Encabezó el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Plenaria Nacional de Productores de Carne de Cerdo, proceso de intercambio que comenzó en la segunda quincena de marzo a nivel local e involucró a casi 7 000 personas vinculadas al ramo, de ellas más de 4 400 productores y 945 cooperativas
Con el estímulo del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que los invitó a trabajar «sin pesimismo, conscientes de que los momentos de crisis hacen emerger las grandes soluciones», los productores de carne porcina cerraron este sábado, con la nacional, un proceso de plenarias municipales y provinciales destinadas a discutir cómo recuperar e incrementar la oferta de la proteína más preferida en la dieta cubana.
Este encuentro —señaló Díaz-Canel— era muy importante para demostrar que tenemos que seguir echando para adelante, que tenemos que hacer consciencia de que hay alternativas, que tenemos que generar consensos, y también que tenemos que socializar las mejores experiencias que están dando respuesta al principal reto para incrementar la producción porcina, y que está en la generación con fuentes nacionales del alimento para este ganado menor.
Los intercambios comenzaron en la segunda quincena de marzo a nivel local e involucraron a casi 7 000 personas vinculadas al ramo, de ellas más de 4 400 productores y 945 cooperativas.
El debate que se generó en los más de 150 eventos realizados desde la base a la nación, partió de reconocer que el nivel productivo del sector antes de la crisis provocada por el recrudecimiento del bloqueo, en el año 2019, se logró fundamentalmente a partir de materias primas importadas (maíz y soya).
Era una situación «favorable», sin embargo, que no se replicará; porque no existen las condiciones para un cambio de ese escenario (el bloqueo seguirá), y porque sustentar mayoritariamente una producción de alimentos en importaciones, es una práctica que atenta contra el propósito de que el país alcance su soberanía alimentaria, que es un asunto de seguridad nacional.
Ante estas certezas, «para el proceso de recuperación del ramo —explicaron las autoridades del Ministerio de la Agricultura— se conciben estrategias con alto grado de soberanía, sobre la base de optimizar los recursos endógenos a nuestra disposición y con un mínimo de importaciones, gracias al ingenio colectivo de nuestras universidades, centros de investigación y productores».
Entre las experiencias compartidas en la plenaria nacional, destacó la del guantanamero Rafael Medina González, Doctor en Ciencias titulado en la Universidad de Guantánamo y uno de los más destacados porcicultores del país.
La aplicación de la ciencia y la innovación para elaborar alimento animal con base en la fermentación, entre otros resultados, le ha permitido cubrir gran parte de la dieta de su ganado, una buena práctica que como extensionista ha replicado en su localidad —La Güira, municipio Manuel Tames— y la provincia.
Nosotros, señaló a sus colegas, tenemos que ser capaces de aprovechar la masa alimentaria de la que disponemos, como el palmiche, estableciendo un balance dietético adecuado para garantizar la más alta convertibilidad en carne.
Al comentar la experiencia, el Presidente cubano, quien semanas atrás visitó a Medina, expresó que sus logros ya son ciencia constituida y debieran extenderse al resto del país; como también dijo de los resultados científicos obtenidos por especialistas de la icónica Estación Experimental Indio Hatuey, de Matanzas, a quienes pidió establecer mecanismos de capacitación para que los productores de todo el país se apropien de sus tecnologías.
Ana Hernández, jefa de producción de la Empresa Porcina de Cienfuegos, por donde recientemente también estuvo Díaz-Canel, informó sobre la recuperación allí de una planta de pienso líquido que está permitiendo revitalizar la producción estatal, aunque aún no resuelve el «dilema» del llamado «pienso de inicio», fundamental para encaminar hacia la ceba, de forma más exitosa, a sus animales.
Por la venta en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y otros destinos autorizados, la entidad ingresó en el pasado período unos 680 000 MLC. Dedicó una partida importante a necesidades de su parque automotor, como baterías y neumáticos. Era una urgencia para mantener la vitalidad empresarial, pero una parte algo pequeña de esos ingresos pudo haberse destinado a adquirir el pienso de inicio que necesitaban, señaló Díaz-Canel, invitando indirectamente a los productores a tener siempre una mirada holística en su quehacer.
Reynier de Jesús, un joven porcicultor de Pinar del Río que en «los años de bonanza» llegó a tener entre 2 500 y 3 000 cerdos, y tras la caída del suministro de piensos con productos importados debió reducirlos a solo 1 500, explicó que ha podido mantener ese alto número de cabezas porque, cuando llegó la crisis, ya tenía sembradas 40 hectáreas de tierra solo para alimento animal.
La «temporada mala», que todavía se mantiene, me cogió con la finca completamente sembrada, y no fue por casualidad, era mi trabajo de años, subrayó el campesino, que tiene en alta estima las 63 medidas aprobadas para potenciar la producción agropecuaria, aunque reclamó más encadenamientos entre las empresas, los demás actores económicos y los porcicultores.
