En el mundo son cada vez más quienes defienden un tipo de economía participativa, democrática, autogestionada, social y ambientalmente sustentable.
ECONOMÍA Redacción IPS Cuba 11 noviembre, 2018
La Economía Social y Solidaria promueve encadenamientos productivos y sinergias sociales y ambientales. Esta foto es del taller de modas Barbar´s Power, en 2017. Foto: Jorge Luis Baños/IPS
La Habana, 11 nov.- Apostar por la Economía Solidaria dentro del modelo de desarrollo económico y social cubano sería una mejor garantía para estimular una ciudadanía más activa y construir el socialismo próspero, democrático y sostenible que proyectan las autoridades de este país caribeño.
Pero para ello, habrá que colocar al hombre –y no las utilidades-, en el centro de las nuevas relaciones de producción, distribución y consumo de bienes y servicios, unido al principio de responsabilidad con la sociedad y el medioambiente.
Así coincidieron trabajadores por cuenta propia, cooperativistas, empresarios, artesanos, investigadores sociales, estudiantes, académicos y promotores sociales que participaron en el II Encuentro de emprendedores por una Economía Solidaria, que sesionó del 9 al 11 de noviembre en esta capital.
Además de ponencias, talleres y debates, la reunión incluyó la I Conferencia por una Economía Centrada en la Persona, bajo el auspicio del Movimiento de los Focolares en Cuba, y los proyectos ArteCorte e INCUBA EMPRESAS del Centro Loyola Reina, perteneciente a la Compañía de Jesús.
De acuerdo con los organizadores, la cita apuntó a ofrecer un espacio para promover la práctica de los valores solidarios y de la Economía de Comunión en los emprendimientos y proyectos sociales sustentables.
A la par, se buscó compartir experiencias, metodologías de trabajo, soluciones a problemas, crear redes de colaboración entre emprendedores y proyectos sociales con propósitos sociales, solidarios, colaborativos y de comunión; y colaborar en el desarrollo y la consolidación de emprendimientos.
Al inaugurar el encuentro, el Nuncio Apostólico, Giorgio Lingua, recordó palabras del Papa Francisco quien reiteradamente ha llamado a poner a la gente en el centro de todo este movimiento solidario, empezando por los más necesitados.
Asimismo, exhortó a globalizar la solidaridad, “que no se limite al asistencialismo, sino que estimule la participación de todos, donde los más necesitados tienen que ser protagonistas de su desarrollo y no destinatarios”.
Y remarcó: nos corresponde inventar soluciones prácticas, hacer que funcionen en las situaciones concretas de nuestras comunidades locales, partiendo de nuestra gente, historia, patrimonio y conocimientos (…) y no olvidar que en el centro de todo está la persona”.
Importancia estratégica
Pese a la diversidad de definiciones y conceptos, varios autores coinciden en que la Economía Social y Solidaria (ESS) presenta otra forma de hacer economía, distinta a la capitalista y también a la estatizada.
Está orientada al logro del buen vivir, al mejoramiento de las condiciones de vida de las personas, comunidades y ambientes, mediante otra lógica de funcionamiento cuyo eje no es la reproducción del capital.
Para el profesor del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, Rafael Betancourt, la ESS equivale en el siglo XXI “a construir el socialismo desde abajo”.
Eso requiere, amplió, “no solo de políticas y acciones de un Estado central bajo la conducción del Partido Comunista, sino de actores locales y comunidades conscientes y autogestionadas, de sus gobiernos, prestadores de servicios, empresas públicas y privadas, cooperativas, trabajadores por cuenta propia, familias emprendedoras, asociaciones religiosas y culturales y grupos de intereses (…)”.
A su juicio, adoptar la ESS tiene una importancia estratégica que contribuye al desarrollo local inclusivo y a emparejar crecimiento económico, apoya la política fiscal de redistribución de ingresos, y aumenta el rol social y ambiental de trabajadores estatales y privados, cooperativistas, así como miembros de asociaciones.
De igual forma, siguió, reconoce y potencia la contribución de la propiedad asociativa, promueve encadenamientos productivos y sinergias sociales y ambientales y apoya el tránsito de la propiedad estatal a la propiedad socialista de todo el pueblo.
Para Gilberto Valladares (Papito), ubicado a la derecha en esta foto, el beneficio social puede hacer multiplicar el beneficio económico. Foto: Jorge Luis Baños/IPS
Experiencias
Durante la I Conferencia por una Economía Centrada en la Persona, que sesionó el 9 de noviembre en la sala teatro 17 y 66, sito en el capitalino municipio de Playa, se presentaron ejemplos de emprendimientos exitosos que adoptaron la ESS como filosofía.
Entre ellos destaca la minindustria Maroja, un proyecto familiar que desde hace 15 años se enfoca en la producción, elaboración y conservación de alimentos naturales en la ciudad de Santiago de Cuba, a 867 kilómetros al este de La Habana.
Su impulsora, Rosa de la Rosa, refirió que además de estimular una alimentación sana y mejorar la calidad de vida de las personas, la minindustria elabora jugos de frutas que se donan a personas enfermas, fundamentalmente con cáncer, y con los ingresos por la ventas de vinagre, sazones y conservas se financia el proyecto de Familia y Personas con discapacidad en la oriental urbe.
Algo similar ocurre con CarSueño, iniciativa que hace tres lustros impulsa Carmen Soto en la ciudad de Camagüey -530 kilómetros al este de la capital-, centrado en la elaboración de muñecas y muñecos de tela.
Relató que el proyecto cuenta con 15 líneas de trabajo, más la principal es la muñequería terapéutica que permite hacer donaciones a niños y niñas con enfermedades crónicas en el hospital pediátrico de esa urbe, o a personas con Alzheimer, porque, defendió, “no todos interiorizan hasta donde es importante una muñeca en niños y adultos”.
El debate se enriqueció con las experiencias del barbero Gilberto Valladares (Papito), quien con su proyecto ArteCorte, nacido en 1999, insufló vida a su comunidad y estimuló el nacimiento de otros emprendimientos y proyectos locales en el barrio del Santo Ángel, en el Centro Histórico capitalino.
Además del famoso Callejón de los Peluqueros, el Barbeparque y el Museo Vivo de la Peluquería y la Barbería, Valladares impulsó como parte del compromiso social la creación de la Escuela Comunitaria de Peluquería para jóvenes vulnerables desvinculados del estudio y el trabajo, y talleres para niños y adolescentes sobre pintura, arqueología, deportes, baile, entre otros.
“No se trata de alzar la bandera del cuentapropismo, sino compartir la idea de que si el sector estatal y el privado hacemos alianzas para generar beneficios sociales, la sociedad gana porque (…) el beneficio social puede hacer multiplicar el beneficio económico”, reflexionó.
“¿Cómo poner a la persona en el centro?”, preguntó Darién García, coordinador de INCUBA EMPRESAS, quien aseveró que Cuba tiene algo beneficioso con respecto al resto del mundo donde impera “un sistema que muchas veces degenera a las personas”.
“Aquí estamos creando un mundo nuevo, porque tras casi 60 años no ha habido empresas privadas. Vamos a formar con estos valores a las personas para crear las empresas privadas que soñamos y, paso a paso, la nación que queremos”, concluyó. (2018)
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