Por: Lissett Izquierdo Ferrer, Abel Padrón Padilla
En este artículo: Coronavirus, COVID-19, Cuba, Economía, La Habana, Pandemia, Salud, SARS-CoV-2, Turismo, Virus
Gran Caribe define actualmente los hoteles que reabrirá en la primera fase de recuperación prevista en el país, en la cual las ofertas estarán dirigidas solo al mercado interno, según comentó a Cubadebate Isabel Arbona Hardy, delegada del grupo en La Habana.
La directiva explicó que se reactivarán las instalaciones más demandadas por los nacionales, amantes de la modalidad de sol y playa, aunque esto no significa que se descarten hoteles ubicados en la ciudad.
Gran Caribe cuenta en La Habana con 12 hoteles, de ellos está en zona de playa (en Santa María del Mar) el complejo hotelero Atlántico-Villa Los Pinos-Villa Mirador del Valle. También perteneciente a este grupo se encuentra en Mayabeque, en playa Jibacoa, el complejo Villa Trópico-Villa Loma.
Arbona Hardy precisó que esas instalaciones son muy solicitadas por el turismo nacional, que creció el pasado año en más de 600 000 clientes con respecto al 2018, de acuerdo con cifras oficiales.
La delegada de Gran Caribe en La Habana dijo que en estos momentos perfeccionan la estrategia que establece el protocolo a seguir para la estancia en los hoteles, “muy diferente en lo adelante”.
El Gobierno cubano dio a conocer que el turismo internacional iniciará en la segunda etapa, “de forma gradual y en función de la demanda, únicamente en la cayería norte y sur del archipiélago”. A cada visitante se le aplicará un PCR y se tomará la temperatura. En tanto, en los hoteles se establecerá una vigilancia clínico-epidemiológica, por un equipo de especialistas”.
De cara a la reapertura, todas las instalaciones de Gran Caribe, como las del resto del sector turístico, han convertido en oportunidad la ausencia de turistas debido a la COVID-19 para ejecutar labores de renovación y mejora de los productos.
Hoteles Plaza y Sevilla: El objetivo es estar listo para la reapertura
El Hotel Plaza, enclavado en La Habana Vieja, emplea esta pausa obligatoria para recuperar la mayor cantidad de habitaciones fuera de orden y alistar las áreas de servicio ante la necesidad de acondicionarlas para el turismo pospandemia, una vez arranque en la capital.
“Habrá una serie de protocolos que deberemos cumplir”, asegura su director general, Adamis Rodríguez. En los restaurantes —detalló— los servicios estarán dispuestos de forma tal que se garantice el distanciamiento físico, así como el bufet deberá ser asistido.
Geles desinfectantes y señaléticas con información al cliente estarán disponibles en este hotel, donde prevén agilizar el check-in —que se realiza en algunos casos de manera digital—para evitar las aglomeraciones.
Igualmente, se mantendrá el médico y enfermera que normalmente laboran en la instalación, añadió Rodríguez y destacó las acciones para profundizar en la higienización de las habitaciones y las áreas de gastronomía.
El joven directivo pronostica que el Plaza, de 188 cuartos, deberá reabrir con el 50 por ciento de su capacidad, teniendo en cuenta además que en la actualidad hay unas 40 habitaciones fuera de orden.
Durante 21 días este hotel alojó a 200 clientes que llegaron de casas de renta. “Esa experiencia nos permitió poner en práctica el cambio de las rutinas de trabajo”, acotó.
Cercano al Plaza está el hotel Sevilla, cerrado desde el 4 de marzo. “Este periodo se ha aprovechado para desarrollar acciones de mantenimiento, a partir de la disponibilidad de recursos”, dijo su director general, Juan Carlos Colina Ordaz.
Las tareas se concentran en las áreas comunes: restaurantes, bares, lobby, carpeta, incorporación de equipos nuevos en la cocina, limpieza de las redes de evacuación del hotel y mantenimiento de los equipos de clima.
Asimismo las 178 habitaciones serán objeto de mejoras y adaptación a los nuevos requerimientos, añadió Colina Ordaz y precisó que también tienen previsto la separación entre las mesas, entre otras medidas higiénico-sanitarias. Por ejemplo, “hemos pensado proteger la carpeta con acrílicos”.
“Nuestra tarea es estar listos para cuando suceda la reapertura”, resumió el directivo.
La parálisis del turismo en Cuba ha implicado una reducción sensible de los ingresos. “Una economía con cero turismo y arreciamiento del bloqueo, no puede seguir trabajando normalmente y que nada pase”, advertía a inicios de mayo el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil.
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