SINE DIE 112
SD2
juan m ferran oliva MARZO
15 DE 2020
SINE DIE 112
SD2
juan m ferran oliva MARZO
15 DE 2020
Un homo œconomicus hipotético,
británico y de 78 años de edad, consume a lo largo de su vida 9.000 litros de
leche; utiliza 3.800 pañales infantiles desechables; ingiere 4.833 paquetes de
pan y 10.876 zanahorias. En total, realiza una ingesta de 50 TM de alimentos y
bebe 74.000 tazas de té. A consecuencia de ello expele 35.000 litros de
ventosidades intestinales y 2,865 kg de excrementos, en cuyo servicio emplea
4.239 rollos de papel higiénico. En lo intelectual, este sujeto promedio maneja
un vocabulario de unas 25.000 palabras de las más de medio millón comprendidas
en el léxico inglés. Tiene 143.000 sueños. Se baña 7.163 veces y emplea en ello
un millón de litros de agua. A lo largo de su vida conoce y trata, al menos
durante dos años, a 1.700 personas. Tiene, como promedio, 10 partners
sexuales diferentes y realiza 4.239
cópulas. Camina a pie 14.487 Km. En vehículo automotor recorre 728.000
Km., distancia equivalente a un viaje de ida y vuelta a la luna.
Estos datos, fruto de malabarismos
estadísticos, proceden de un divertimento descriptivo cuyo único mérito es la
originalidad[1].
Tal tipificación no es igual en todos los países debidos, fundamentalmente, a
diferencias económicas y
culturales.
El consumo personal es oneroso y está limitado
por la disponibilidad de dinero. La
demanda es una necesidad, pero solvente[2].
Algunas necesidades se reproducen, otras son cambiantes, crecientes o
coyunturales. Pueden tener una dimensión material o espiritual. Las primeras
tienen que ver con la supervivencia y la existencia cotidiana; las segundas se
refieren a las aspiraciones de afecto, realización, información, cultura,
reconocimiento, seguridad y posición social. No todas se resuelven por vía
mercantil, pero por lo general, de manera indirecta, tienen que ver con la
economía. Las parejas románticas que sólo aspiran a pan y cebollas han
de comprar ambos alimentos; los amantes de la música necesitan asistir a
conciertos o disponer de medios reproductores, et cosi via.
Algunos autores ponen énfasis en la influencia
de la cultura en los hábitos de consumo. Ello es cierto, pero sin olvidar que
estos últimos surgen de la propia praxis económica. La cultura alimentaria del
maíz, el trigo, la papa y tantas otras, tiene su origen en condiciones
naturales y circunstancias históricas específicas.
El consumo
público aportado por el Estado se nutre del sistema tributario; ofrece un
derecho de corte igualitario que se acerca al ideal comunista, pero en pequeñas
dosis. También incluye los gastos administrativos, de defensa, ciencia, etc.
Los gobiernos tratan de complementar el consumo personal abriendo el abanico de
sus prestaciones públicas. Son exponentes por excelencia las vinculadas a la
educación y la atención médica.
Hasta 1990 el 80% del consumo total de Cuba era
personal. Actualmente debe ser superior. Del 20% dedicado al consumo social
sólo la mitad podía considerarse como efectivo pues el resto correspondía a los
gastos del Estado.
El ciudadano puede tener cubiertos por vía
social sus requerimientos básicos de salud, educación y otros usuales. Ello es
un indicador de calidad de vida, pero el consumo personal juega un papel aun
mayor. Este aspecto no ha tenido en Cuba un desarrollo coherente con el resto
de aportes positivos logrados en el orden social. A ellos se debe la
persistente ineficiencia.
En 1857 el estadígrafo Ernst Engel[3] investigó 200 estructuras de gasto de familias de Sajonia. A partir de
sus resultados formuló su famosa Ley - más bien una regularidad -
según la cual a medida que aumenta el presupuesto doméstico disminuye la proporción
dedicada a la alimentación dentro del hogar. Actualmente este tipo de
investigación se realiza en muchos países por la vía de las encuestas o de la
estadística continua. El consumo de
otros bienes y servicios se realiza a partir de lo que resta después de
garantizar los alimentos.
En estudios realizados obtuve 5 grupos de
países según su PIB per cápita y lo vinculé con el consumo de alimentos dentro
del hogar. La actualización de dichos parámetros es la siguiente[4].
PIB
PER CÁPITA y % DE GASTOS EN ALIMENTOS EN EL HOGAR (actualizados en 2019)
|
||||||||||
PAÍSES
|
||||||||||
PAUPÉRRIMOS
|
POBRES
|
EN DESPEGUE
|
RICOS
|
OPULENTOS.
|
||||||
PIB per cápita
|
Menos de $2.000
|
De $2.001 a $5.000
|
De $5.001 a $20.000
|
De $20.001 a $35.000
|
Más de $35.001
|
|||||
% gastos en alimentos
|
65% a
|
31%
|
31% a
|
25%
|
25% a
|
15%
|
15%
a
|
10%
|
10% a
|
8%
|
Se puede elaborar una función de regresión entre ambos parámetros. A un nivel dado del PIB per cápita corresponderá como variable dependiente una proporción dada de gasto en alimentos. Pero también se puede despejar la función y convertir el PIB per cápita en resultado. Entonces se tendrá que un país que emplee más del 31% de su presupuesto en alimentos es paupérrimo. Dime como comes y te diré quién eres[5].
Lamentablemente Cuba clasifica dentro de los
que emplean bastante más del 31% en alimentos dentro del hogar. En materia de
PIB per cápita puede calificar como país en despegue. Su proporción de consumo
de alimentos dentro del hogar no debía ser tan alta. La paradoja se debe en buena
medida a la espiral inflacionaria: se
paga más por lo consumido. El Plan es una desiderata y no puede evitar que en su entorno se
desenvuelvan relaciones de intercambio. Los precios topados funcionan dentro de
determinado ámbito, pero el mercado es omnipresente. E implacable.
Fin
[1] Son recogidos en un documental titulado The Human footprint
(La huella humana) de procedencia británica. Fue presentado en el programa
televisivo cubano Pasaje a lo desconocido el domingo 16 de agosto de 2009.
[2] Demanda solvente es una redundancia.
[3] No confundir con F.Engels
[4] Ferran, Juan M . Informe sobre el Consumo Personal de la Población.
Instituto Cubano de Investigaciones y Orientación de la Demanda Interna.
ICIODI. La Habana. Diciembre 1993. Pág. 10.
[5] Ferran, Juan M. SINE DIE 48 de
julio 14 de 2019. Dime como comes y te diré quién eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario