Por Joaquín
Benavides Rodríguez
La Agencia
Cubana de Noticias público en estos días lo siguiente:
Acuerdan aplicar
gradualmente nuevas transformaciones en empresas. Se debatió en el Consejo
Interinstitucional del macro programa Gobierno, Institucionalidad y Macroeconomía
del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030. Hasta
pronunciarlo cuesta trabajo.
El reporte no
detallo cuáles serán las nuevas transformaciones que se acordaron aplicar. Solo
publico brevemente las palabras del viceprimer ministro y ministro de economía
Alejandro Gil, el que expresó:
¨Necesitamos en
la práctica dar un salto, comenzar de manera gradual, con un reducido número de
entidades, pues el País no está en condiciones de garantizarles un mercado en
el cual accedan a divisas, combustibles y otros recursos, e ir constantemente
evaluando los resultados. Anuncio que en una próxima reunión se aprobaran las
primeras, las normativas que las acompañaran y los recursos que demandan, entre
otros aspectos¨.
¨El Viceprimer
ministro oriento que a través de los sistemas de gestión, evitar la fluctuación
de la fuerza de trabajo de un tipo de empresa a otro, definir bien la autonomía
en aras de que las seleccionadas sean más competitivas y eficientes, estar al
tanto de la introducción de los precios en aras de evitar distorsiones y ser
coherentes entre el diseño jurídico y el funcionamiento practico¨. Es la vieja
terminología del Perfeccionamiento empresarial que administro el Comité
Ejecutivo del Consejo de Ministros desde los finales de los 90 hasta los
primeros años de los 2000. Entonces la burocracia, con la que había que consultar
todo, logro paralizar la iniciativa empresarial que había surgido en 1992 hasta
el año 1997.
Es difícil
imaginar dar un salto, de manera gradual comenzando con un reducido número de
entidades. ¿Salto de manera gradual? Es igualmente difícil de concebir los
principios bajo los cuales operarían las empresas estatales bajo las
condiciones enunciadas por el Ministro. ¿O es que el Ministerio de economía está
concibiendo que las empresas estatales, llamadas a ser el motor principal que
impulse el desarrollo de la economía cubana sigan operando maniatadas por una
burocracia que se resiste a permitir que las empresas de propiedad estatal sean
gestionadas bajo los principios del mercado, reconocidos en todas las economías
modernas, incluidas las socialistas?. Una cosa es regular el mercado, y otra
cosa distinta es monitorear las empresas estatales mediante procedimientos
burocráticos.
¿Sería tan
difícil sanear la contabilidad de las empresas estatales, en un país lleno de
auditores, a fin de extraerles todo los
que les sobra, fijarles sus activos reales, incluyendo su Capital, y calcularle
sus necesidades de capital de trabajo, darle instrucciones al Banco que se lo
financie a bajos intereses y que comiencen a operar bajo los principios del
mercado? Claro, que sin una tasa de cambio oficial no podrían operar. Mientras
que las Mipymes si lo pueden hacer, porque compran las divisas en el mercado
informal e importan y pagan sus importaciones al contado en el exterior, las
empresas estatales no lo podrían hacer, pues para ello tendrían que negociar
sus divisas en el mercado informal.
Ignoro como se está
negociando con empresas rusas para que comiencen a operar inversiones y
negocios en general en el País, sin tener resuelto para el momento en que
comiencen a ejecutar esos proyectos, el establecimiento de una tasa de cambio que sirva para todos
los que operan en la economía cubana. No solo para las empresas rusas, que
eventualmente comiencen a operar en el País, sino también para las empresas
cubanas, las estatales, las privadas, las cooperativas y las demás empresas extranjeras que tienen negocios en
Cuba asociadas a empresas estatales. Las empresas rusas con la cooperación de
los Bancos cubanos y rusos están poniendo a punto el sistema MIR, que les
permitiría transferir divisas a su País. Pero ¿Qué tasa de cambio utilizaran
entre el Peso y el Rublo para extraer las utilidades de sus negocios y
transferirlos a Rusia? ¿Cuándo la dirección de nuestra economía se acabara de
dar cuenta, que la carencia de una tasa de cambio oficial es uno de los
elementos principales que tienen trabada la incorporación de la inversión
extranjera en el País? Nadie invierte si no tiene bien claro cuáles son las
reglas con relación a la tasa de cambio oficial con que va a operar en el país
en que invierte su dinero.
