Por una década, las autoridades y académicos economistas cubanos han estado debatiendo sobre la unificación monetaria y cambiaria. Incluso hace varios años se publicó en la Gaceta Oficial, las reglas generales para el llamado «Día Cero» en que comenzaría ese proceso, y el expresidente Raúl Castro prometió que acaecería en 2018.
El pasado septiembre, un artículo de la Agencia de Noticias Reuters anunció que el fin de la doble moneda ocurriría antes de terminar el año 2020, probablemente el 1ro de octubre, lo cual provocó una avalancha de cubanos que trataron de cambiar sus CUC por CUP, lo que creó una seria escasez de CUP en las casas de cambio oficiales, llamadas CADECA.
El anuncio fue desmentido por el Banco Central de Cuba como «no verídico» y la ministra-presidente de esa institución declaró que cuando se tomara la decisión, se anunciaría al pueblo. El medio oficial con más alcance de la Isla hizo un recorrido por los bancos de La Habana y reportó que había largas colas de cambistas, un colapso de los servicios, cajeros vacíos y falta de personal.
Una Mesa Redonda transmitida por la TV, con la participación de Marino Murillo, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, y Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, dieron información detallada sobre la unificación, llamada «Ordenamiento Monetario». Según Murillo, la unificación monetaria y la modificación de la tasa de cambio ocurrirían simultáneamente antes de que terminara 2020 y sería un primero de mes porque las empresas estatales deben cerrar sus estados financieros.
Aunque esto no ocurrió, el 10 de diciembre se decretó la unificación. Estos antecedentes plantean interrogantes: ¿por qué después de diez años se hace ahora la unificación en medio de la crisis económica más grave desde el decenio de los 90?, ¿por qué no se hizo antes cuando Cuba gozaba una situación mejor?, ¿cuáles han sido las causas de la postergación de esta medida?
El momento ideal para hacer la unificación y reducir, o al menos controlar mejor sus efectos adversos, hubiese sido entre los años 2012 y 2016, cuando la situación económica de la Isla era mucho más boyante (Mesa-Lago y Svejnar, 2020):
- La relación económica con Venezuela estaba en su cima, equivalente al 22% del PIB cubano.
- La venta de servicios profesionales sobrepasó los 8 mil millones de dólares –el primer ingreso en divisas–.
- Las remesas externas fueron de 3 mil 445 millones –el segundo ingreso en divisas–.
- El proceso de normalización con los EE.UU bajo la presidencia de Barack Obama resultó en un aumento considerable del turismo estadounidense y el ingreso bruto de turismo fue de 3 mil 185 millones de dólares –el tercer ingreso en divisas–.
- En 2015, el PIB creció 4.4%, su mejor desempeño desde 2007.
- Hubo una deflación de -2.9% y Cuba estaba conduciendo de manera exitosa sus negociaciones con el Club de París, que eventualmente le condonó 42 mil 000 millones en deuda y extendió el pago de la deuda restante hasta 2033.
Por lo contrario, el fin del año 2020 demostró que Cuba estaba sufriendo su peor crisis desde el decenio de los noventa.
- El PIB que había disminuido 0.2% en 2019 –en vez del estimado de la CEPAL de 0.5% positivo–, cayó 11% en 2020, más que los pronósticos de entre -8% y -10% que habían hecho la CEPAL, The Economist Research Unit y otros expertos. El promedio anual del PIB en el período 2016-2020 fue de -1.3% y tomará dos años —asumiendo un crecimiento adecuado— para recuperar el quinquenio perdido.
- El déficit fiscal en 2021 aumentará a 23.3%, el mayor desde el decenio de los 90, debido al incremento de salarios, pensiones y prestaciones de asistencia social, así como de los subsidios de precios y a las empresas estatales con pérdidas.
- La liquidez monetaria en manos de la población (M-2) superaba al valor del PIB en 2019 y la cima alcanzada en 1993, el peor año de la crisis de los 90, y será mayor en 2021.
- El índice de producción industrial que se había recuperado parcialmente desde 2013, descendió en 2019 y estaba 39 puntos porcentuales por debajo del nivel de 1989.
- De entre 22 productos claves en la agricultura, la ganadería, la pesca/mariscos, la minería y la manufactura en 2019, 19 de ellos descendieron en su producción respecto a 2018, diez estaban bajo el nivel de 1989 y once eran inferiores a cimas de producción previas.
- El valor de las exportaciones en 2019 era 62% menor que en 1989, mientras que el valor de las importaciones era 22% mayor y el déficit en la balanza comercial de bienes creció 187%. En 2020 hubo una caída de 30% en las exportaciones y 40% en las importaciones, con lo cual disminuyó el déficit en la balanza de bienes.
- El excedente en la balanza global disminuyó de 3 mil 719 millones en 2014 a solo 994 millones en 2019 –73% menos– debido a que el valor de los servicios profesionales –primer ingreso en divisas– mermó de 13.8% al 7.2% del PIB entre 2012 y 2019 –mayormente por la crisis en Venezuela y el recorte de sus compras de servicios a Cuba, así como la salida de médicos de Brasil, Bolivia, Ecuador y El Salvador–.
- Las remesas del exterior (segundo ingreso en divisas) en 2020 estaban 35% por debajo de 2019.
- El ingreso bruto por turismo (tercero en divisas) en 2020 cayó 80% respecto a 2017 (la proyección oficial en 2021 es una merma de 68% respecto a 2017) y la ocupación de camas hoteleras era sólo 48% en 2019 (debido a la pandemia y las sanciones trumpistas).
- Cuba no pagó su deuda renegociada con el Club de París en octubre de 2019 y este le ha impuesto una sanción de 9% sobre el saldo de dicha deuda.
- La inversión extranjera directa virtualmente se paralizó debido al recrudecimiento del embargo de EEUU y la implementación por Trump del Título III de la ley Helms Burton, que autoriza reclamaciones judiciales contra compañías extranjeras que han «traficado» con propiedades confiscadas por el gobierno cubano.
- La tasa de participación laboral mermó de 76.1% a 65.2% entre 2011 y 2019, una indicación de un desempleo oculto del 11%.
- El salario real –ajustado a la inflación oficial– era el 53% del valor de 1989, mientras que la pensión real era el 38%, y la asistencia social disminuyó entre 2005 y 2019 de 5.3 a 1.5 beneficiarios por mil habitantes y de 2.3% a 0.4% del PIB (Gil, 2020; ONEI, 2020; Mesa-Lago y Svejnar, 2020; Mesa-Lago, 2021).
Es probable que la falta de unidad en la dirigencia contribuyera a posponer la decisión. Además, el gobierno cubano —como el resto del mundo— esperaba que Hillary Clinton ganase la presidencia en 2016, garantizando la continuidad de las políticas de apertura de Obama y la bonanza económica en Cuba, lo que podría evitar el shock derivado de la unificación. Pero esa oportunidad dorada se desaprovechó.
Murillo explicó por qué se inició el proceso el pasado diciembre: «La unificación no va a resolver todos los problemas de la economía que tiene problemas estructurales en los que habrá que continuar trabajando. Tenemos un entorno en el que es muy difícil que la economía funcione de manera natural, tanto por dicho entorno como por las deformaciones estructurales. No es posible avanzar en temas más profundos en el modelo económico si no se ordena monetariamente el país. Creemos que no podemos seguir esperando».
Sin embargo, salvo algunas medidas positivas pero insuficientes, Cuba todavía no ha llevado a cabo las reformas profundas necesarias para eliminar las «deformaciones estructurales», algo que hay que hacer paralelo a la unificación.
Los dirigentes cubanos ahora están apostando que, con la elección de Joseph Biden como presidente de EEUU, este regrese a las políticas de Obama. De hecho, Biden dijo que lo haría en un discurso que pronunció en Florida y que probablemente le costó perder la elección en ese estado, por el voto contrario de los exiliados cubanos y venezolanos seducidos por las acciones y promesas de Trump. El nuevo presidente podría, por resolución presidencial, restaurar varias de las medidas de Obama que fueron revertidas por Trump, pero necesita una mayoría en el Senado para avanzar más y eso no se sabrá hasta el 5 de enero cuando se haga la elección de dos senadores clave en el estado de Georgia.
