Por Johana Tablada
Si algún día amanece y Cuba ha sido destruida como lo fueron Libia, Siria, Irak y Afganistán, o perdimos nuestras valiosas conquistas y avances como los perdió Bolivia, recuerden que todo comenzó con 60 años de guerra económica y la artillería potente y sistemática del equipo de propaganda política exterior de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Departamento de Estado y las organizaciones y cubanos favoritos contratados allá y aquí para hacer llegar a Cuba y al mundo su misión. Para fabricar, reproducir y legitimar distorsiones que tornen irrelevante lo que ocurre en Cuba y privilegiar lo que se dice y se cree o se pretende que ocurra en Cuba se destinan millones.
Vale decir que la función de la USAID supuestamente es promover el desarrollo y no impedirlo y sabotearlo como con Cuba ocurre.
Para Cuba se aprueban cada año en virtud de la Ley Helms Burton programas de injerencia dirigidos a perpetuar la exclusión de los proyectos de ayuda internacional , la persecución y la reproducción de “información” y contenidos afines con la política de agresión contra Cuba. Esos mecanismos y programas contribuyen a la demonización que justifique y facilite las condiciones para un cambio de régimen.
A pesar de 60 años de bloqueo criminal, Cuba desarrolla un proyecto político económico y social con resultados importantes en múltiples esferas que no ha podido desarrollarse a su máxima capacidad. Se trata de una obra colectiva incompleta y perfectible, pero con resultados que aún son un sueño para la mayoría de la población mundial.
Mas allá de las dificultades, el país defiende el derecho de todo un pueblo a construir una alternativa real al sistema de salvajismo y saqueo que Estados Unidos trata de imponer a Cuba y todos nuestros países de America Latina, con diversos instrumentos engañosos y violatorios del Derecho Internacional.
Uno de esos mecanismos es la distribución periódica de fondos para programas ilegales dirigidos a influir en sectores específicos de la población cubana. Por estos días se repartió una parte de la piñata de la USAID para los “proyectos” seleccionados contra Cuba.
Son casi 4 millones de dólares en este paquete dirigidos a promover artificialmente una oposición y comprar apoyos para el derrocamiento del Gobierno cubano.
Para esos propósitos en 10 años se han malgastado más de 300 millones del contribuyente estadounidense. Es una política ilegal y fracasada que desvirtúa distorsiona y obstaculiza diariamente los empeños de nuestro país.
Imaginen si fuéramos como esos otros países, amigos de Estados Unidos , donde se asesinan activistas y periodistas frecuentemente, donde hay jefes de Estado vitalicios, mujeres y niñas sin derechos, donde hay tortura, mutilaciones y otros vejámenes que jamás se cometerán aquí.
Si fuéramos algunos de esos países tendríamos estos 4 millones o los 20 millones aprobados por el Congreso contra Cuba cada año para utilizarlos en programas de otra naturaleza. Imaginemos programas de desarrollo local, servicios de agua potable, créditos para proyectos de desarrollo sostenible, escuelas de arte, escuelas de idioma etc, pero no nos toca nada de eso, porque somos Cuba.
La Agencia que debería estar facilitando insumos para apoyar a los países a enfrentar la COVID-19, esa que debería cooperar con Cuba y sus brigadas médicas en el Tercer Mundo, tiene para Cuba otros planes.
Como publica el blog del periodista Tracey Eaton “The Cuban Money Project”, especializado en investigar el origen y destino de dinero de los programas de la USAID para Cuba, se repartieron casi 4 millones de dólares para proyectos de derrocamiento de un gobierno extranjero, llamado cambio de régimen en Cuba. Todo bien organizado e ilegal.
Estos proyectos no son para mejorar nuestro sistema, ni para ayudar a la gran mayoría que en Cuba trabajamos para tener un país mejor en todos los aspectos. La ayuda de la USAID tampoco va dirigida a defender espacios para acometer los cambios y transformaciones que necesitamos, ni siquiera para quienes en Cuba critican lo mal hecho pero defienden la Revolución y rechazan la injerencia . Esos imprescindibles tampoco les interesan porque promueven cambios y rectificaciones que fortalecen el proyecto socialista.
Estos fondos son solo para los que se presten a defender los intereses y agenda de quien nos castiga, son para justificar y defender el Bloqueo y otras formas de avanzada del proyecto colonial de dominación para Cuba . Son pocos pero lamentablemente existen, existieron y existirán siempre. También son programas para convencer y vencer a muchas personas por agotamiento, cansancio y a golpe de repetir las mentiras más vulgares como si de grandes verdades se tratase. Todo ello impide la mirada profunda a lo que se sumerge detrás de lo aparente empaquetado como lo "natural", lo "obvio" y hasta lo "justo".