En días pasados
el Presidente de la Asamblea Nacional, compañero Esteban Lazo, estuvo de visita
por Ciego de Ávila en la empresa Pecuaria de Turiguano. Allí le informaron que
han distribuido utilidades a pesar de que el Plan lo han cumplido al 68%.
Además le informaron que esa empresa Pecuaria, de las mayores del País, tiene
7400 hectáreas, de las cuales tiene infestadas de marabú, 3000 hectáreas, el
40%. ¿Puede demorarse reestructurar esa empresa, que realmente de socialista tiene poco y convertirla en una
verdadera empresa? A Lazo no le informaron cual es el Capital de esa empresa,
cual es el valor de su masa ganadera, a precios nacionales e internacionales,
que inversión tendría que llevar a cabo para acabar con las 3000 hectáreas de
marabú y ponerlas a producir pastos o comida. ¿Habrá que esperar a que el
Consejo Interinstitucional del macro programa Gobierno, Institucionalidad y
macroeconomía, decida incluirla en su lista de empresas para que comiencen a
ser realmente empresas? Si se lo dejan a la burocracia, quizás haya que esperar
a que la incluyan, después que esté aprobada la Ley de empresas, que no se sabe
bien que es lo que debe aprobar que no sea lo que tiene que hacer cualquier
empresa en el mundo que opere en condiciones de mercado.
¿Es una empresa
pecuaria a donde llevaron al Presidente de la Asamblea Nacional, o un desastre
ganadero que opera a fondo perdido? Y ese desastre se puede resolver creando
una verdadera empresa, que opere como cualquier empresa ganadera del mundo. No
tiene que venir un inversionista extranjero para que se haga cargo de poner a
producir riquezas con el ganado Santa Gertrudis. Puede hacerlo una verdadera
empresa ganadera cubana, dirigida por cubanos jóvenes, universitarios con todas
las facultades para poner a producir una empresa como esa, dotada del capital
suficiente, financiado por el banco, con bajos intereses, que no tengan que
pedirle permiso a nadie para desarrollar esa empresa aplicando la ciencia, la
técnica, aprendida en las universidades cubanas y la innovación. Darle las
mismas facultades para operar que tiene cualquier empresario en el mundo, con
la única diferencia que aquí está administrando una propiedad del Pueblo de
Cuba y que tiene que responder ante alguien por la honestidad con que lo hace.
Que tengan facultades para pagar los salarios que necesiten pagar para que el
negocio funcione y pueda acabar, en este caso con el Marabú, para poder sembrar
lo que le sea más rentable. Por supuesto como está administrando una propiedad
que pertenece al Pueblo de Cuba, el Consejo de Estado, quizás, podría crear un
pequeño equipo de profesionales, de mucha experiencia, que los hay en el País,
que a su nombre tenga la tarea de supervisar todas las grandes empresas
ganaderas del país, que operen bajo los mismos principios de autonomía técnica
y económica. Es una idea que adelanto, ante la falta de ideas de los
ministerios.
Así se podría
hacer también con las empresas azucareras. Disolver AZCUBA, y los especialistas
y cuadros que pasen por una evaluación profunda, ponerlos al frente de empresas
azucareras que operen con total autonomía técnica y económica. Que contraten
directamente con los productores cañeros. Que decidan sobre sus inversiones y
las fuentes que las financien. Que se conecten directamente con el comercio
exterior para adquirir sus insumos, materiales y equipos. Que operen con
financiamiento bancario, nacional o extranjero, que les respalde todas sus
actividades de producción. Que decidan sobre los salarios y que tengan que
entregarle a su dueño, que es el Estado cubano, en representación el Pueblo, un
resultado mínimo en dinero cubano anual. Decidirían, en función de la caña que
proyectan moler, mediante acuerdo con sus productores agrícolas, cuando
comienzan la zafra y cuando la terminan. Para comercializar internacionalmente
el azúcar y sus derivados, el Consejo de estado podría crear también,
subordinado a él un Grupo que se designaría cada 5 años. El azúcar se cotiza en bolsa y debería haber
un pequeño grupo especializado que se encargue de esa función comercializadora
externa.
