Por Rogelio Castro Muñiz
La agilidad de la empresa estatal hoy es muy reducida, su actividad después de resolver sus funciones básicas se limita a cumplir con las resoluciones y metodologías recibidas del nivel superior, las que son objeto de control, pasando a ser la función básica de la empresa, prepararse para el control.
La confianza es muy buena pero el control es mejor, parafraseo a Lenin; mas el exceso del control se vuelve más costoso que el objetivo del mismo (preservar los bienes). Se crean estructuras de control en las empresas que generalmente responden a estructuras de nivel superior, pues se necesita un homólogo en la base y este homólogo muchas veces adquiere nivel de departamento y exige recursos como tal. El control pasa a hacer un objetivo clave y contradictoriamente las áreas funcionales dejan de sentir la necesidad de cumplir son sus funciones propias de control y autocontrol, dejando esta función a la estructura creada y está a las áreas controladas, en fin nadie controla.
Pero todos están claro que si se quiere hacer algo se deben remitir a los establecido en las Guías de Control. Así se estropea la iniciativa, pues ante una idea hay que comprobar si no contradice lo establecido en las guías. El tiempo es oro, solo cuando se utiliza de forma productiva, sin embargo una parte importante de él se utiliza en revisar el cumplimiento de los dictámenes y todo tipo de documento normativo, el precepto mencionado y olvidado en la práctica, deja de ser un principio que cumplir.
En fin la empresa estatal se rige por tantas regulaciones que pierde su agilidad, su capacidad de maniobra. Y termina con una “espada de Damocles” que le impide moverse.
Los niveles superiores debes evaluar que normativas son realmente sus directivas metodológicas como sector de la economía y no complejizar la actividad de sus empresas en puntualizar detalles.
Los hombres tendemos a complejizar las cosas, como es expresa en la novela “El Alquimista”, “…. , toda la ciencia de la Gran Obra podía ser escrita en una simple esmeralda. Pero los hombres no dieron importancia a las cosas simples y comenzaron a escribir tratados, interpretaciones y estudios filosóficos.”
Esa es la diferencia que hoy presentan la empresa privada (mal llamada cuentapropista), no complejizan ninguna actividad, realizan simplemente lo que les dicta su visión de mercado, aplican técnicas simples a su actividad funcional y técnicas especiales a la profesión propia de esa actividad. Nadie les pide normas técnicas, balances materiales, de transporte, financieros y otros de cuanta especialidad existe. Deciden a quien comprarle, a quien venderle, que precios poner y que salario pagar. Pero eso no quiere decir que no desarrollen todas las especialidades habidas y por haber, sí las aplican pero de forma simple, muchas sin ni siquiera escribirlas en un papel y muchas veces sin darse cuenta de lo que están haciendo. Porque están aplicando conocimientos de sentido común que los mejores preparados lo aplican mejor, pero que para todos existe. Y el fracaso también los invade y más de uno tiene que cerrar su negocio. Tienen capacidad de maniobra, son dinámicos, si hoy no hay papas fríen boniato.
El salario es lo más atractivo que tiene el sector privado, quien lo pone, quien lo cuantifica, quien lo cambia, el dueño. Y la asimilación de fuerza de trabajo calificada y con alta profesionalidad es masiva. Cómo un simple dueño muchas veces sin estudios universitarios es capaz de cambiar la matriz de empleo, cómo sabe que salario debe pagar, de donde sale ese fondo de salario en su presupuesto. Cuántas preguntas nos podemos hacer de su gestión. Todo resuelto con simple sentido común. Qué necesita el empleado para llegar a su casa y proveerla de lo necesario, que nivel de salario hace meditar a un empleado antes de sustraer vienes puestos a su disposición, que pierde un trabajador si no demuestra idoneidad. Y el pago al final es de su ganancia, si no la hay simplemente todos pierden y los propios empleados trabajan para garantizar el sostenimiento de la actividad al margen de la explotación que lleva implícita.
Reconocer que es una forma de propiedad de frente mercando (economía de mercado) es procedente, pero la empresa estatal independientemente de su economía planificada tiene que estar igualmente de frente al mercado, pues los consumidores finales (la población) son un mercado no planificado con hábitos de consumo variables, aunque su estudio define patrones de conducta.
La economía planificada se crea en el capitalismo para hacer frente a las crisis de superproducción y hoy los productores capitalistas se ponen de acuerdo en sus redes de abastecimiento y consumo que generan una economía planificada digna de envidiar. Y siguen enunciado una economía de mercado, porque al final están de frente al mercado.
