III
La evolución de los factores negativos examinada anteriormente tuvo una incidencia acrecentada en los resultados de la producción y los servicios en el 2020.
En el caso de la producción agropecuaria, ya desde hacía 5 años se registraban descensos en un conjunto de renglones y en ese comportamiento tuvieron una participación significativa limitaciones estructurales no resueltas, a las que cabría adicionar el efecto de las 240 medidas de recrudecimiento del bloqueo norteamericano implementadas por la administración de Donald Trump a partir del 2017, que afectaron toda la economía cubana.
Lógicamente, otro conjunto de factores no pueden pasarse por alto, especialmente en el caso de la agricultura. Al respecto a finales del 2019 se recordaba por el Ministro del ramo, [2] que el 78% de los suelos de Cuba se clasificaban como poco productivos o muy poco productivos, a lo que se añadía que casi el 47% de la tierra agrícola encontraba afectada por factores limitantes. Para su recuperación gradual se demandarían 35 millones de pesos por año, a un ritmo de recuperación de 100 mil hectáreas anuales. A lo anterior habría que añadir la presencia de condiciones climáticas adversas[3] –que se han incrementado producto del cambio climático- el éxodo de fuerza de trabajo hacia labores mejor remuneradas y también un bajo nivel de inversiones, que solo alcanzó un promedio anual de 436 millones de pesos entre el 2014 y el 2019, un 5,7% del total invertido en Cuba durante ese período, lo que no permitió frenar la descapitalización del sector.
De este modo, en la producción de un grupo de renglones del sector agropecuario durante ese quinquenio, se observa que -mientras que en un pequeño grupo de ellos se mantenía un curso ascendente- incluyendo las viandas, el tabaco y la miel, en otro grupo caía la producción notablemente, como en los casos de las hortalizas, el arroz, el maíz, los frijoles, los cítricos, la leche de vaca y la pesca.
La situación en el 2020 empeoró notablemente.
Los resultados de la producción de alimentos, entre un grupo de renglones fundamentales, reveló que el arroz molinado registró una caída del 47%; en los frijoles –afectados además por una plaga- se obtuvieron solamente 9 400 TM; las viandas descendieron un 39,6%; la producción de hortalizas fue solo alrededor del 64% de la alcanzada el año anterior; la leche de entrega a la industria bajó un 38,2% y la producción de huevos descendió un 24%.
Tampoco la situación fue muy diferente en el caso de la producción industrial, la que –en términos de la producción física comparada con el año 1989- descendió del 62.1% en el 2015, al 61.3% en el 2019.
En el 2020, considerando algunos los renglones de mayor peso, se registró un descenso del 68,7% en la producción de acero; en la de petróleo y gas un 4,3% menos; la de madera aserrada descendió un 73,1% y los fertilizantes de producción nacional se redujeron un 46,6%. No obstante, crecieron las producciones de jabón (56,8%); tejas de asbesto cemento (3.7 veces), mientras que se mantuvo al mismo nivel la producción de cemento.
En lo referido a las inversiones –si bien un número de proyectos tuvieron que ralentizarse- y debe haberse registrado un descenso en relación a la cifra invertida en 2019, se lograron concluir 5 pozos para la extracción de petróleo y gas; se terminaron 5 hoteles con 2 020 habitaciones para el turismo y se concluyeron un conjunto de obras para la producción de alimentos, lo que reflejó el crecimiento del 56,3% de las inversiones en el sector agropecuario hasta alcanzar unos 761 millones de pesos. Esta cifra no es un dato menor, ya que refleja una mayor priorización de las inversiones en ese sector, en tanto que supera en un 74,5% el promedio invertido entre el 2014 y el 2019.
A estos resultados se añade que en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, se pactaron 5 proyectos nuevos, lo que lleva a un acumulado de 55 inversiones por 3 126 millones de capital comprometido desde su apertura en el 2013.
Otros datos de interés muestran en el sector del transporte un descenso del 43,2% en los pasajeros transportados, espacio que en un 37% lo cubren entes privados.
Por su parte, la circulación mercantil minorista –que había descendido un 4,9% en el 2019- se estima que volvió a caer en el 2020. Al respecto, se conoció que esta circulación por monedas fue un 49,7% en CUP, un 39% en CUC y un 11,3% en USD, con una presencia de productos nacionales de solo un 12% en este último caso.
También se mantuvo un nivel de satisfacción con la libreta de racionamiento de un 55% de las recomendaciones nutricionales, desglosada en un 55% de la energía, 50% de las proteínas y 33% de las grasas. De igual modo, depende de las importaciones el 33% de la energía aportada por los alimentos totales, directa o indirectamente, así como el 39% de las proteínas.[4]
De acuerdo con la crisis que enfrentó la economía en el 2020, es comprensible que el déficit presupuestario haya pasado del 6,2% del PIB en el 2019 al 20% en el 2020,[5] lo cual hizo que se acumulara una fuerte presión inflacionaria en este año, la que continuará incidiendo en las finanzas públicas en años posteriores.[6]
En efecto, el tratamiento de la deuda pública será uno de los temas más complejos que deberá enfrentar el gobierno a partir del 2021, tomando en cuenta –además- la emisión de liquidez que supone la Tarea Ordenamiento para compensar el efecto inflacionario de la devaluación.[7]
Cerró así el 2020 con múltiples laceraciones, pero sin que colapsara ni la economía ni el enfrentamiento a la COVID 19.
Veamos ahora las proyecciones que se ofrecen para el año 2021.
(Continuará).
Notas bibliográficas
En la segunda parte de esta serie de artículos la cifra de exportación de azúcar en el 2020 apareció por error como la cifra de producción. La redacción correcta de ese párrafo debe quedar como sigue “En relación a la producción de azúcar, se estima que la zafra del 2019 fue de 1 millón 327 mil TM, mientras que la del presente año se redujo a aproximadamente un estimado de 1 100 TM, con una exportación de 614 mil TM, para una caída del 17,1% en la producción y del 16,8% en la exportación.” El autor ofrece disculpas.
[1]Los datos cuya fuente no se cita expresamente corresponden al “Anuario Estadístico de Cuba. 2019” La Habana, 2020 disponible en www.onei.gob.cu y a la “Intervención del Ministro de Economía y Planificación en la Asamblea Nacional del Poder Popular el 17 de diciembre del 2020” en CUBAVISION TV, diciembre 18 del 2020.
[2] Ver “Interviene en la session plenaria el Ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero” diciembre 19 de 2019, en www.cubadebate.cu
[3] En el 2020 afectaron a Cuba dos ciclones tropicales: Laura en agosto y Eta en noviembre, causando fuertes lluvias y vientos de tormenta tropical, que afectaron numerosos cultivos.
[4] Ver de Betsy Anaya “Acceso a los alimentos en Cuba: Prioridad, dificultades y reservas para mejorar” Economía y Desarrollo Nº 2, Julio-Diciembre del 2020 en www.scielo.sld.cu
[5] El deficit total fue de 20 734 millones de pesos. Ver “Presupuesto del Estado para 2021 reafirma su carácter eminentemente social.” Diciembre 17 del 2020 en www.cubadebate.cu
[6] Para el 2021 el Presupuesto tundra que hacer frente a una deuda pública por pagar de 45 798 millones de pesos.
[7] Posteriormente se profundizará en ese tema.
José Luis Rodríguez
Asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM). Fue Ministro de Economía de Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario