a quienes vemos de forma cotidiana transportar turistas en coches coloniales por las calles de nuestra ciudad capital, se manifestaron por estos días contra la Ley Helms-Burton con carteles en manos y frases como «No nos entendemos».
Su presidente, Luis Cedeño, reafirmó que el efecto de estas medidas se evidencia a simple vista. «Mire, si usted se va a la Terminal de Cruceros, en la bahía, verá que sus áreas aledañas están vacías. Hasta hace unos pocos días, cuando llegaba un crucero no parábamos de trabajar, pero ahora es todo lo contrario», comentó a medios nacionales y extranjeros.
«Troncharle el futuro a todo el pueblo» es, para Cedeño, el fin de estas aberrantes y arbitrarias medidas.
IMPORTANTES ACTORES DEL MODELO ECONÓMICO CUBANO
Los trabajadores por cuenta propia son parte del pueblo cubano, de su día a día. Están en todos los barrios, en las cuadras, en nuestras viviendas y junto a nuestros centros de trabajo, en las calles, parques, centros de servicio e instituciones, en agrupaciones sociales; son parte de nuestros sindicatos, de nuestras organizaciones de masas y nada relacionado al modelo económico, político y social del pueblo cubano les es ajeno.
En su membresía hay personas de todos los sectores y edades, de todas las razas, de diversa procedencia social y profesional y están –en contraposición a lo que ha dicho el Gobierno estadounidense– entre los más afectados por las recientes medidas.
Nuestro movimiento sindical ha ratificado su misión de mantenerse al tanto de las inquietudes de este sector, de canalizar sus preocupaciones y lograr que su labor se lleve a cabo, de seguir siendo portadores de sus intereses –como se hace con la totalidad de los trabajadores del país– y unidos todos, aportar a la batalla económica, como garantía de calidad de vida de nuestro pueblo y principal desafío de estos tiempos.
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