Estos son proyectos abiertamente ilegales, por los cuales cualquiera que recibiera fondos si viviera en Estados Unidos u otro país occidental tendría que responder ante leyes severas. Quiero decir, si fueran 4 millones de dólares aprobados por Cuba para intervenir en la política doméstica de Estados Unidos y mejorar su democracia tan criticada por la mayoría de esa misma población ya nos habrían bombardeado. Estados Unidos le hace a otros estados lo que jamás permitiría le hagan a ellos. Es más no hay otra cosa que ofenda más a los estadounidenses en este momento que la supuesta pretensión de otros de inmiscuirse en su política, pero para hacerle eso mismo a Cuba hay impunidad.
De esta manera, y en medio de la crisis económica generada por el endurecimiento brutal del bloqueo y nuestras propias insuficiencias y dificultades que a nosotros, y solo a nosotros, los cubanos nos toca resolver sin presión del exterior, nadie debería sorprenderse que mañana aparezcan nuevamente -con visibilidad distorsionada por el apoyo de las maquinarias de propaganda estadounidense, con protagonismo desproporcionado que no se corresponde para nada con el apoyo real en esta tierra-, las opiniones de pocos presentadas como los de la gran mayoría.
Ese es el poder corrupto que tiene el dinero en todo lo que es la política interna y la política exterior estadounidense.
No existe un solo país donde hayan llegado los programas democráticos de la USAID que hoy esté mejor que antes de recibir la “ayuda” e injerencia. Y si no bastara la experiencia dolorosa de Bolivia y Brasil con sus golpes de estado, también organizados por Washington con las oligarquías nacionales, tenemos el ejemplo bochornoso de las intervenciones en países que fueron obligados a retroceder en la civilización a comunidades casi tribales gracias a la campaña de demonización similar a la de Cuba, la posterior intervención militar extranjera y el saqueo, la humillación de los pueblos y el robo de recursos que al final es lo único que importa al imperialismo.
De la manera que estos financiamientos funcionan, gracias en parte a la organización semi gubernamental Fundacion Nacional para la Democracia y otras organizaciones fuera de Cuba, es filtrando a través de otras ONGs, pseudoorganizaciones e individuos, los fondos para tratar de aparentar distancia entre el gobierno de Estados Unidos que los otorga y el que lo recibe al final.
Posteriormente el gobierno de Estados Unidos también ofrece otros aseguramientos incluyen la promoción, las giras, eventos, cursos y los premios que acompañan la denuncia de que Cuba no reconocer a esos cubanos favoritos del país que tanto nos maltrata.
La USAID otorgó al menos 6 paquetes de fondos que suman $3,828,882 para “fomentar los derechos humanos, promover los valores Democráticos y asistir a presos políticos y sus familiares en Cuba los receptores incluyen por ejemplo:
Grupo de Apoyo a la Democracia, $625,000
Fundacion Bacardi, $600,000
The Foundation for Human Rights in Cuba, $544,846
Outreach Aid to the Americas, Inc., $500,001
Digital News Association, Inc., ( ADN) $410,710
National Republican Institute, $406,895
Instituto sobre Raza,Igualdad y Derechos Humanos , $325,000
Asociación Observatorio Cubano de Derechos Humanos, $250,000
Así a la vista resalta el supuesto periódico digital ADN que como ven, al igual que Diario de Cuba, Cubanos por el Mundo o Cibercuba no es una publicación sino una operación del gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Sí así como lo oyen, ADN Cuba es también un proyecto del gobierno de Estados Unidos que atenta cada día contra los derechos de todos los cubanos de aquí y de allá.
Es difícil identificar cómo se enmascara el ataque bien articulado desde estas publicaciones junto a las acciones de los cubanos favoritos de Estados Unidos que casualmente tienen muy poco o ningún apoyo real en Cuba a pesar de todo el financiamiento que reciben.
Historicamente, siempre ha sido para Estados Unidos prioridad el identificar y favorecer a ese pequeño grupo dispuesto a representar sus intereses e ignorar la voluntad de la mayoría y el derecho que tiene un pueblo entero a tomar por sí mismos las decisiones que solo a nosotros los cubanos nos corresponde tomar para perfeccionar su socialismo.
Aquí está el dinero para premiar a todas esas publicaciones que trabajan contra Cuba para El gobierno de Estados Unidos cada día con calumnias, acusaciones, noticias falsas y reciclaje de noticias verdaderas que se publican en Cuba idénticas o con nuevo ropaje. También vienen fondos para todo el que se vende y el premio a los que han apoyado las sanciones ilegales y criminales contra su propio pueblo.
¿Qué otorga la USAID a esos países donde a diario asesinan activistas , periodistas, jóvenes que piden educación y salud? ¿Por qué no utilizar ese fondo para ayudar a millones de excluidos en Estados Unidos que no se interesan ni por asistir a las urnas porque sienten que su voto no cuenta en un sistema político que asegura democracia sólo para la minoría?
Pero no se puede comprar lo que no está venta y somos millones.
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