Acabo
de recibir una información de un correo de la estimada compañera Ileana Yarza, del
día 20 de noviembre, en el que se expone una entrevista exclusiva al escritor
cubano Leonardo Padura, a través de La Vanguardia-Cultura, y por el señor Avi
Aryen, de Barcelona.
Como
es lógico, leí completa dicha entrevista y, como siempre, nuestro excelso escritor
se explaya con cierto extremismo sobre “la censura del pensamiento divergente y
que no puede comulgar con métodos y políticas que coarten o repriman la
libertad plena del hombre”.
De
mi parte, en estos precisos momentos que todos conocemos, no es interesante volver
a responder sus frágiles y repetida regañinas, que no parecen provenir de tan
ilustre y culto personaje, y en lugar le adjunto un escrito de abril 16,2016,
titulado “Leonardo Padura, Violencia y Razones”.
Ahí
van todos mis criterios relacionados con el compañero Leonardo Padura, que hace
tiempo sabemos cómo piensa, cuando mi tiempo y mis neuronas están
exclusivamente destinadas a lidiar con los peligrosos, criminales,
desvergonzados y eternos hostigamientos de su bien conocido Gigante de las 7
Leguas, del que nunca, el cro. Padura hace mención. Pareciera que no existiera.
La
Habana, Cuba, 24 de noviembre de 2021.
Mi
correo: jalcorta(arroba)nauta.cu
LEONARDO PADURA, VIOLENCIAS Y RAZONES.
Por:
Julio Sergio Alcorta Fernández.
Me
ha llegado un escrito del novelista cubano Leonardo Padura, titulado
“Violencias y Razones”.
Antes
de pasar al análisis de ese documento, me vino a la mente el excelente libro de
Padura “El hombre que amaba a los perros”, que disfruté ampliamente, y sobre el que me atreví comentar en mi exposición por escrito del 11
de marzo de 2011, y que ahora, entre muchos otros criterios, deseo resaltar los
siguientes
·
“Por último, es mi deber expresar que cuando en la trama se
hace referencia a los momentos en que el
personaje principal se encuentra en nuestro país, exclusivamente se atiborra al
lector de todos los males inimaginables de nuestra sociedad.”
·
“Pero al mismo tiempo, también conocemos, y en el fondo
comprendemos, las épicas y heroicas jornadas de luchas y enfrentamientos que ha
tenido que librar y soportar nuestro pueblo contra un poderío tan descomunal
que a veces parece una quimera que se haya podido enfrentar sin que haya
resquebrajado nuestra disposición a ser libres y soberanos.”
·
Cualquier lector que no esté imbuido, como seguramente habrá
muchos, de estas reales circunstancias, saldrá abrumado de tantos males, y
seguramente con la convicción de que en nuestro país la implementación del
Socialismo no tiene la menor esperanza de subsistir, y posiblemente habrá otros
que nos comparen con lo sucedido en la ex Unión Soviética.”
Ahora
bien, remitiéndonos al contenido de “Violencias y Razones”, esta vez también
necesito hacer los siguientes apuntes:
En
primer lugar, siendo Padura un destacado escritor, reconocido nacional e internacionalmente,
se evidencia que en ese caso, no haya podido prescindir, desde su mismo inicio,
de un cierto relato novelesco, que indudablemente incita al lector a su
completa lectura por su interés especial, finalizándolo ejemplarmente como él
sabe hacerlo en sus obras.
Por
otro lado, me sorprende, y no lo comprendo, como es que Padura, nacido en Cuba,
haya tenido que conocer “como está la calle”, de un viejo amigo, lo que es
preciso hacer las siguientes preguntas:
¿Qué
cubano no conoce esto? ¿O es que nuestro amigo lleva tiempo sin sentir los
avatares de nuestra en parte defectuosa sociedad?
¿O se trata también de otro elemento simplemente narrativo para continuar entusiasmando a los lectores?
Todos
sabemos los problemas , algunos difíciles y complejos, que Padura declara, y
que a partir del año 1991, con la caída del Campo Socialista y el inicio del
Periodo Especial, se han ido incrementando.
Sin
embargo, pienso que nadie puede desconocer, como lo expuse hace tiempo al
comentar su excelente libro, la tremenda lucha que ha tenido que desplegar
nuestro pueblo, para enfrentar durante medio siglo, al gigante imperio yankee.
No
tengo temor alguno en exponer, con imperturbable certeza, pecando de cierto
chovinismo, que no existe otro pueblo, pobre, subdesarrollado y hasta rico, que
pueda haber resistido tantos años embates tan desmesurados como éstos, sin que
sus sociedades se hayan fragmentado sensiblemente, y algunos posiblemente
hubiesen padecido de fuertes enfrentamientos callejeros entre sus poblaciones,
terminando en horribles destrucciones materiales y padecimientos humanitarios.
