"Se impone reforzar nuestras estructuras y equipos de dirección y gestión económica con los aportes de especialistas y expertos de Ciencias Económicas en particular y de otras en general. No podemos cansarnos de oír a los que saben valorar sus propuestas y articularlas con lo que nos proponemos lograr".
M. Díaz Canel: Discurso pronunciado en la clausura del Segundo Período Ordinario de Sesiones de la IX legislatura de la ANPP 22, de diciembre de 2018.
La tendencia a que los miembros de la alta dirección del Estado alcancen una formación científica formalizada es un rasgo de cierta significación, en el concierto internacional del mundo de hoy. Ejemplos sobran. Por exigencias de mis intereses profesionales he seguido durante algún tiempo los procesos de formación de doctores en varios países. Se ha convertido en un área de investigación específica por la creciente utilización e influencia de ese personal en los procesos de toma decisiones para encontrar soluciones a los problemas económicos, sociales y políticos del desarrollo de muchas naciones.
La bibliografía es abundante y crece por día. Dentro de ese campo ocupa un espacio –como ya se mencionó– el relacionado con el tema de la vinculación del personal con formación académica a las tareas de gobierno. Es el objeto principal de este texto y que pudiera sintetizarse en esta pregunta:
¿Por qué existe la tendencia a que dirigentes de primer nivel de no pocos gobiernos incluyan en su formación la obtención de maestrías y doctorados?
La respuesta está relacionada con el hecho de que desde mediados del siglo pasado se inicia en muchos países desarrollados un proceso de consolidación de la interrelación entre ciencia tecnología e industria sin precedentes1. Esto elevó considerablemente el grado de complejidad de los procesos económicos y sociales. La repercusión en las esferas de dirección política fue inevitable y este proceso se ha trasmitido también a los países del sur gracias a la globalización.
Aparecieron nuevas exigencias en la preparación de las personas que aspiraban a obtener posiciones en diferentes niveles del Estado. Al mismo tiempo se fueron creando grupos de asesores gubernamentales de elevada formación científica. Los llamados tanques pensantes o laboratorios de pensamiento se han generalizado a muchos países y se utilizan en diferentes esferas de la actividad gubernamental como política exterior, energía y recursos naturales, seguridad nacional, educación, desarrollo económico entre otras.
ALGUNOS DATOS SOBRE LOS TANQUES PENSANTES
En el sitio THINKS TANKS (TT) DE Google encontramos datos con un número de países seleccionados y su peso relativo a escala internacional:
Cantidad de TT
Estados Unidos 1830 40%
China 429 9%
Reino Unido 287 6%
Alemania 194 4%
India 192 4%
Argentina 225 5%
En general, estos grupos se integran con personal de trayectoria científica destacada, así como directivos empresariales o estatales con formación académica y experiencia en tareas de dirección. De ahí que los directivos del Estado y el gobierno necesitan desarrollar las capacidades de interlocución con esos grupos. De lo contrario no sería viable un adecuado proceso reflejo y de comprensión del lenguaje peculiar del estamento científico.
Es necesario que en los gobiernos se creen masas críticas de funcionarios que tengan capacidad destacada para seleccionar personas de alto rendimiento y de criterios independientes. Y que en la integración de estos grupos se produzca un predominio de la política abierta sobre la política cerrada, sin excluir a las personas de pensamiento conservador. Deben crearse condiciones para que ambos grupos coexistan y trabajen en un ambiente de armonía y respeto recíproco.
La integración a plenitud del estamento científico a la actividad gubernamental es un proceso complicado que tiene sus reglas y principios de funcionamiento, pero sería necesario tratarlo con amplitud, y este no es lugar. Cuba apenas comienza en esta experiencia, lo que seguramente será un largo proceso. Lo decisivo es que el país dispone del potencial científico necesario.
SOBRE EL ESTILO ACTUAL DEL EQUIPO DE GOBIERNO
Entre los rasgos significativos del equipo de gobierno en Cuba se destaca el énfasis en la necesidad de incorporar expertos, en determinadas ramas del conocimiento, al proceso de toma de decisiones en los diferentes niveles de las estructuras de los sectores productivo y de servicio, e incluso de gobierno. Es una premisa esencial para lograr un acercamiento cualitativo y cuantitativo entre las instituciones docentes y científicas y el sector productivo.
