ECONOMÍA.
28 Abril 2021
Cuando se dijo que los ganaderos podían comerse sus reses las expectativas crecieron más rápido que la hierba de los potreros y las reticencias… también. Los dos extremos venían tocándose desde que la noticia fue, apenas, un esbozo al que le faltaron detalles para tasar las probabilidades reales de su implementación. Esto sería, más o menos ¿en qué tiempo y después de cuántos requisitos podrían los guajiros vender o comerse una res?
Pues este lunes se despejaban las dudas mientras se explicaba el procedimiento para el sacrificio, consumo y comercialización de ganado; y aunque ese fue solo uno de los puntos de una reunión que tuvo al frente al Viceprimer Ministro Jorge Luis Tapia Fonseca, al Ministro de la Agricultura, Ydael Jesús Pérez Brito, y a la Viceministra de Finanzas y Precios, Lourdes Rodríguez Ruiz, no faltaron los detalles en torno al tema.
Allí quedaron expuestos los cinco requisitos que deben cumplirse, los cuales, a juzgar por las opiniones de los ganaderos presentes, incentivan la crianza y, a corto plazo, hacen posible la comercialización de esa carne. Lo primero, reconoce el documento, es estar acreditado en el registro de la tierra y en el registro de control pecuario (algo que ya era una obligación).
El segundo punto habla de cumplir con la entrega de carne o de leche, según corresponda; y ello está condicionado a dos elementos: el de la tasa de extracción anual y pesos al sacrificio (establecido por estructura y productividad del rebaño) y el de alcanzar un mínimo de 520 litros de leche al año por vaca, para los productores que posean entre una y 10 vacas, y 550 litros para los que posean más de 10.
En ese aspecto varios ganaderos de Chambas, Venezuela y Baraguá admitieron que la “talanquera era fácil de brincar”, debido a que los promedios de entrega de leche al mes pueden rondar, perfectamente, esa cifra. En parte, también, porque ahora cumplir el plan mensual de leche equivale a recibir 9.00 pesos por litro (y no 7.50, que es el pago a los que incumplan) y porque todo el “excedente” puede ser vendido donde deseen y a precios por acuerdo. Lo mismo si prefieren comercializarla en sus derivados…
Incluso, la medida llega a ser flexible para los que se encuentren a una distancia excesiva de los puntos de acopio de leche y no puedan llevarla. En esos casos se autoriza a que la conviertan en queso.
El tercer punto esclarece que para sacrificar un animal debe mantenerse el crecimiento del rebaño de vacas y el rebaño total. “Una vez cumplido su plan contratado, el productor puede sacrificar para el consumo y comercialización en la categoría establecida, un animal de cada tres que incremente en su rebaño”, alega el procedimiento del Ministerio de la Agricultura, ante el cual más de una cara lució asombrada, debido a rumores que ya aseguraban que el guajiro solo podría comerse una res al año.
De hecho; la medida es efectiva desde el primero de junio de este año, de modo que quienes hayan cumplido sus planes de mayo y tengan crecimiento en su masa, pueden decidir a qué precio, en qué mercado y en qué moneda la comercializarán o, si prefieren, comérsela.
El cuarto requisito autoriza el sacrificio de los machos en categoría de añojo, torete y toro, así como de las hembras de desecho no aptas para la reproducción, las que deben ser certificadas por la autoridad competente (fisiopatólogo de la reproducción); y el cinco concluye con “no tener faltantes en el ganado bovino”.
Al margen de que muchos siguen poniendo “la carreta delante de los bueyes” y juzgan con facilismos la producción ganadera, las medidas aprobadas no parecen dilatar o entorpecer un proceso que, no obstante, está plagado de dificultades.
Las muertes, el hurto, la baja natalidad, la falta de agua y de pastos, el mal manejo… existe una sarta de causas y consecuencias que terminan por ilustrar un Ciego de Ávila donde, entre 2014 y 2018, la masa decreció en unas 20 000 cabezas. La tendencia en el país tampoco venía aportando crecimientos. El propio Tapia Fonseca admitía que “hoy rondamos los 3,7 millones de cabezas, la mitad de lo que teníamos antes”. Solo que hoy podemos aventurarnos y decir que eso fue hasta ahora, o que ya no será época de vacas flacas…
Dejemos transcurrir unos meses y juzguemos.
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