El Consejo Ejecutivo Provincial de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) de La Habana rindió homenaje al doctor en Ciencias Económicas Orlando Borrego Díaz, Premio Nacional Carlos Rafael Rodríguez, Por la Obra de la Vida 2018 , y Premio Nacional de Economía, quien falleció a consecuencia de la COVID-19.
En la ceremonia estuvo presente Deborah Balart
Hidalgo-Gato, viuda de Borrego Díaz, amigo y cercano colaborador de Ernesto Guevara
de la Serna, y la misma se celebró en el contexto del evento La Habana, sus
mejores experiencias prácticas en el marco de la Jornada Nacional
Económico-Productiva, dedicada a saludar la Jornada Ideológica Camilo-Che y el
Día del Economista.
El periodista Jorge Rodríguez Hernández,
director de Comunicación e Información de la ANEC capitalina, tuvo a su cargo
las palabras centrales de este homenaje a Orlando Borrego Díaz, las cuales
ofrecemos a continuación, de forma íntegra.
PARA EL AMIGO Y HERMANO BORREGO, DE LOS
ANECISTAS HABANEROS
Hay amigos de toda la vida, Orlando Borrego
Díaz, en apenas una década, logró calar hondo en mis afectos, se hizo
entrañable, gracias a que ambos labramos una relación amistosa sólida, de saber
que el otro está ahí, de forma incondicional. Una llamada telefónica bastaba
para ofrecer certeza de esto último.
En ese intercambio cotidiano, percibí siempre
en Borrego el arquetipo de persona llana y difícil, lo cual explica por qué el
Che lo asumió como colaborador cercano, durante aquellos años iniciales y
heroicos de la Revolución Cubana. También advertí en él la insatisfacción de no
haber acompañado al Guerrillero Heroico en la guerrilla en tierras bolivianas,
porque su lugar estaba aquí en el ministerio, como le dijera el Che.
La ANEC de La Habana tuvo en Orlando Borrego
Díaz un entusiasta y consecuente afiliado, merecedor del Premio Carlos Rafael
Rodríguez, Por la Obra de la Vida, cuyo otorgamiento honra la propia
organización profesional, en cuya creación estuvo involucrado de forma directa,
en honor a la verdad, pues ´´NADA HAY MÁS JUSTO(…) QUE DEJAR EN PUNTO DE VERDAD
LAS COSAS DE LA HISTORIA´´, como expresé con martianas palabras en el homenaje
realizado a Borrego el 19 de febrero de 2019, durante la Asamblea Provincial, previa
al Octavo Congreso de la ANEC.
Cuando el amigo Borrego dejó de existir
físicamente, como consecuencia de los efectos letales de la obstinada COVID-19,
escribí lo que considero su obra cumbre: la compilación en siete tomos de la
Antología El Che en la Revolución Cubana, y lo hice con el propósito de
reverenciar su fructífera existencia, aunque la obra en cuestión lo reivindica
por sí misma ante cualquier olvido y silencio hacia futuro, pues como alguien
dijo: El olvido está lleno de memoria.
El hermano Borrego debe ser considerado el
albacea de la obra del Che en la Revolución Cubana. Solo un espíritu
persistente, de una voluntad acerada, pudo compilar aquel legado
inconmensurable del argentino, paradigma por excelencia de las causas justas en
este mundo desigual y contradictorio.
El autor intelectual de que ese estimable
legado del Che viera la luz en sucesivos tomos, fue Borrego, quien decidió, con
la aprobación del primero, grabar durante casi 2 años las intervenciones del
Guerrillero Heroico en el consejo de dirección del Ministerio de Industrias.
Borrego tuvo la visión de advertir la utilidad futura del pensamiento
guevariano, paradigma de la ética y moral revolucionaria y socialista en la
conducción económica y social.
No pocas inquietudes acompañaron la existencia
de Borrego, en especial en los años más recientes, dado la creciente batalla
cultural que tiene lugar en Cuba. Le obsesionó el papel a desempeñar por los
jóvenes en ese escenario, no exento de contradicciones y peligros diversos.
Además de abogar por la unidad dentro de la diversidad de opiniones, siempre
que no se tratara de ideas irreconciliables con la Revolución, Borrego se
preocupó porque las jóvenes generaciones mostraran lealtad y respeto por la
memoria histórica, lo cual, en su opinión, resulta esencial.
En un taller de la cátedra de Historia
Económica ´´Gloria García Rodríguez´´, celebrado en noviembre de 2015, le
escuché decir a Borrego que el Che estudió lo más ilustre y avanzado del
pensamiento económico capitalista, pues consideraba que ello no era
contaminante. Como también expresó que la historia tiene sus pecados: Mijaíl
Gorbachov , Ronald Reagan y Margaret Thatcher.
Volví a las ideas del hermano Borrego, cuando
en fecha reciente, en medio de los intercambios de diferentes sectores de la
sociedad, con la máxima dirección del país, le escuché decir a un joven creador: ´´tenemos que acabar de quitarnos la mochila de los dolores prestados de ese
sufrimiento heredado que nos han ido poniendo arriba, uno con buena fe y otros
con mala saña. Estoy cansado (…) de escuchar a jóvenes de mi edad hablando del
dolor del Periodo Especial.´´
El muchacho dijo además ´´que ese dolor nos
sirva como impulso, como motivación, como empujón para salir adelante, no para
regodearnos en un dolor que en última instancia no es nuestro. Nos toca (…)
cambiar esos dolores en poesía.´´ Aunque este joven tiene todo el derecho a
opinar así y a ser respetado en su criterio, al oírlo reparé en el amigo
Borrego, cuando en el taller de marras llamó a estudiar, porque ´´somos unos
ilustres ignorantes´´.
La anterior idea de Borrego, la conecto con una
de otro notable de las Ciencias Económicas: José Luis Rodríguez García: ´´Sin
conocer la historia es imposible presagiar el futuro y delinearlo, y evitar los
errores.´´ De ahí que parafraseando al joven de la citada historia, todos,
absolutamente todos, estamos urgidos de que nos llenen nuestras respectivas
mochilas con pasajes decisivos en el devenir de la historia nacional en todos
los órdenes. Pero en especial los
jóvenes, para quienes ´´es muy importante que sepan traducir la gama de
mensajes que se mueven´´, tal como opinó Borrego en conferencia ofrecida en
abril de 2016 en la sede de la ANEC habanera.
Gracias, Orlando Borrego Díaz, muchas gracias,
por el privilegio de conocerte, de haberte tenido como amigo-hermano. Siempre
te tendremos entre nosotros, porque una y otra vez iremos en busca de tus
saberes y del eterno ejemplo guevariano que nos legara con tu obra, hecha en el
Camino del fuego, otro título imprescindible dentro de tu basta autoría.
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