Sobre este punto el presidente ha señalado:
¨El sistema de Ciencia Tecnología e Innovación está débilmente interconectado en Cuba, hay una insuficiente interconexión entre el sector del conocimiento, o sea, de las universidades, el sistema productivo de bienes y servicio y los territorios”2.
Aquí se reconoce que nuestro país adolece hasta ahora de una insuficiente interacción entre el sistema de producción de conocimientos y los diferentes niveles de la estructura de gobierno. De esto se deduce que una de las probables causas de este relativo aislamiento radica en que una cantidad significativa de directivos de los sectores gubernamentales, de las empresas y los territorios no dispone de los recursos comunicacionales para establecer un dialogo eficaz con el sector de la ciencia y la tecnología.
En la mencionada intervención del presidente en la Asamblea Nacional destaca la necesidad de promover ¨una planificación movilizadora dirigida a impedir que la burocracia inmovilice el desempeño de los principales actores económicos.
Lo que significa también que la incorporación de la racionalidad y objetividad a las decisiones del gobierno con base científica podrá actuar como un antídoto contra las iniciativas caprichosas y subjetivas de los burócratas. Habrá resistencia abierta o solapada.
LO QUE NOS MUESTRA LA EXPERIENCIA INTERNACIONAL
Para la redacción de este epígrafe he utilizado como fuente principal las síntesis curriculares publicadas en la prensa de un grupo de directivos extranjeros de alto nivel que han visitado nuestro país. Otra fuente adicional han sido los artículos de prensa donde se han mencionado aspectos de la trayectoria de vida de algunos otros.
En total he recopilado resúmenes de las hojas de vida de 23 personalidades distribuidas por regiones. De estas, 9 de Europa; 4 de Asia; 6 de África; 4 del continente americano (del norte y del sur)
De Europa:
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. En 1995 termina la licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense de Madrid. Concluyó una maestría en Economía en la Universidad Libre de Bruselas, y otra en Estudios Avanzados en Integración Económica y Monetaria Europea, en el Instituto universitario Ortega Y Gasset. En 2012 concluye el doctorado en Economía en la universidad Camilo José Cela, donde ejerció como profesor de Economía.
Enmanuel Macron, presidente de Francia. Graduado de Filosofía en la universidad de París (Nanterre). Realizó estudios de posgrado en el Instituto de Estudios Políticos de París. Graduado de Inspector de Finanzas en la Escuela Nacional de Administración. Miembro del Partido Comunista francés a los 24 años. Fue asistente de Filosofía y Antropología del destacado científico Paul Ricour, y profundizó en investigaciones sobre Hegel y Maquiavelo (datos tomados de artículos de la prensa).
Robert Fico, Primer Ministro de la República Eslovaca. En 1986 termina la Escuela de Derecho de la Universidad Comenius. Entre 1988 y 1992 realizó estudios de posgrado en el Instituto del Estado y el Derecho de la Academia de Ciencias de Eslovaquia. En 1992 recibió el de Doctor en Ciencias. Especializado en Derecho Penal con una investigación sobre la pena de muerte.
Francois Hollande, expresidente de la República de Francia. Graduado de la Escuela de Altos Estudios de Comercio de París y también del Instituto de Estudios Políticos de esa ciudad. Graduado de la Escuela Nacional de Administración. De 1988 a 1991 fue profesor de Economía en el Instituto de Estudios Políticos de París.
El Papa Francisco. En 1958 pasó el noviciado en la Compañía de Jesús. Se licenció en Filosofía en el Colegio San José de Buenos Aires. Entre 1964 y 1965 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio La Inmaculada. De 1867 a 1970 estudió Teología en el Colegio San José. En 1986 se trasladó a Alemania para realizar su doctorado.
Tomislav Nicoli, presidente de la República de Serbia. Graduado de Economía. Terminó una maestría en Ciencias Económicas.
De Rusia:
Vladimir Putin, presidente de la Federación de Rusia. Graduado de Derecho de la Universidad Estatal de Leningrado en 1975. Graduado de la Escuela Superior del Comité de Seguridad Estatal. Vicerrector de la Universidad Estatal de Leningrado. Concluye un doctorado en Economía en el Instituto Estatal de Minas de San Petersburgo.
Dimitri A. Medvedev, exjefe de gobierno de la Federación de Rusia en 1987. Licenciado en Derecho en la Universidad Estatal de Leningrado, en 1990. Obtiene en 1990 el doctorado en Ciencias Jurídicas en la Universidad de San Petersburgo. De 1990 a 1999 profesor en la misma universidad.
De Norteamérica y América Latina:
Barack Obama, expresidente de Estados Unidos. Se graduó en la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard. Fue presidente de la revista de derecho de esa universidad. Realizó el doctorado en Ciencias Jurídicas en la misma universidad donde fue profesor de Derecho Constitucional. Fue senador por el estado de Illinois. Ha escrito varios libros, el último editado en 2020 con el título La tierra prometida.
Felipe Calderón Hinojosa, expresidente de México. Graduado de la Escuela Libre de Derecho. Realizó una maestría en Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Culminó una segunda maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard.
Guillermo Solís Rivero, expresidente de Costa Rica. Graduado de Historia en la Universidad de Costa Rica. Obtuvo una maestría en Estudios Latinoamericanos en la universidad de Tulane en Estados Unidos. Durante 10 años fue docente e investigador y administrador académico en la universidad de Costa Rica. Es autor de 10 libros y decenas da artículos para periódicos y revistas.
Rafael V. Correa, expresidente de Ecuador. Graduado de Economía de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. En 2001 obtuvo una maestría en Economía en la Universidad de Illinois y posteriormente un doctorado en Ciencias Económicas en esa universidad.
De Asia:
Xi Jinping, presidente de la República Popular China. Graduado de la Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Tsuighua de Beijing. Especializado en teoría marxista y educación ideológica. Realizó un doctorado en Derecho en esa universidad. En 1979 concluyó estudios de posgrado en la Facultad de Ingeniería Química de esa universidad, especializado en síntesis orgánica básica.
Nguyen Phu Trong, Secretario General del Partido Comunista de Vietnam, Licenciado en Literatura. Realizó un doctorado en Ciencias Políticas. Fue editor jefe de la revista Comunista, órgano teórico del Comité Central, de 1991 a 1996.
Nguyen Thi Kim Ngan. Presidenta de la Asamblea Nacional de Vietnam. Licenciada en Finanzas. Realizó una maestría en Ciencias Económicas (datos tomados de la prensa).
De Iran: Hasan Rohani, presidente de la República Islámica de Irán. En 1872 se graduó en Derecho en la Universidad de Teherán. Realizó estudios de posgrado y máster en leyes en la universidad Caledonian Glasgow, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del norte.
Mahmoud Ahmadinejad, expresidente de la República Islámica de Irán. Es graduado de Ingeniería Civil en la Universidad de Ciencias y Tecnología de Teherán. En 1997 obtiene un doctorado en Ingeniería del Transporte y Planificación. Desde 1989 fue miembro de la Junta Universitaria de la Facultad de Ingeniería Civil y ha escrito y colaborado con diversos trabajos de carácter científico.
De Africa:
Domingo Simoes Pereira, expresidente de Guinea Bissau. Ingeniero Civil graduado del Instituto de Odessa, antigua URSS. Master en Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de Fresno California. Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Católica de Portugal.
Mulatu T Wirtu, expresidente de Etiopia. En 1982 obtiene la licenciatura en Economía Política y Filosofía en la Universidad de Beijing. En 1988 obtiene un master en Derecho Internacional y doctorado en 1991 en esa universidad. Previamente realizó una maestría en Derecho y Diplomacia en la Escuela de Leyes Fletcher, adjunta a la Universidad de Harvard en Estados Unidos.
Ali Bongo Ondimba, expresidente de la República Gabonesa. En 1981 terminó la licenciatura en Derecho en la Universidad de La Sorbona de París y posteriormente el doctorado en Derecho Público en la misma universidad.
