Por Rafael Alhama Belamaric
No es necesario escribir lo que está escrito, dicho y
debatido no solo entre los expertos e investigadores, sino también con los
empresarios, en muchas ocasiones a lo largo de los últimos tres decenios. Hoy
me motivó Humberto Herrera Carlés, con su nota-comentario acerca de la reunión
con los empresarios. Señala: “el proceso de socialización de la producción
como necesidad objetiva de la práctica, cuando esta frenaba y
se contraponía al desarrollo de las fuerzas productivas, no como
una "tarea", agregaría.“ (1)
Los empresarios, y concretamente los directores de
empresas, al menos los que peinan canas, y algunas empresarias en la tercera
edad bien llevada, han leído y oído tanto discurso, leído tanto material y
asistido a tantos cursos, sobre dirección empresarial, que si fuera por esas
cantidades nuestra empresa estatal estaría entre las mejores del mundo, la
productividad por los cielos, digamos, con la salida de un pantalón cada media
hora, y la innovación superándose cada día a sí misma. Lamentablemente, no es
así.
Basta presentarlo así, y ya la fecha de elaboración y el nombre del documento lo dice todo. Desde luego, a nadie le pareció importante.
Elaboración propia, del documento “PROPUESTA METODOLÓGICA PARA
Entresaco algunos párrafos del libro “Cuba sin dogmas ni
abandonos” de 2005, en el cual me refería al diseño de la participación en el
Perfeccionamiento Empresarial, cuando ya habían trascurrido unos años del
proceso que debía estremecer a la empresa estatal, y aún se estaba a tiempo
para reajustar el proceso.
“Hace unos meses atrás, en
el evento del XX Aniversario del CIPS, reflexionamos y expresamos algunas ideas
acerca de la “Dimensión Social y su connotación ideológica”. Nos centramos
básicamente en algunos conceptos, y sobre todo, en siete de los 17 principios
generales que presiden las bases Generales para el Perfeccionamiento
Empresarial, que deben dirigir todas y cada una de las acciones de este proceso
de transformaciones y cambios”.
“Los principios son la
esencia para entender, diseñar y desarrollar una estrategia compleja de cambios
multifactoriales de manera que nos permita llevar a cabo un DESARROLLO ASCENDENTE: Esta estrategia
no es ni puede serlo sólo de cambios económico-financieros, sino que debe
integrar también los cambios de orden político, ideológico, social, cultural y
comportamental. A saber, los principios generales 1,2,4,8,14,16,17, sin
orden de prioridad”.
Como esto ni se entendió, ni se pudo discutir con los
decisores, y mucho menos se llevó a la práctica, a vista de tres lustros
pasados, subrayo algunas palabras del párrafo anterior, porque sigue sin
atenderse en toda la magnitud y profundidad que requiere el asunto
Más adelante dice: “Esto
desde un principio, a nuestro entender, no llegó a percibirse y a explicarse
con toda la claridad necesaria, como para cumplir consecuentemente con el
principio de “mejora continua”, y ha traído no pocas confusiones que han
llevado a la simplificación del proceso, entendiéndolo de manera reduccionista,
como algunos cambios de orden estructural o de elementos puramente técnicos.”
Termino las citas con esta
parte: “ De manera que el diseño de la participación en el proceso, la
participación de los trabajadores, representativa, sustantiva, consultiva,
decisoria, cooperativa, o cualquiera que sea el nivel y grado alcanzados en la
empresa, no está ni puede estar ajeno a la participación fuera de ella. Por
eso, me parece interesante e importante caracterizar el Desarrollo Endógeno de la empresa, que referido al diseño de la
participación en la empresa sería un proceso en que se interceptan cuatro
planos: el político-ideológico, con
capacidad creciente para tomar decisiones propias y definir la estrategia de
desarrollo propio; el económico-productivo-financiero
que permita la sustentabilidad del crecimiento y la ampliación de la base
productiva; el científico-tecnológico,
que permita realizar las modificaciones cualitativas de manera periódica y
sistemática de acuerdo a las posibilidades; y no sólo estructurales con
presiones superiores que obligan a cumplimientos formales según procedimientos
preestablecidos para todos por igual; y el cultural,
como factor de identidad.”
Que nadie piense que es
“baba”, y que no se hace, a su manera, en las empresas capitalistas.
Si esto no se toma en serio no sólo como parte de la
dirección empresarial, del trabajo cotidiano en la empresa, en el cual
participan TODOS LOS TRABAJADORES COMO SUJETOS, que efectivamente obliga a estudiar y
profundizar en temas inusuales de la sociología, la psicología,
organizacionales, comportamentales, y sólo se entiende como fórmulas
tecnológicas que alguien va a aplicar, no habrá
avances en y de la empresa estatal socialista.
Si no se toma en serio, que nuestro gran y grave
problema, que se puede ir proyectando de muchas formas complejas y conflictivas
en las nuevas condiciones de la empresa estatal, es el de la socialización de la producción, en cada uno de sus momentos,
nada se ha entendido de los cambios profundos que se deben acometer. Compromiso
social, responsabilidad social, también están estrechamente interrelacionados. Desde
la teoría marxista se pueden encontrar infinidad de artículos en sitios como
Cuba Siglo XXI. (2)
(1) https://cubayeconomia.blogspot.com/2021/11/tengamos-empresas-cada-vez-mas.html
(2) Cuba Siglo XXI https://www.nodo50.org/cubasigloXXI/
Muy bien dicho si por cursos y entrenamientos fuera nuestros directivos y empresas fueran las mejores del mundo. Y por qué no lo son. Quién ha impedidos que todo el talento empresarial quede plasmado solo en papeles de exámenes y tesis de cursos que no sobrepase la escuela.
ResponderEliminarEvidentemente enseñar no es la clave del buen desarrollo de la empresa, aunque es muy necesario. Falta algo muy importante motivación y posibilidad real de desarrollo.
No den tanta clase ni tanta muela como decimos los cubanos, que aquí todo el mundo sabe lo que hay que hacer.
Cambien la política de dirección y orientación de la sociedad y empoderen al pueblo trabajador. Y verán que cosa es socialismo de verdad.
Rogelio Castro Muñiz