17 mayo 2019 | 52 |
Cuba gasta anualmente más de 2 mil millones de dólares en la compra de alimentos, de ellos entre 600 y 800 millones, aproximadamente, podrían sustituirse haciendo más productivas las tierras del país, según análisis oficiales.
Es por eso que en los debates sobre el tema siempre se insista en las potencialidades aún por aprovecharse, además de la necesidad de, entre otras cosas, estructurar la actividad en cadenas productivas y de aumentar las inversiones.
Pero hay otra realidad quizás menos conocida: las condiciones agroecológicas de Cuba no son favorables.
De acuerdo con el investigador José Luis Rodríguez, los terrenos que tienen rendimientos buenos o muy buenos son solo el 33% de la tierra agrícola, alrededor de 6 millones de hectáreas; por lo tanto, en el 67% debe complementar la base que tiene el suelo con agua, fertilizantes o pesticidas para que la producción sea favorable.
Por ejemplo, la papa en Cuba no puede sembrarse más allá de Ciego de Ávila, lo mismo pasa con el plátano en las provincias orientales, no hay agua ni potasio suficiente.
Dónde plantar
Cuba cuenta aproximadamente con 11 millones de hectáreas de tierras disponibles; de ellas unos 6 millones dedicadas sobre todo a cultivos varios y ganadería. Además, otros 3,5 millones pertenecen al desarrollo forestal.
Las manos que producen la tierra
Si en los años sesenta, tras la promulgación de la segunda Ley de Reforma Agraria, era predominante el sector estatal en la agricultura cubana, en la actualidad es inversamente diferente, con el auge de los productores individuales.
El 80 por ciento de la tierra es propiedad del Estado, sin embargo, el 70 por ciento la gestionan las cooperativas y los campesinos.
De manera general, el sector agropecuario cuenta con cerca de un millón de trabajadores (el 20% del total de cinco millones de cubanos empleados), aunque solamente aporta al Producto Interno Bruto un 3,6%.
Impulso necesario
Para lograr la diversificación, mejor abastecimiento al mercado interno, la sustitución de importaciones y el progreso de las exportaciones, se han implementado a lo largo de los años múltiples programas y medidas.
Las reformas más recientes datan de 2007, decisiones que quedan formalizadas en los Lineamientos socioeconómicos de 2011, y también en la versión actualizada de ese paquete, cinco años después.
Principales transformaciones:
- Reactivación de la entrega de tierras ociosas en usufructos.
Esta decisión ha contribuido a que la administración de la superficie agrícola del país se realice cada vez más por formas no estatales. En la actualidad los actores económicos en la agricultura son las CCS (que agrupan al mayor número de usufructuarios), CPA, UBPC, los productores individuales (hay más de 30 mil) y las granjas estatales.
- Incremento de precios al productor para ciertos rubros como el frijol y la carne y la leche vacunas.
- Autorización de ventas directas de productos a instalaciones turísticas. Descentralización de la comercialización agrícola.
- Puesta en vigor de un nuevo reglamento para las UBPC.
- Experimento del mercado libre de insumos agropecuarios en el Municipio Especial Isla de la Juventud.
- Modificación de precios de insumos e implementos agrícolas para su comercialización libre y sin subsidio, con la consecuente modificación de los precios de acopio de la carne de cerdo y de materias primas para la industria (café, cacao, miel de abeja, entre otros), de modo que puedan percibir un margen de utilidad.
- Perfeccionamiento del Ministerio de la Agricultura (MINAG), con la separación de las funciones estatales y empresariales.
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