Escribo el presente texto motivado por un reciente y excelente artículo de Jorge Gomez Batata publicado en el diario Por esto: “La economía, la política y la última instancia”, allí, entre otras cosas, se afirma: “Algo está probado, el socialismo real no colapsó por introducir la gestión privada sino probablemente por abstenerse de hacerlo. China y Vietnam lo comprendieron a tiempo, compartieron el espacio económico con sus emprendedores y ciudadanos de ultramar y con los capitalistas extranjeros, mostrando el inverso del dogmatismo soviético. Los resultados de unos y otros están a la vista. Entre tanto, Cuba deshoja margaritas”.
Coincido esencialmente con este juicio, claro que los problemas del socialismo histórico fueron diversos y se deben ver en toda su complejidad, no se reducen solamente a lo expresado en esta cita, pero sin dudas lo allí afirmado es parte muy importante del problema y se debe apreciar en todas sus consecuencias. Que difícil se hace que se entiendan estas cosas que en gran medida son de sentido común y la respaldan las evidencias.
Además de que en una situación tan particular como la cubana son aún más evidentes y necesarias (una isla pequeña, sin recursos, bloqueada, agredida, aislada, subdesarrollada, sin alianzas internacionales, en una ubicación geopolítica difícil, etc) ¿como se va a proponer resolver en sí misma los grandes problemas que ni la teoría ni la práctica del socialismo histórico han resuelto?, aún cuando las experiencias tuvieron lugar en varios países muchos de ellos fronterizos, algunos grandes, ricos en recursos, potencias militares, etc.
Cuba, los cubanos, deben solucionar la encrucijada ante la que se encuentra el país con sentido práctico, lo cual no quiere decir de ninguna manera abandonar los principios esenciales de soberanía y justicia social, al contrario, encontrar e implementar la manera que los garantiza en tan complejas circunstancias.
En Cuba es claro que, para garantizar esos objetivos que son la esencia del proyecto nacional, la alternativa tiene que ser socialista, pero hay que definir que se debe entender por eso aquí y ahora, hay que bajar a la tierra, perdón quise decir a la isla (usando la genial frase de Silvio en aquella extraordinaria canción).
Todavía leo textos atados a argumentos y polémicas que vaya si deben ser conocidos, pero no para atarse a ellos, el desafío hay que solucionarlo sin “hojas de ruta” pre establecidas, sencillamente porque estas no existen.
El problema no se reduce solo a la cuestión de la economía, pero esta dimensión es esencial, sin una superación del actual estancamiento económico todo lo demás queda entrampado y el ambiente enrarecido por todos los malestares difusos que lógicamente las actuales dificultades cotidianas generan en la sociedad. Hay obstáculos que escapan a la voluntad del país, sobre todo el tremendo bloqueo, pero hay otras en las que sí se puede avanzar con mayor celeridad y certeza, el mayor éxito del bloqueo sería detener los cambios.
La reforma económica es imprescindible y se debe asumir con la integralidad que requiere, sin atavismos, “sin temor al éxito”, sin parálisis paradigmáticas, para terminar de dar lugar a una economía eficiente, diversa en sus formas de propiedad y gestión, una nueva síntesis entre planificación y mercado y por supuesto con las necesarias garantías para la preservación y la reproducción del socialismo y de la democracia que le debería ser implícita.
Regresando al caso emblemático de Viet Nam vuelvo a traer ahora lo expresado muy elocuentemente por el alto dirigente vietnamita que hace algún tiempo visitó Cuba “una diferencia es que aquí les preocupan los ricos y a nosotros nos preocupan los pobres”.
Creo que el texto de Barata que motiva este, coincide con este sentido de la realidad.
Por otra parte, la competencia y las comparaciones deben ser esencialmente con nosotros mismos, no con el pasado, ya hay más de seis décadas de trayectoria para hacerlo.
En ninguna época, en ningún lugar, un proceso que fue exitoso en la historia lo hizo mirando hacia atrás, aunque si conociendo muy bien el pasado. Se debe mirar para adelante y asumir con audacia y compromiso el reto, aunque sea necesario desafiar a las tinieblas, para atrás todo el mundo tiene 20.20, pero para atrás no es posible avanzar, al menos en la historia, solo dentro de una guagua llena de pasajeros (bus) tiene algún sentido decir “avancen hacia atrás”
6 de junio de 2021
Admiro mucho a economistas como Carranza, Triana y muchos otros com ellos, por su incansable lucha por que se entienda lo obvio. Estoy convencido de que lo que sucede no es que no se entienda, es más bien que los que deciden están atados a decisiones pretéritas muy dificiles de poderles ir en contra. El Quijote se enfrentaba sin éxito a los molinos de viento. Ojalá se acaben de decidir, los que tienen que cambisr LO QUE DEBA SER CAMBIADO, antes que sea demasiado tarde y hacerlo no sirva de nada. Psrece que la década perdida, después de los acuerdos, no se ha servido de mucho.
ResponderEliminarAdmiro mucho a economistas como Carranza, Triana y muchos otros com ellos, por su incansable lucha por que se entienda lo obvio. Estoy convencido de que lo que sucede no es que no se entienda, es más bien que los que deciden están atados a decisiones pretéritas muy dificiles de poderles ir en contra. El Quijote se enfrentaba sin éxito a los molinos de viento. Ojalá se acaben de decidir, los que tienen que cambisr LO QUE DEBA SER CAMBIADO, antes que sea demasiado tarde y hacerlo no sirva de nada. Psrece que la década perdida, después de los acuerdos, no se ha servido de mucho.
ResponderEliminarLa reforma económica es muy importante los retrasos en su implementación cuestan vidas.
ResponderEliminarDe igual forma se necesita levantar la moral del pueblo para llevar adelante el desarrollo. Hoy el discurso oficial no cumple con esos objetivos, quedando entre frases, consignas y órdenes. La sociedad cambió, el Moncada cumplió sus objetivos y la burguesía fue despojada, cuales son los nuevos retos eso es lo importante, no sé puede gobernar con referencia al pasado hay que hacerlos para el futuro.