Por Dr. Jose Luis Rodriguez , Cuba Periodista
I
La economía venezolana ha comenzado desde finales del pasado año un proceso de recuperación visible en su tasa de crecimiento y en la eliminación de la hiperinflación que sufrió el país en los últimos años. Aunque muchos problemas demandarán tiempo para su solución, sin dudas el cambio de la situación que se observa en estos momentos está teniendo un efecto positivo en la economía y la población, así como en su inserción en la economía internacional.
Los nocivos efectos provocados por la agresiva política de EE.UU. a partir del 2015, cuando se proclamó falsamente que Venezuela era “una seria amenaza para la seguridad de la nación norteña”, se expresan en que hasta la fecha se mantienen 1 500 millones de dólares retenidos arbitrariamente por cortes inglesas en Londres y unos 6 000 MM de USD en el exterior que pertenecen a la empresa CITGO –propiedad del estado venezolano- la que continúa secuestrada y en manos de Juan Guaidó y sus testaferros. Adicionalmente se ha colocado a 2.5 millones de venezolanos en un estado de inseguridad alimentaria; se ha impulsado la emigración de entre 3 y 5 millones de personas y estas sanciones han provocado que la plantilla de médicos en los hospitales públicos se haya reducido entre un 50 y un 70%, entre otros impactos negativos.
En términos macroeconómicos, se estima que la caída del PIB venezolano se ubicó en torno al 35% en el 2019 y que retrocedió adicionalmente un 30% en 2020. De tal modo, el descenso acumulado del PIB desde el 2013 se estima en torno al 81%, lo cual refleja las graves consecuencias de la negativa coyuntura de los últimos 8 años y que llega hasta el 2021.
Sin embargo, la caída de la economía venezolana parece haber rebasado su punto más crítico, ya que los datos del 2021 y los resultados del primer semestre del 2022 resultan muy alentadores.
En efecto, si bien los datos disponibles no reflejan un consenso que apoye una cifra de crecimiento notable, si está presente lo que puede considerarse un inicio de la recuperación económica. Así, existen varios estimados sobre el desempeño de la economía venezolana en 2021.
De este modo, aunque no se cuenta con cálculos oficiales de crecimiento en el 2021, estimados del PIB para ese año van desde aquellos que pronosticaron un crecimiento del 2%, junto a otros que elevaban la cifra a 8.5%, frente a los que suponían una caída del -3% (CEPAL) hasta los del FMI que pronosticaron un descenso del -5% en PIB. Más allá de estos datos divergentes, en este panorama, donde hasta la oposición política al chavismo acepta que ha habido un cambio, se observan notables síntomas de una mejora, especialmente en la producción petrolera y en el fin de la hiperinflación.
De tal forma, por primera vez en muchos años, las perspectivas para el 2022 se muestran favorables en los cálculos de CEPAL, que estima un crecimiento en agosto del 10%,[2] en tanto que el FMI pronostica todavía una caída del -3%, lo que marca –no obstante- una notable diferencia en la evaluación de este organismo en relación a Venezuela. Otro estimado, en este caso del banco Credit Suisse, planteó un crecimiento del 20%, cifra que no parece tener la sustentación necesaria, aunque a partir de los cambios que se han introducido en la economía mundial producto del conflicto entre Rusia y Ucrania, y particularmente sus impactos en los precios del mercado petrolero, llevan a la necesidad de revisar el tema.
Por el momento, oficialmente se informó que la economía creció 17.4% en el primer trimestre de este año, mientras que en el período de abril a junio del 2022 la economía creció un estimado del 18.4%.[3]
II
Respaldando estas cifras y aunque los datos varían según la fuente que los emita, la producción petrolera venezolana se estima alcanzó en diciembre 24 del 2021 un registro máximo de 1 millón 41 660 barriles diarios (b/d), aunque el promedio anual –según PDVSA- fue de 636 000 b/d, un 11.7% de crecimiento sobre unos 569 382 que fue el estimado del 2020. Este incremento se apreció en todo el año, ya que la producción diaria subió un 80% como promedio, elevándose los barriles diarios de 484 mil en enero, a 871 mil en diciembre. En síntesis, para el 2021 se aspiraba llegar a una producción de 1,5 millones de b/d y se alcanzó como promedio 595 mil, según fuentes externas, aunque el año cerró con 780 000 barriles.
Las posibilidades de cumplir con la meta oficial de alcanzar dos millones de barriles diarios a finales del 2022 son muy pocas tomando en cuenta que la producción promedio diaria en el primer trimestre –según datos de la OPEP- fue de 756 mil barriles diarios, mientras que en el segundo trimestre disminuyó a 745 mil barriles lo que muestra aún la presencia de dificultades para un crecimiento estable.[4] No obstante, la transnacional CHEVRON que opera en Venezuela bajo licencia norteamericana, dijo en marzo que podía duplicar en meses la producción de 800 mil b/d y con ello sustituir los 700 mil provenientes de Rusia.[5] Por último, otras proyecciones de analistas internacionales ubican la producción petrolera a finales de este año entre un millón a un millón 200 mil barriles diarios, lo cual sería un importante crecimiento, pero por debajo de las metas oficiales.