Pudiera
parecer que estoy cayendo en una especie de extremismo caprichoso, pero es el
caso que un escrito redactado por
nuestro excelso novelista y publicado en un medio que seguramente ha tenido una
gran difusión, representa una injusta, desafortunada y arbitraria demoledora
admisión del caos delincuencial y, a la vez, criminal violencia que según su
criterio, que no comparto, existen en nuestro país, como para catalogarlo
dentro de la famosa obra “A Sangre Fría”, de Truman Capote.
¿Habrá
valorado ese cubano las consecuencias de difundir de forma tan espectacular y
novelesca, los innumerables problemas que él destaca en su documento?
¿Se
habrá dado cuenta de que él es un personaje renombrado y como tal la lectura de
su despiadado y traumatizante exposición causa daños irreparables?
Si
no ¿qué valoración podrán hacer los ciudadanos y los gobernantes de otros
países, cuando lean y analicen las dramáticas aseveraciones y conclusiones que
un cubano célebre publica de su sociedad?
Primeramente
acude a un “viejo amigo” para conocer “cómo está la calle”, pero después,
sorpresivamente se desplaza y hace una excepcional y amplísima descripción de
nuestros problemas, llegando hasta el “abuso sonoro”.
¿Cuál
es la razón de que ni en su libro, ni en este escrito, inculpe ni con un pétalo
de una rosa, a los que en buena parte han contribuido sádicamente y con todo el
poder que les es inherente al imperio
más poderoso que ha conocido la humanidad, a exacerbar muchos de los conflictos
morales y materiales que padece nuestra sociedad?
No
es que insinuemos que se oculten las realidades o no se expongan con toda
crudeza, pero a la vez, debe tenerse en cuenta el momento histórico en que se
hace y los peligros que nuestro país puede correr si se hace en forma
desmedida, a no ser que se explique diáfanamente lo que atañe a nuestras
deficiencias, que indudablemente las hay, y lo que viene implícito en poderosos
factores externos que siempre han tratado y tratarán de rendir nuestro proceso
revolucionarios.
Considero
que nuestro estimado escritor y ciudadano cubano, pudiera haber escrito sobre
estos problemas, como él lo sabe hacer, sin llegar a levantar estas polvaredas
que lo único que despiden son andanadas dañinas y nocivas contra nuestro país;
máxime en esta peculiar coyuntura en que “nuestros amigos” tratan por todos los
medios de crear divisiones generacionales y afectaciones en nuestro consenso
nacional.
De
todos modos, estimo que a pesar de los escollos sociales, materiales y
políticos que están presentes, el Pueblo cubano, el Gobierno y nuestro Partido,
han demostrado durante este prolongado asedio, la suficiente lucidez, paciencia
y madurez política, para ir despejando sin vacilación alguna, estos y otros
obstáculos que tanto daño nos han hecho.
Y a
nuestro compañero Padura, que como él bien expone en el final del documento,
“no soy tan iluso ni tan sentimental para arriesgarme”, le recomiendo no cometa
el disparate de encerrarse en una urna de cristal hasta dejar pasar estas
adversas calamidades, pues nos privaría de disfrutar sus nuevas y seguramente
magníficas obras literarias.
Mi
correo: jalcorta(arroba)nauta.cu
La
Habana, Cuba.
16
de abril de 2016. “Año 58 de la Revolución”.
Pero si todos sabemos cómo piensa Leonardo Padura para que el Ministerio de Cultura en junio año. Lo condecoro con la Medalla Alejo Carpentier. O acaso está medalla es compatible con los escritores que no profesan la ideología de Carpentier..El próximo año el Ministerio de Cultura. Le podía también entregar la medalla Alejo Carpentier a el hispano-peruano Vargas Llosa.
ResponderEliminarEl ataque a Padura solo lo pueden hacer los que no quieren ver la realidad cruda de nuestra sociedad.
ResponderEliminarComo novela el autor ilustra su obra, sus ideas centrales de la historia según su arte y dominio del idioma, en eso radica la genialidad del escritor y los entendidos no regalan premios aunque el arte el totalmente subjetivo.
Que nuestra sociedad a la luz pública sea de paz y tranquilidad no quiere decir que no exista violencia doméstica, asesinatos, prostitución, demagogia y cuantos defectos existan en las personas. Que el socialismo desde hace un tiempo está enfrentado una crisis moral muy fuerte es una realidad tan grande como que el Sol está el cielo.
El arte es el reflejo de la sociedad. Que supiéramos del esclavismo y los gladiadores si los escritores no hubieran reflejado lo que pasaba en sus relatos quizás exagerados para los Esclavistas y bien hechos para los esclavos.
Como saber el trato que daban los reyes a sus súbditos si esto no estuviera recogido en la literatura.
Cuando un artista hoy toca las llagas de nuestra sociedad duele es lógico por eso hay que acudir al médico a curar la llaga no impedir de la toquen.
Rogelio Castro Muñiz
Leonardo Padura, escribe, habla y piensa como él, no para repetir lo q desean q diga para congraciarse, es genuino, autoctono y admirable como persona y escritor, respeten su obra y persona.
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