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Juan M Ferran Oliva julio 24 de 2020
Quo Vadis, Domine?
San
Pedro.[1].
En una ocasión Churchill afirmó que el capitalismo
constituía la más injusta forma de distribución de la riqueza, mientras que el
socialismo representaba una repartición equitativa de la pobreza. La anécdota
evidencia el proverbial pensar reaccionario de Sir Winston, pero aún en 1965,
fecha en que falleció, los países que ostentaban la etiqueta de comunistas no
se caracterizaban por la eficiencia productiva. En consecuencia - mordacidades
aparte- no podían repartir otra cosa que no fuera la escasez.
Cierta o falsa, se puede extraer una moraleja
de esta virulenta anécdota. Las naciones que aspiran a concretar un modelo
pretendidamente socialista han de hacerlo sobre una sólida base económica. De
otro modo caerán en la situación caricaturizada por el célebre ex ministro
británico.
Dichos países han de mostrar que los cambios
deben significar aumentos de la productividad social y mejoras en la calidad de
vida. Ello ocurrió en el esclavismo respecto a la comunidad primitiva y
posteriormente se repitió en el feudalismo y el capitalismo.
Según un viejo proverbio chino: El sabio habla de las ideas, el inteligente
de los hechos y el hombre vulgar de lo que ha comido. Esta última categoría
es la que abunda por doquiera, Cuba incluida.
En el pasado la denominación de socialistas se
restringía a los seguidores del patrón soviético. Los demás eran revisionistas
o algo peor. Actualmente dicha etiqueta la asumen todo tipo de gobiernos:
monopartidistas, demócrata-burgueses, confesionales, comunistas dinásticos y
puede que hasta tribales. Basta poner al hombre como centro del interés en
contraposición al neoliberalismo que corre tras la ganancia. Se trata, en
términos más coloquiales, de la izquierda genuina y de la derecha. El nuevo modo humanizado de
producción está por crear. Es una aspiración aún no concretada. Comoquiera que
se denomine al modelo redentor, debe alcanzar niveles de consumo consecuentes.
Los lineamientos de la política económica y
social fueron el leitmotiv del VI
Congreso del Partido Comunista de Cuba. Apuntan hacia un nuevo modelo
económico cubano, que es aún una aspiración y una incógnita. El evento partidista
tuvo lugar a 52 años del inicio de la Revolución. Esta última, como transformadora,
terminó en 1970 y en lo sucesivo le siguió la evolución de un modelo fallido con pretensiones de impar.
A fines del 2011 terminé un ensayo titulado MEDIO SIGLO, quizás algo fustigador. La
denominación envejeció mientras buscaba un editor que no encontré. Quizás por
falta de calidad del trabajo o quién sabe si por otra causa. Pero de seguro no calificaba
entre los aspirantes a la guataca de oro.
Lo recompuse y amplié convirtiéndolo en LOS
MODELOS ECONÓMICOS referido a los distintos patrones existentes en Cuba
desde sus inicios coloniales. Fue la época en que se puso énfasis en los modelos, término antes rechazado por la
alta dirigencia. Tampoco tuvo suerte editorial y lo reconvertí en QUO
VADIS?, introduciendo algunos cambios. Ya era el año 2014.
Un amigo que lo revisó[2] me mostró
un ejemplar publicado el anterior año por Los
Libros de la Catarata, de Madrid. Se titulaba ¿QUO VADIS CUBA?
LA INCIERTA SENDA DE LA
REFORMA. Consistía en un acopio de ensayos de varios
economistas cubanos destacados[3]. ¡Casi el mismo título! No me quedó más remedio que cambiarlo.
Entonces tuve la osadía de añadir un pronóstico. Lo denominé CUBA
AÑO 2025 y tuve la agradable sorpresa de que fuera premiado como
ensayo en el Concurso de Casa de las
Américas[4]
de 2015.
En mi predicción asumí que se cumpliría el
concurso del capital foráneo con cifras en el entorno de los US$ 2.000 a US$
2.500 millones anuales. Aún bajo este supuesto, en 2025 Cuba no hubiera subido
de categoría y continuaría siendo un país
en vías de desarrollo. El resto del mundo también crece y unos van más de
prisa que otros.
Las inversiones extranjeras no han alcanzado
la medida necesaria. El bloqueo ha arreciado y por si fuéramos pocos llegó la
pandemia. Todo se ha trastornado. No sólo en lo interno sino también
mundialmente. Cuba, como país pequeño dista mucho de la autarquía. Pero es
vergonzosa su incapacidad de cubrir con producción propia mucho de lo que se
importa. Alimentos en particular.
Nuestros resultados respecto al coronavirus
son excelentes. Ojala fuésemos igual de buenos en la producción.
Aunque Trump no alcance a reelegirse, cuando
recobremos la normalidad lo haremos en condiciones peores que antes. Nuestros
buenos vecinos nos quieren domesticados y es un gusto que no podemos darles.
Tenemos mucho por destrabar. Esa será la impostergable e inmediata tarea del
partido-gobierno.
Fin
[1] ¿A dónde vas, Señor? Pregunta formulada a Jesús resucitado por el apóstol Pedro cuando tomando la Via Apia huía de la represión en Roma. La respuesta admonitoria fue: voy a sufrir la persecución pues mis propios discípulos me abandonaron. Pedro, avergonzado, regresó para enfrentar el martirio. Es lo que cuenta el mito, San Pedro fue el primer Papa.
[2] Julio A. Díaz Vázquez
[3]Son sus autores: el español José
Antonio Alonso y los prestigiosos economistas cubanos Pavel Vidal, Juan
Triana,I leana Diaz, Jose Carlos Fariñas, Isabel Alvarez, Ricardo Torres,
Carlos Garcimartin, Omar Everlyn Perez, Saira Pons, Anicia Garcia, Susanne
Gratiles, Luisa Iñiguez, Santiago Diaz de Sarralde y Julio Cèsar Guanche
[4] Ferran Oliva, Juan M. Cuba: Año 2025. Premio Casa de las Américas 2015. Ensayo Histórico Social. Fondo
Editorial Casa de las Américas, 2015. El Jurado del Premio estuvo compuesto por
Zuleica Romay, entonces presidenta del Instituto Cubano del Libro, la chilena Marta Harnecker, ya
fallecida, y el intelectual colombiano Alfonso Múnera Cavadía
Comentario HHC: En estas páginas se publico el libro por capítulos # Cuba año 2025"
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