Consciente de que sí es posible invertir la ecuación que antes impulsó la producción porcina, cuando el 70 por ciento del alimento animal lo suministraba la empresa estatal (mayormente con recursos importados) y el 30 por ciento lo obtenían ellos, Reynier reconoció que 40 hectáreas no le dan para mantener 1 500 cerdos. Necesitamos —expuso— que todo lo que se produzca y no esté apto para el consumo humano, por una u otra causa, se nos entregue a nosotros.
HACER LAS COSAS DIFERENTES
La Plenaria Nacional de Productores de Carne de Cerdo, celebrada este sábado en el Ministerio de la Agricultura, también estuvo encabezada por los miembros del Buró Político, Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro, y Salvador Valdés Mesa, Vicepresidente de la República, además de Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la CTC.
Moderada por Rafael Santiesteban Pozo, presidente de la ANAP, asistieron el viceprimer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca y los titulares de Agricultura, Ydael Pérez Brito, y de Finanzas y Precios, Meissi Bolaños Weiss, entre otras autoridades.
La carne de cerdo es básica en la dieta del pueblo cubano, tenemos que producir más y hacerlo en el menor tiempo posible, señalo el Primer Secretario del Comité Central y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al evaluar el impacto que tiene el producto en el entramado económico y social de la nación.
Recordando que el país ha enfrentado estos complejos tiempos apelando a la ciencia y la innovación, ejemplo de lo cual ha sido el enfrentamiento a la pandemia de COVID-19, con la generación de nuestras propias vacunas, protocolos y otros productos, el mandatario retomó el concepto de «resistencia creativa», una manera de hacer y pensar que tiene que prevalecer en todo lo que hacemos.
El Primer Secretario hizo un recorrido por la historia de la producción de carne de cerdo en Cuba, su realidad actual y los retos para retomar las altas producciones con nuestros propios recursos y esfuerzos, con nuestro talento y nuestra ciencia.
La importación de alimentos e insumos para la porcicultura no puede volver a «nublarnos la vista», tenemos que desarrollar este sector con nuestras propias alternativas y no solo tener una. Dando continuidad a las enseñanzas del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, entre otras indicaciones, Díaz-Canel orientó que, tenemos que:
En la genética:
—Rescatar la crianza tradicional, el cerdo criollo.
—Preservar las razas más óptimas y de mayor rendimiento que están adaptadas a nuestro clima.
—Recuperar y mantener los cruzamientos que hemos logrado entre razas rústicas y de alto rendimiento.
En la gestión:
—Recuperar la producción estatal y los centros integrales porcinos.
—Revitalizar y desarrollar la producción cooperativa.
—Continuar apoyando y desarrollando la producción privada.
—Diversificar la producción, que los porcicultores también críen otro ganado menor, como el ovino-caprino, el avícola y el cunícola.
—Aprovechar todos los subproductos del cerdo.
En la alimentación:
—La base alimentaria del ganado porcino tiene que ser nacional.
—Recuperar la producción de piensos y las soluciones que se encontraron en el Período Especial para el alimento de este animal.
—Dar soluciones propias a la elaboración del pienso de inicio.
—Aprovechar al máximo las 63 medidas para potenciar la producción agropecuaria y las 93 medidas para salvar la producción azucarera.
El incremento de la producción de carne de cerdo, insistió Díaz-Canel, está en la ciencia y la innovación, en fortalecer las interconexiones de los centros científicos con el sector productivo de bienes y servicios y de la administración pública; y también en fortalecer los sistemas productivos locales, territoriales.
Sin pienso importado no se mantienen las puercas paridoras que es la fábrica de carne de cerdos. Lo demás son historias de producciones de poco escalado productivo.
ResponderEliminarUna pregunta a dónde va a parar los residuos de comida de los hoteles, restaurantes, comedores obreros, escolares, círculos infantiles, prisiones, hospitales, unidades militares,etc.
Recuerdo en los años 80. Que las Empresas de Porcinos tenían contratos de suministros de "sancocho" con todas las entidades del "consumo social" que eran favorecidas con la entrega de alimentos subvencionados en Precios por el Estado . Bueno hay que aplicar la misma medida que Bucanero SA con las cervezas Cristal de botellas. Si no me devuelves el vacío no te vendo cervezas aunque tenga CL para comprarte.
Bueno entrega de comida "por la canalita" contra un por ciento de entrega de SANCOCHO.
Las recomendaciones en amarillo están muy buenas. Es como si alguien bajó de cielo y las dijo. No sé dan cuenta que esas cosas las sabe todo el mundo.
ResponderEliminarPor otra parte con 63 medidas aún hay que explicar cosas y hacer el congreso de la carne de puerco.
Qué nivel de objetividad tiene todo esto.
Rogelio Castro Muñiz