En Calisur, la mayor camaronera del país, un contingente de 13 mujeres desafía los rigores del cultivo intensivo del crustáceo con altos rendimientos que se revierten en rubros exportables
EL MANGO, Granma.– Cuando al amanecer le faltan aún par de horas para comenzar a «calentar» las jornadas, ya en una de las seis granjas que tiene la camaronera del litoral sur, (Calisur), de esta oriental provincia, 13 mujeres –en realidad muchachas que no rebasan los 35 años– hace buen rato que están cargando pienso, preparando fertilizantes, alimentando precrías…, robándole horas al sueño para convertir sus esfuerzos en rubros exportables.
«Aquí la única vieja soy yo, y no tanto», dice, entre risas, la técnica en camaronicultura, Milagros Mendieta Hechavarría, jefa del bisoño grupo «Las Marianas», creado en junio del pasado año 2020, con el propósito de poner en práctica, de forma experimental, el cultivo intensivo del crustáceo a cargo solo de mujeres en la mayor industria productora y exportadora del camarón en Cuba, unidad empresarial de base (UEB) enclavada en el municipio de Río Cauto.
«Entre la jefa, las técnicas y las camaronicultoras somos 13, igual que «Las Marianas» del Ejército Rebelde, y vamos a hacer honor a ese histórico pelotón, por eso aquí no hay peros que valgan, todas hacemos de todo: sembrar y recambiar los estanques, muestrear y alimentar a los camarones, dar remo…, lo que haga falta», afirma Geilis Cervantes Álvarez, la más joven del equipo con 20 años.
La tarea aunque es dura, según describen las integrantes de este pelotón, ha demostrado la capacidad y eficiencia de las féminas en la producción, quienes, además de alimentar de forma continua a los camarones, hacen guardias nocturnas y otras labores bajo el sol.
«Al principio hubo quien pensó que no íbamos a poder solas, pues muchas veníamos de la industria pero el trabajo en la granja es otra cosa. Muchas veces almorzamos a la orilla de los estanques para espantar a las corúas (aves que se alimentan de los camarones); es decir, que más que un cultivo intensivo es un cuidado intensivo», comenta la también camaronicultora, Maily Madrigal Mojena.
En esta pequeña granja, de solo siete estanques en seis hectáreas (de las 963 hectáreas de espejo de agua que tiene Calisur distribuidas en 107 estanques), al contar con los sistemas de aireación (equipos que brindan oxígeno a los camarones y permiten intensificar la densidad de siembra) se pueden multiplicar unas diez veces los rendimientos que se logran en un cultivo semintensivo, cuyo promedio es de una tonelada por hectárea.
Con esa tecnología y una valiosa faena, Las Marianas lograron en su primer ciclo de producción (70 días) capturar 52, 6 toneladas de camarón para un rendimiento de 8, 7 toneladas por hectárea.
«A ello se suma que obtuvieron un buen factor de conversión de 1,96 (cantidad de pienso consumido por cada tonelada de camarón alcanzada) y el 83,2 % de supervivencia de los crustáceos. Estos son indicadores de excelencia», asegura Edgardo Bueno Pérez, jefe de Producción en Calisur.
«Ese primer ciclo fue un gran reto, pero los resultados superaron nuestras expectativas, y durante el segundo, en un tiempo más corto de cultivo, alrededor de 34 días, ya habíamos obtenido camarones de 12 gramos con un rendimiento de siete toneladas por hectárea», apunta, por su parte, la líderesa Mendieta Hechavarría.
-¿Y cuánto cobraron?, pregunta la reportera al constatar el entusiasmo con el que se desempeñan estas muchachas.
-«El día que me pagaron el primer salario hasta me asusté, nunca había tenido tanto dinero junto, fueron más de 5 000 pesos», dice la camaronicultora Gelenis Cabrera Sánchez, a quien Las Marianas le abrió las puertas a la reincorporación laboral.
«Soy madre soltera, vivo cerquita de Calisur y cuando me fueron a hacer la propuesta no imaginé que me llegaría a gustar tanto este trabajo, porque es bien sacrificado, pero cuando ves los resultados se te olvidan las madrugadas, los picazos de mosquitos y hasta la doble jornada al llegar a casa. Son producciones de mujer con la que aportaremos más al país», señala orgullosa.
…
Como estas jóvenes, en Granma son muchas las mujeres que hacen patente las conquistas en la igualdad de derechos, la lucha contra la discriminación, y sus aportes económicos y sociales.
Tal disposición y entrega junto a una intensa labor desde la base frente a los desafíos impuestos por la presencia de la COVID-19 en Cuba, le merecieron a las federadas del territorio la condición de Vanguardia Nacional, mérito que reciben, este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
«Entre todas las tareas que han asumido las granmenses para el combate a la pandemia, una de la que más nos enorgullece es la confección de nasobucos, además del apoyo brindado a los ancianos y discapacitados, así como el respaldo a la pesquisa que realiza Salud Pública y al enfrentamiento de revendedores y coleros», detalló María Elena Hechavarría Carralero, Secretaria de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en Granma.
Resaltó, también, la incorporación de más de 26 000 federadas a la producción de alimentos mediante el movimiento de patios y parcelas, y la labor desempeñada por las Casas de Orientación de la Mujer y la Familia por donde transitaron unas 70 000 personas.
Asimismo, significó el acompañamiento de la FMC a quienes han solicitado empleo tras la implementación de la Tarea Ordenamiento, con más del 50 % de las plazas en oferta ocupadas por mujeres.
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