Estados Unidos la primera colonia en liberarse, la primera república moderna a la cual la democracia liberal le proporcionó una prosperidad que en un siglo la convirtió en la primera economía mundial, es también el país políticamente más estable del mundo.
A pesar de una guerra civil, dos guerras mundiales, crisis trascendentales como la Gran Depresión, nunca ha dejado de celebrarse una elección federal. Aunque se han cometido cuatro magnicidios, nunca se ha interrumpido el ritmo institucional. La idea de Donald Trump de que la elección presidencial de este año pueda ser suspendida, o que sus resultados sean desconocidos, es francamente demencial.
Al respecto, debería tenerse en cuenta que, Estados Unidos no es un país sino una federación, fundada por 13 estados que hoy suman 50. Ese fenómeno es tan importante que, según la 14º Enmienda a la Constitución: “Toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos…será ciudadana de los Estados Unidos y del estado en que resida”. Debido a esa estructura federal, de hecho, no se celebra allí una elección presidencial sino cincuenta, que tienen lugar en el
Colegio electoral de cada estado.
A propósito, Carlos Alzugaray, diplomático y catedrático cubano, experto en Estados Unidos, ha realizado lo que él llama: “Precisiones técnicas” sobre el tema. “Trump, afirma Alzugaray, no puede cambiar la fecha de las elecciones debido a que, según una ley de 1845, estas deben efectuarse el primer martes después del primer lunes de noviembre. Como está fijada por ley, para posponerlas se necesita una nueva ley del Congreso, lo cual con una Cámara de Representantes dominada por el Partido Demócrata es impensable.
Otra posibilidad sobre la cual se especula, continua el experto, es que Trump desconozca el resultado y se declare ganador, lo cual tampoco es posible, porque la única entidad facultada para declarar un ganador es el Congreso de los Estados Unidos, que lo hará el primer día laboral de enero después que reciba los informes de los estados…”
Según la 12º Enmienda, “Los compromisarios se reunirán… y votarán por votación secreta para presidente y vicepresidente…las listas, con indicación del número de votos emitidos, serán remitidas al Presidente del Senado quien, en presencia del Senado y de la Cámara de Representantes, abrirá todos los certificados y se procederá a contar los votos.
La persona que obtenga el mayor número de votos para el cargo de presidente, será presidente…Si ninguno obtuviese tal mayoría, entonces entre las tres personas que obtengan el mayor número de votos para presidente, la Cámara de Representantes elegirá inmediatamente, por votación secreta, al presidente…
En ese caso, los votos se emitirán por estados, teniendo un voto la representación de cada estado. Y si la Cámara de Representantes, cuando el derecho de elegir recaiga sobre ella, no elige presidente antes del cuarto día del mes de marzo siguiente, el vicepresidente actuará como presidente, al igual que en el caso de muerte u otra incapacidad constitucional del presidente…
De hecho, no existe ningún escenario en el cual Donald Trump pueda ser reelecto, excepto que obtenga la mayoría de los 538 sufragios electorales, es decir 270. Entonces: ¡A votar! Allá nos vemos.
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