Otros especialistas igualmente dudan mucho que se puedan alcanzar dos millones de barriles diarios en el 2022. El especialista opositor José Guerra expresó que solo para sostener una producción de 800 mil barriles diarios, se requiere una inversión millonaria de entre unos 3 000 y 4 000 millones de dólares.[6]Finalmente, según un estudio del Instituto Rice de Houston Texas, se requieren 110 mil millones de dólares entre 7 y 10 años para elevar la producción en 2 millones de barriles diarios.[7]
En el ámbito petrolero venezolano no puede pasarse por alto la reestructuración de PDVSA anunciada en abril de 2021 con el objetivo de alcanzar una mayor eficiencia en su funcionamiento. Mediante la misma se admitirá la inversión privada en la empresa hasta un 49,9%, se reducirán los impuestos y la empresa se concentrará en sus misiones fundamentales. Por otro lado, la deuda de PDVSA alcanzó 34 894 millones de dólares al cierre de 2021, aunque la empresa ha logrado algunas disminuciones de sus adeudos mediante el pago de deuda con petróleo.
Tampoco puede obviarse el papel jugado por PETROCARIBE en el ámbito de la cooperación con 19 países del Caribe –incluyendo originalmente a Honduras, El Salvador y Nicaragua en Centroamérica- especialmente entre el 2005 y el 2017, fecha en la que se frenó su desarrollo producto de las sanciones implementadas por EE.UU. En el período señalado PETROCARIBE financiaba el 40% de la factura petrolera por un período de uno a dos años y extendía el período de pago de 17 a 25 años con un interés del 1%. En el caso de que el precio del barril de petróleo superara los 40 USD, el pago a corto plazo del 60 de la factura se extendería de 30 a 90 días.
Hasta finales de 2018 PETROCARIBE había suministrado 356 millones de barriles de crudo y productos, equivalentes a un monto de 31 523 millones de dólares, de los cuales aproximadamente el 50 por ciento fue financiado a largo plazo.[8]
Recientemente se ha planteado la reanimación de este esquema, para lo cual Venezuela ha planteado un descuento del 35% de la factura petrolera a corto plazo para los países miembros.[9]
No obstante, a pesar de los avances logrados, debe señalarse que todavía existe mucha especulación sobre las potencialidades de recuperación rápida de la producción venezolana. Lo que sí parece claro es que en esa recuperación intervendrán empresas como CHEVRON, muy interesada en cobrar una deuda de unos 5 000 millones de dólares que le debe PDVSA.[10]
(Continuará)
NOTAS
[1] La información no citada expresamente de este trabajo se encuentra en “Las transformaciones de la economía de Venezuela en el primer semestre de 2022. Perspectivas ” CIEM “Informe sobre la Evolución de la Economía Mundial en el primer semestre del 2022” Agosto del 2022 www.ciem.cu
[2] Ver Voz de las Américas (2022) y CESLA (2022).
[3] Ver América Economía (2022a)
[4] Ver EFE (2022) y Swissinfo (2022).
[6] Ver El Diario (2022)
[7] Ver BBC (2022).
[8] Ver TELESUR (2022).
[9] Ver EFE (2022a).
[10] Ver PETROGUIA (2022).
Debe comenzar el analisis por el proceso de dolarizacion de la economia venezolana:
ResponderEliminar.- Tras años de hiperinflación, el presidente del país, Nicolás Maduro, decidió que el proceso que se llama dolarización puede servir para la recuperación y el despliegue de las fuerzas del país. Es una válvula de escape. Gracias a Dios que existe. Frase pronunciada por Maduro el 17/11/2019
.- El Banco Central de Venezuela inyectó en 2021 más de 1.500 millones de divisas estadounidenses para luchar contra la inflación y la mayoría de los salarios del sector privado ya se abonan en esta moneda
.- La moneda norteamericana se ha erigido en la referencia que la economía venezolana necesitaba, frente a un bolívar comatoso al que se le han eliminado 14 ceros en los últimos 14 años
.- Se calcula que dos terceras partes de las transacciones comerciales y el 86% de los depósitos bancarios ya se expresan en dólares: "Es un elemento de certidumbre, clave para [controlar] las subidas de precios". asesora financiera Ecoanalítica
.-Bodegones, supermercados y tiendas de ropa marcan ahora sus precios en la divisa extranjera y el dólar se utiliza para casi dos tercios de las transacciones, según Ecoanalític
.- Surge así una economía paralela, formada por pensionistas y demás subsidiados del Estado, pero también por trabajadores de las zonas marginales. Se eleva la desigualdad enemos dos Venezuelas", asegura Asdrúbal Oliveros. Por un lado, una clase social que ha adoptado el dólar como moneda de uso frecuente; y por el otro una clase a la que se le dificulta el acceso a dólares y necesita adaptarse para conseguirlos como sea, explica.
.- La clave en la reciente mejora de la inflación ha sido la intervención del Banco Central en el mercado de divisas, que ha mantenido el tipo de cambio contenido y proporcionado un ancla nominal a la economía
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