Planta Mecánica ha incursionado en la fabricación de moldes, molinos y otros artículos destinados al programa de la vivienda, un propósito que busca potenciar el desarrollo de las industrias locales de producción de materiales
Diecisiete años tenía Manuel Nicado García cuando en 1968 comenzó a laborar en Planta Mecánica, la llamada fábrica de fábricas, fundada por el Che en mayo de 1964. Llegó allí motivado, más que por intereses económicos, por conocer todo cuanto se decía de la potente industria, creada al calor de las transformaciones que llevaba adelante la naciente Revolución.
Poco a poco, el mulato risueño, de apenas sexto grado de escolaridad, fue acercándose a los más experimentados para conocer los secretos que escondía aquella mole de hierros, en la que se combinaban fundiciones, grúas, moldes y troqueles, entre otros implementos que le parecían indescifrables.
Así llegaron los cursos de capacitación, las escuelas y la universidad, y el muchacho, a fuerza de voluntad y tesón, logró formarse, hasta llegar a ser el formidable ingeniero que es hoy, una de las personas que más conoce del proceso inversionista que tiene lugar en la Empresa Mecánica Fabric Aguilar Noriega, de Santa Clara.
Aunque no tuvo el honor de estar cuando el Comandante Ernesto Che Guevara inauguró la fábrica, Nicado se sabe de memoria las palabras pronunciadas aquel día por el Héroe de la Batalla de Santa Clara, ocasión en la que instó a los presentes a mantener encendida la antorcha de la industrialización en Cuba, además de hablarles de la trascendencia de la entidad para poder suplir el déficit de piezas de repuesto que padecían la industria azucarera y otras empresas de la nación.
«Nuestro reto ha sido y será mantener encendida esa antorcha, sin importar los retos que nos impongan las circunstancias», señala el hoy especialista.
En ese sentido, mencionó la elaboración de maquinarias y equipos destinados a la industria química y energética, la construcción, la metalúrgica, la minería, la petroquímica, el transporte y la industria cementera, entre otros sectores, con lo cual han disminuido los gastos en que incurre el país por concepto de importaciones.
Planta Mecánica ha incursionado en la fabricación de moldes, molinos y otros artículos destinados al programa de la vivienda, un propósito que busca potenciar el desarrollo de las industrias locales de producción de materiales, señaló Nicado García.
PLANTA MECÁNICA SE RENUEVA
Un amplio proceso de reconversión tecnológica tiene lugar allí desde hace cuatro años, encaminado a la modernización paulatina de la empresa, incluyendo la actualización de los principales equipos, entre ellos los pertenecientes a los talleres de fundición, tratamiento térmico, pailería y maquinado.
Entre los objetivos de la inversión figuran, según Noel Rodríguez Vázquez, director de la unidad empresarial de base Fundición, la elaboración de piezas y componentes dirigidos a programas priorizados del país, además de elevar la calidad y eficiencia de sus producciones, muchas de las cuales sustituyen importaciones, y posibilitarán ampliar su presencia en el mercado internacional.
Hasta la fecha ya han arribado a la fábrica modernas tecnologías destinadas a reanimar varios de sus talleres, en especial el de fundición, donde se montó una línea automatizada de moldeo y un horno de mucha más capacidad, dotado de un transformador de mayor potencia, lo cual disminuirá los tiempos de la colada, explica Rodríguez Vázquez.
Al respecto, Eduardo Gutiérrez, jefe del taller de moldeo, comenta que, con anterioridad, casi todo el proceso se hacía de forma manual, mientras ahora se ha automatizado, lo cual repercute en el incremento de la productividad del trabajo, al poder multiplicar por tres las producciones.
José Luis Bermúdez, obrero del referido taller, y jefe de brigada, explica que en estos momentos se realizan las pruebas necesarias para dictar la puesta en marcha de la inversión en esa área, la cual se revertirá en una mayor humanización del trabajo y también en un incremento del salario de quienes allí laboran.
«Aquí estamos como niños con juguetes nuevos», dice, en tono jocoso, Bermúdez, mientras señala hacia la moderna volteadora de moldes, labor que antes era manual.
Sobre el tema, el ingeniero Noel Rodríguez señala que cuando termine de concretarse la inversión en los talleres de moldes y fusión, está previsto crecer en unas siete veces la cantidad de toneladas de metal procesadas al año, lo cual demuestra la magnitud de la obra emprendida.
UNA JOVEN DE ESTOS TIEMPOS
Enfundada en su ropa de trabajo y las botas altas que le permiten moverse con soltura en medio del amasijo de hierros que conforma la vieja fundición de la Fabric Aguilar Noriega, la joven ingeniera química Yalaina Lagos Villavicencio imparte órdenes, controla y exige con la fuerza que demandan estos tiempos.
«Cuando hay interés y respeto todo es posible», afirma la jefa, de 35 años, que ahora mismo tiene la misión de garantizar varias de las piezas que necesita la industria niquelífera cubana para salir adelante y, de paso, evitar las costosas importaciones a que se veía obligada cada año.
«El trabajo es duro, pero con esta tropa no hay imposibles. Mientras montamos la moderna tecnología, continuamos trabajando con los hornos antiguos, a los cuales profesamos tremendo cariño, porque son los que nos han traído hasta aquí», afirma.
Sobre la inversión, Yalaina Lagos explica que se han adquirido equipos de la más moderna tecnología, como los hornos que funcionan a partir del arco eléctrico, mucho más eficientes al ahorrar energía y reducir el tiempo de fundición casi a la mitad.
Añade que hasta ahora la mayoría de los procesos de fundición se hacían de forma manual; en cambio, con los nuevos hornos, el proceso será automatizado, lo que lo hace más productivo, además de posibilitar el crecimiento en las exportaciones de muchos de los surtidos que saldrán de la fábrica.
Manuel Nicado García reconoce que incursionan también en los talleres de pailería y maquinado, así como en el laboratorio que controla la calidad del proceso, el cual será dotado de un software automatizado, con un centro de control numérico capaz de lograr mayor productividad, rapidez y precisión en las diferentes tareas.
Agregó que con la moderna tecnología de fundición se evitará el desperdicio de arena en el proceso, pues podrá aprovecharse casi el 95 %, lo que representa un beneficio para la producción de equipos y piezas.
La modernización significará también una mejora en las condiciones de trabajo de quienes allí laboran, que actualmente se exponen a intensos calores y a la emanación de agentes contaminantes.
También se trabaja en la adquisición de tecnología que permita la fabricación y reparación de pequeñas centrales hidroeléctricas, las cuales serán colocadas en lugares de difícil acceso, iniciativa que forma parte del programa que potencia el país para promover la energía renovable.
De la elaboración de equipos destinados a facilitar la producción local de materiales de la construcción, ya se entregó una planta productora de cemento de bajo carbono y varios molinos trituradores de piedras, señaló el directivo.
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