Por Yurislenia Pardo Ortega/ Adelante
Fotos: Leandro Pérez Pérez/ Adelante
CAMAGÜEY.- Como un cubo de leche fría cayeron sobre los ganaderos camagüeyanos los precios que trajo la implementación de la Tarea Ordenamiento. El incentivo que pudo representar el discretísimo aumento de la leche fresca a un rango de 6.80 a 7.50 pesos por litro quedó anulado ante la subida exorbitante de los insumos, combustibles, electricidad y servicios, muchos hasta hoy inexplicables.
En un rango desigual quedó el valor del importante alimento que no llegó ni siquiera a duplicarse y se enfrenta a la escabrosa pendiente de los insumos de Gelma (Empresa comercializadora de productos agropecuarios) que empinó sus valores 5.39 veces, mientras que Labiofam los multiplicó por 4.25; también el combustible fue cuesta arriba 7 veces y la corriente 18 en la suma inicial, hoy llevada a 13. Ante estas cuentas es necesario recordar que nadie trabaja para perder.
También les fue difícil comprender cómo en la primera conformación del valor de la leche los decisores dejaron fuera el pago por el enfriamiento y el acarreo del producto, dos procesos costosos e imprescindibles. Todas sus esperanzas las cifraron entonces en que se concretara una revisión del tema, la que en efecto ocurrió, pero para su pesar, devolvió cifras que siguen dejando un saldo negativo en las arcas de los productores y de las entidades a las que están asociados.
Se aprobó desembolsar hasta 0.30 centavos por el traslado del producto en un tramo de hasta seis kilómetros e incluir en el rango de hasta 7.50 pesos por litro, la remuneración de 0.15 centavos por cada unidad fría entregada a la industria. Cifras que de haberse consultado antes con los ganaderos se podían haber ajustado- rectificado.
En mi opinión con Camagüey se debió contar, al igual que con otros territorios. Ese paso -omitido en este proceso- pudo ayudar a cometer menos errores, como reflexionaron productores y campesinos en un intercambio que ocurrió recientemente con una comisión gubernamental que vino a evaluar la marcha del ordenamiento en la demarcación.
Es esta una región de genes vaqueros, la cual acopia el 22 % de la leche que se produce en el país. La misma que en el presente calendario asumió el compromiso de aportar a la industria de productos lácteos más de 76 millones de litros del líquido blanquecino.
Conocimiento les sobra a los nuestros, curtidos en una comarca que acarrea el 93 % del producto con destino industrial y el 87 % del mismo es con tracción animal. Con un total de 181 centros de enfriamiento se garantiza que el 67 % del total del producto se entregue fría.
Con la autoridad que le da a quien trabaja de sol a sol, sin horarios ni feriados, aún en medio de las peores limitaciones de insumos y recursos, hay que escucharlos cuando aseguran que con las cuentas actuales el acarreo se hace insostenible y los termos de frío les generan pérdidas, debido a que el precio de 0.15 centavos no permite cubrir gastos como la electricidad y el pago a los trabajadores de los termos.
Aún en estas circunstancias ninguno de estos centros en la provincia cerró sus puertas pero sus empleados no devengaron salario en enero y no tiene garantías de poder cobrar febrero. En teoría el gasto de corriente en esos puntos debería ser menor ya que están diseñados para funcionar 4 horas, las que con regularidad se ven extendidas hasta 14 y 17, o más, pues la industria tiene déficit de camiones para realizar la recogida. Por qué tiene la cooperativa y sus trabajadores que asumir tal pérdida económica?.
Otro tema que trae con dolor de cabeza a los guajiros de esta región es la intención a nivel de país de medir la calidad de la leche a partir del análisis de la reductasa. Una prueba de primer mundo que nada, absolutamente nada, tiene que ver con las condiciones de subdesarrollo en las que produce la ganadería en Cuba.
Como expuso Reinaldo Martínez González, especialista de ganadería de la Delegación Provincial de la Agricultura durante la mencionada sesión de trabajo, la calidad sanitaria también debe reevaluarse ya que en Camagüey hace más de 25 años no se entregan filtros, y en cantidades y ocasiones muy escasas se les ceden cubos, cantinas y botas de gomas a los vaqueros. Según apuntó el especialista el 48 % de los productores del territorio no tienen techos ni pisos en las casas de vaquerías y el 28 % no cuentan con el agua suficiente para realizar el ordeño.
Coincidimos en que la Tarea Ordenamiento es necesaria, impostergable, un paso para impulsar mayor eficiencia y mejores rendimientos y que eso se traduzca en más calidad de vida para nuestro pueblo. Cada paso, cada medida debe estar ajustada a nuestra realidad y en la toma de decisiones no se puede ignorar que en este “poner las cosas en su sitio” la cuenta tiene que darle al productor, a la empresa y al cliente.
El pago justo a los ganaderos por un producto tan importante como la leche deviene también una forma de incentivar que crezcan sus producciones, téngase en cuenta que este no es solo un producto vital para la alimentación de grupos vulnerables sino punto de partida para la sustitución de importaciones y la generación de nuevas exportaciones.
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