La idea básica
que quiero expresar: Desburocratizar el renacer de las empresas estatales.
Seleccionar las 200 más importantes, sin incluir, por ahora a las que
garantizan los servicios más importantes, por ejemplo las de la electricidad y
el combustible y algunas otras. Mientras se le encarga a la Contraloría que
designe un equipo de sus mejores auditores para que las auditen y saneen su
contabilidad, designar por la Presidencia del País, el equipo de dirección para
cada una de ellas. A medida que vayan siendo designados, que se vayan
incorporando en equipo a la dirección de la empresa a la que se les ha
asignado. En todos los casos el
Presidente o el Primer Ministro deberían darle posesión. No van a dirigir
empresas de ministerios, sino empresas del País. Ese equipo de dirección de
cada empresa debería sentirse responsables de su tarea, no ante un ministerio,
sino ante la dirección del País. Las reglas básicas deben tenerlas claras y
actuar con total autonomía. Si tienen toda la responsabilidad porque las empresas
asignadas triunfen, debe dársele toda la autoridad para que decidan según lo
que establecen las normas legales para las empresas estatales. Sus Planes
productivos y económicos, los deciden ellos, pero responden por sus resultados.
Le entregan información a los órganos de
planificación y finanzas, para que su actividad pueda ser evaluada.
El Órgano de
Planificación y el de Finanzas, así como los ministerios ramales, lo son para
todas las entidades económicas del País, las estatales, las privadas, las
cooperativas y las sociales y las de inversión extranjera. Todas las entidades
económicas deben regirse por las mismas reglas. Todas tienen la responsabilidad
de sacar adelante al País, y ninguna prevalece sobre otra. Todas tienen que
ajustarse a la legalidad establecida para ellas. Y todas tienen que actuar en
las condiciones de mercado, según la legislación que aprueba para todas la
Asamblea Nacional.
Todas las
empresas, con independencia de quien sea su propietario, tienen que cumplir las
leyes laborales del País. También todas tienen que cumplir las leyes fiscales y
estarían igualmente sujetas a la supervisión y control de los Órganos
estatales.
Para las
empresas estatales, cuyo propietario es el Pueblo de Cuba, el Consejo de Estado
podría crear un Órgano adscrito a ella, constituido por profesionales de la
ciencia, la economía y las finanzas, que actúen como asesores del Consejo de
Estado para aprobarles sus planes financieros y de negocios. Los Ministerios
establecerían instrumentos legales para ser cumplimentadas por todas las
empresas, con independencia de su propietario. Es la forma que podría tener el
Gobierno para gobernar toda la economía y regular el mercado para todos por
igual. Esos instrumentos legales serian también de obligatorio cumplimiento
para las empresas extranjeras que inviertan en el País, en cualquier sector de
la economía en que operen.
Ante la inacción
del Organismo del Estado encargado de regular todo lo concerniente a lo que
pudiera ser considerado el Sistema de Dirección de la Economía, me he decidido
a exponer estas ideas, que pudieran también ser consideradas propuestas, de que
hacer para que las empresas del País, en primerísimo lugar las estatales,
rompan las trabas en que la burocracia las tiene amarradas y comiencen a crear
riquezas para el País. Las Divisas que requieran para producir y funcionar que
las gestionen y resuelvan ellas. Son personas jurídicas, no comprometen al
Estado cubano y están obligadas para sobrevivir como empresas, que resolver ese
problema. El Estado y el Gobierno cubano, por supuesto, tendrán que crear las
condiciones de todo tipo para que las empresas que operan en el País, puedan
crear las riquezas, ajustándose a las reglas que establezcan y que son comunes
a las que están establecidas en cualquier país moderno del mundo. No hay que
dejar de ser socialistas, hay que crear los instrumentos, que son universales,
para poder construir nuestro socialismo, el cubano.
20/06/2023
*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.
El gran salto adelante ...me recuerda a Mao. O a los miles de cubanos que ya han saltado a México o Miami. El librito rojo.
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