Hoy la empresa cubana no cumple sus planes de producción que satisfacen generalmente demandas mínimas de consumo, no paga salarios decorosos, no retiene la fuerza de trabajo calificada, no puede mantener su técnica en óptimas condiciones, no cuenta con financiamiento para sus operaciones, en fin no tiene condiciones para responder a las exigencias de la economía. Pero puede que cumpla con todas las normativas y directivas de control que exige su organismo. Que contradicción de las Fuerzas Productivas con las Relaciones de Producción, estaremos hablando de la contradicción fundamental del capitalismo, o la semejanza es pura coincidencia.
Insistimos, hay que ver la cosas simples como tal y las complejas llevarla a un límite donde no comprometan el actuar.
El exceso de control, supervisión y orientaciones de los organismos a las empresas termina en paternalismo y los órganos de control se convierten en órganos de consulta, nadie hace nada si no se lo aprueban, se genera un inmovilismo permanente.
Nos hemos puesto a pensar cuantos problemas operativos enfrenta una empresa a diario, quien es capaz desde arriba de tener la solución en una gaveta. Hay que dejar actuar a la empresa. Los organismos definen políticas, no pueden con el entusiasmo de querer saberlo todo entrar por la puesta trasera y trastear en la cocina, pues los comensales nunca llegaran a servirse a la mesa. Hay que entrar por la puerta de en frente con elegancia, sentarse a dialogar sobre futuro, competitividad, incepción, desarrollo. Se debe acabar con la práctica de dar lecciones, cuando se tienen que aprender de quienes están en la práctica.
El conocimiento de la situación de la empresa tiene un órgano definido, la ONEI, este debe ser el único organismo al que se le debe brindar información y el resto de la superestructura de la sociedad servirse de ella. En estos momentos la empresas tienen que informar cuanto dato se le ocurra a todo el aparato estatal, como la ley de Pascal “ … en todas direcciones y con la misma intensidad”, y al final si hace falta conocer algo hay que llamar a la empresa, generando una pérdida de oro (tiempo).
Si se quiere dinamizar la economía es necesario ante todo cambiar la mentalidad de los organismos de frente a la empresa, la empresa no es subordinada a los organismos, no le debe obediencia administrativa, la empresa le debe obediencia a la Ley, apoyada en ella el organismo con la información captada por la ley analiza el desarrollo de la empresa y el seguimiento de la política trazada por el estado para la actividad que realiza. Esto no quita autoridad, no limita la emisión de metodologías que homogenicen el actuar, no impide que se produzcan encuentros de empresas homologas organizados por el organismo, esto no impide que se divulgue una experiencia positiva y problemas que pueden ser comunes.
Tener que ir todos los días tal, de los meses más cuales, a la reunión de ….. para que el jefe de diga que.., y que el jefe de mi departamento tal, haga lo mismo con el jefe de esa actividad en el organismo, para repetir lo que dijo el gran jefe y así con el resto de las actividades de la empresa, eso no es autoridad, ni prestigio, ni respeto, eso es caer en paternalismo inducido. Y de hecho una traba al desarrollo de la economía.
Los organismos tienen que solicitar a la ONEI toda la información que necesitan y adicionar la que demostrada por las necesidades deba incrementarse.
Por su parte los órganos de control establecidos (Contraloría por decir el más importante) son los que tienen que hacer su función en todo el sistema empresarial (que es el caso que estamos analizando) e informar sus resultados, para que se tomen las medidas oportunas que resulten.
Solo la empresa es la formación económica capaz de auto organizarse en función de las condiciones propias de la misma. Recursos apropiados, personal capacitado, experiencia productiva son los elementos apropiados para que de ellos se forme la célula básica de la vida económica, pero la vida no surgió solo por la unión de elementos, necesitó de las condiciones adecuadas. Así pues no basta con entregar recursos, capacitar al personal y unirlos todos en la creación de una empresa, hay que crear las condiciones adecuadas para su desarrollo, de lo contrario no pasaran de ser meros valores de un balance financiero y un nivel de producción limitado.
Quitar trabas en la economía es ante todo dejar actuar, tener sentido común de las verdaderas prioridades.
Hago muchas comparaciones con la naturaleza apoyado por el pensamiento marxista, donde se sintetiza que en la sociedad la suma de todos los intereses individuales producen un comportamiento análogo al de la naturaleza. La naturaleza es selectiva, el Darwinismo económico es propio de la economía de mercado, pero si no propiciamos el desarrollo de nuestro sistema empresarial, sin que perezcan las menos adaptadas, ya se ven sustituidas por las mejores adaptadas del cuentapropismo, su ejemplo concreto los restaurantes.
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