Jorge Carlos de Almeida Fonseca, expresidente de la República de Cabo Verde. Terminó la licenciatura en Derecho y posteriormente la maestría en Ciencias Jurídicas en la Universidad de Lisboa. Fue asistente graduado en la Facultad de Derecho de esa universidad impartiendo varias disciplinas. Trabajó como investigador en el Instituto Max Plank en Freiburg, Alemania, en el campo de derecho penal. Tiene una vasta obra científica en el área de Derecho Penal y Constitucional. Ha escrito una docena de libros y más de 50 artículos. Sus libros de poesía se han editado en varios países, incluida Cuba.
Hage G. Geingob, expresidente de Namibia. En 1961 se graduó de magisterio. Entre 1971 y 1974 cursó una maestría en Relaciones Internacionales. Desde el 2003 al 2005 ocupó diversas responsabilidades en organismos internacionales en Estados Unidos y Canadá. En 2004 concluyó sus estudios de doctorado en la Universidad de Leeds de Gran Bretaña.
Letsie III, Rey de Lesotho. En 1984 obtiene el título de licenciado en Derecho. Entre 1984 y 1986 obtiene el diploma en estudios de Derecho Inglés en la universidad de Bristol, en el Reino Unido. En 1989 realiza estudios en Desarrollo en la Universidad de Cambridge en el mismo país. Posteriormente matricula Economía Agrícola en el Colegio Wye de la Universidad de Londres.
SOBRE LA EXPERIENCIA CUBANA. PREPARACIÓN PREVIA Y DEFENSA DE DOCTORADO DEL PRESIDENTE DESDE EL EJERCICIO DE SU CARGO
Fue noticia en días recientes, en diversos medios oficiales, la obtención del doctorado en Ciencias Técnicas del presidente. Se publicó en la prensa amplia versión del artículo que recoge las principales ideas de su tesis3. En las redes sociales aparecieron comentarios del asunto con diversos grados de seriedad. Algunos expresaban suspicacias de naturaleza ética que alcanzaban también a los miembros del tribunal y los oponentes. En estas opiniones está implícita una intención descalificadora acerca de la formación científica del presidente.
Uno de los comentaristas se pregunta cómo dedicar tiempo a esto en medio de la crítica situación que atraviesa el país. Son opiniones subjetivas de personas –algunos con grado científico– que carecen de información acerca del largo proceso de trabajo que ha seguido el presidente en su preparación académica, previa antes de realizar su ejercicio, de lo cual soy testigo de cierta manera. Tengo experiencias directas e indirectas de larga data. Creo que no debo quedarme callado.
Estas se encuentran asociadas a mis vínculos con la Facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad Tecnológica de La Habana. En esta se celebraba dos veces al año –en junio y noviembre– sesiones intensivas de varios días, mañana y tarde de defensas y predefensas de grado. La asistencia a las defensas de doctorado es una invaluable experiencia en el proceso de formación de un investigador. Recuerdo que ya en el 2011 Díaz Canel asistía a esas sesiones en las que participaba no solo por su interés como ministro de Educación Superior, sino también por estar ya vinculado a un proyecto de investigación relacionado con la calidad en ese nivel educativo. Lo supe en una de esas sesiones.
Más tarde cambió de orientación hacia el proyecto en que ha defendido su tesis, que se encuentra en el campo de la gestión gubernamental, basada en la ciencia y la innovación. Creo que el tema anterior de alguna manera operó como fundamento de este último, pues los procesos de innovación tienen fuertes compromisos con los educativos y de formación.
Tengo algo que decir sobre este aspecto. En mí ya larga trayectoria académica tuve no pocos contactos con personas vinculadas a tareas de dirección en empresas y ministerios que aspiraban a iniciar un doctorado. En todos los casos recomendé que el tema seleccionado estuviera relacionado con su trabajo, es decir con el contenido de sus funciones. De manera que sus propias experiencias laborales contribuyeran a conformar la materia prima de su investigación, estableciendo una sincronización entre actividad laboral y el trabajo de investigación. Es también un rasgo importante en los llamados doctorados en las empresas y por extensión válido para las funciones gubernamentales.
Son proyectos investigativos que se desarrollan en paralelo con los procesos de trabajo, lo que contribuye a elevar las posibilidades de implementación en la práctica. Esto representa un valor añadido que algunos doctores de perfil estrecho y unilateral subestiman. Eso la diferencia de los doctorados de orientación académica que carecen, en no pocas ocasiones, de fuertes vínculos con la realidad productiva o de servicios. Ese no es el caso del presidente, que antes de asumir el cargo actual fue ministro de Educación Superior (2009-2012), lo que le permitió familiarizarse en directo con la mayor parte del potencial científico a nivel nacional, que como sabemos se encuentra en las universidades. Esa misma responsabilidad constituyó una inapreciable fuente de experiencias relacionadas con el trabajo científico.