Además, el tema cubano tiene muy baja prioridad en la agenda del nuevo presidente que confronta problemas severos y urgentes como la pandemia, la recesión, el cambio climático y la reversión de las políticas derechistas de Trump. Biden también enfrentará la férrea oposición de los Trumpistas-Republicanos, así como del senador demócrata cubano-americano Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Por último, el gobierno cubano tendría que hacer algunas concesiones a las que se negó bajo Obama, para que las potenciales medidas de Biden sean aceptables políticamente en el Congreso.
Referencias
Gil, Alejandro (2020b), “Economía cubana cae 11% este año, Informe al Sexto Período Ordinario de la Sesiones de la ANPP”, Cubadebate, La Habana, 17 diciembre.
Mesa-Lago, Carmelo (2021), La Unificación Monetaria y Cambiaria en Cuba: Normas, Efectos, Obstáculos y Perspectivas, Madrid, Documento de Trabajo, Instituto Elcano de Estudios Internacionales, enero.
Mesa-Lago, Carmelo y Jan Svejnar, The Cuban Economic Crisis: Its Causes and Possible Policies for a Transition, Miami, Vaclav Havel Program for Human Rights and Diplomacy, Florida International University, octubre.
Oficina Nacional de Estadísticas e Información—ONEI (2020), Anuario Estadístico de 2019, Edición de 2020, La Habana, consultado el 20 de diciembre.
Comentario HHC: Desde la comodidad de la historia es fácil evaluar los hechos, y si, quizás no es el mejor momento, pero es el momento inevitable.
Las grandes reformas económicas en Cuba, casi siempre han coincidido con momentos de crisis ,y esto lo hace políticamente aceptable. Y este es un buen momento.
Cuba que depende de variables externas, quizás no tenga un mejor momento nunca sino se prioriza la creación de riqueza a lo interno, que es lo que se está priorizando y postulando. Es lo más positivo.
La variable limitante siempre ha sido las reservas en divisas o acceso a crédito para contrarrestar las desviaciones, pero esto nunca se ha tenido como una posibilidad.
El mayor riesgo es no hacer la reforma completa, y que no se "destraben" todas las fuerzas productivas, y no se integren todos los actores a la misma.
Sería imprudente por otra parte, que se hiciera solo por cumplir los acuerdos de los Congresos del PCC. La demora ha pasado factura, pero estoy seguro de que tendremos un modelo económico mejor con el nuevo ordenamiento, no exento de dificultades, pero es necesario, inevitable de cara a la restructuración que necesita la economía desde hace años. Es un reto esperanzador para el pueblo cubano, del cual saldremos siendo un mejor país. Apoyémoslo.
Esta revisión del estado de la economía de nuestro país en los años 2019 y 2020 y sus comparaciones con años anteriores como el 2017 y 1989, último año de apoyo de la Unión Soviética a Cuba, hecha por el economista cubano mejor informado sobre la economía de nuestro país, residente en Estados Unidos, demuestra, basado en esos datos, que las condiciones existentes ahora son muy desfavorables para el reordenamiento monetario. Mesa Lago, como nadie más en este mundo, sabe de las causas de la crisis económica en nuestro país y las ha señalado en múltiples artículos, proponiendo la apertura a la inversión directa del capital extranjero y la creación de PYMES, como la vía de solución más adecuada a nuestra situación. El próximo año, si no llega a controlarse la pandemia a nivel mundial, mediante las vacunaciones masivas y la aplicación de las medidas de protección en los países más desarrollados del mundo y en los otros países de gran peso en la economía mundial. es evidente que el 2021 será uno de los años más difíciles para nuestro pueblo, y si no se liberan las fuerzas productivas, por la vía Socialista, que hasta ahora no se ha intentado, o por la vía capitalista, creación de PYMES en todos los sectores de la economía e inversión extranjera directa, incluyendo la de los cubanos residentes en el exterior. Si esta esta última vía es la que se priorice, como todo parece indicar, los sueños de alcanzar un Socialismo prospero, democrático y sostenible desaparecerán definitivamente como en China, Vietnam y otros países asiáticos.
ResponderEliminar