Díaz Canel se había graduado de Ingeniero Electrónico en la Universidad Central Marta Abreu, en la provincia de Las Villas, ejerciendo docencia en esa facultad en la asignatura Señales Digitales. Mas tarde siendo primer secretario del PCC de esa provincia, matriculó y concluyó la maestría en Dirección, adscrita al Centro de Técnicas de Dirección de ese centro docente. Esta ha sido reconocida como de excelencia por la dirección del MES.
Por otra parte, debo añadir que colaboré en un tiempo con algunos posgrados como profesor invitado de la UCLV. Conozco desde entonces a miembros del claustro de esa maestría.
Los comentarios de sus profesores –algunos muy cercanos– acerca del rigor con que asumió sus responsabilidades, con las tareas de las disciplinas que integraban el programa, son recuerdos de larga data en mi memoria. No de ahora.
No me detendré a examinar otras objeciones de menor cuantía, entre otras razones porque los que las hacen desconocen la calidad moral e intelectual de los integrantes de ese tribunal. No es mi caso. Tales comentaristas actúan con superficialidad y desconocimiento de esa realidad. Sin embargo, debo reconocer que tienen razón cuando sostienen que la prensa debió dar más información de los resultados de los informes de los oponentes y sus preguntas al doctorante.
Tengo pendiente definir mi posición ante la diferencia entre un doctorado –el texto– y un doctor es decir la personalidad del que lo ostenta. No necesariamente coinciden y para explicarme voy a ilustrar mi idea con una experiencia concreta. En mi tribunal de Sociología se presentó una tesis sobre el tema denominado control social. Era el trabajo de una joven psicóloga capitana del Minint dedicada durante años a la rehabilitación de prostitutas y drogadictos. El texto mostraba algunas disonancias entre la formulación del problema, los objetivos y los resultados, que es un error frecuente en las tesis de grado. Hizo una buena defensa Pero el valor del proyecto estaba en los anexos, que a veces se consideran elementos de valor secundario. Allí se recogían los testimonios agradecidos de los padres y familiares cercanos de los rehabilitados.
También los informes de los médicos y los centros laborales donde ya se encontraban insertadas las personas que había seguido el proceso de rehabilitación. Eran páginas llenas de autenticidad y de gran valor humano. El abnegado trabajo de la joven capitana había transformado la existencia de casi una decena de personas dando equilibrio y funcionalidad a sus respectivas familias. La sentencia del tribunal fue sabia; después de superar los criterios formalistas de algunos de sus miembros decidió otorgar el grado. La pscóloga cambio la vida de decenas de personas
En general, pueden escucharse diferentes puntos de vista de los objetivos de una tesis doctoral. Pero me adscribo a este; se hacen para cambiar la vida y para bien, en este caso de personas.
Hay otros que pueden cambiar la existencia de una organización. El del presidente intenta cambiar el destino de una nación. El desafío es enorme y llevará tiempo. No podemos esperar resultados significativos a corto plazo. Pero no hay otro camino que no sea el de la ciencia, que es el que propone su tesis.
Referencias
1 J. Núñez Jover: La ciencia y la tecnología como procesos sociales, Editorial Félix Varela, La Habana, 2009.
2 M. Díaz Canel: “Sesión de trabajo con directivos del Ministerio de Energía y Minas”, Granma, 21 febrero de 2021.
3 J. Llanos Camejo: “Nuestro desarrollo exige la creación y movilización de capacidades de ciencia, tecnología e innovación”, Granma, 22 de marzo de 2021
Sería absurdo o es absurdo que en la era de la tecnología el presidente de un país no fuera universitario.
ResponderEliminarLo que si es muy absurdo y surrealista que un país con el capital humano tan bien preparado como Cuba tenga tantos problemas por resolver.
Y no es por falta de tanques pensantes.
El regalo de cerebros es una de las características de nuestra sociedad.