Por Sayli Sosa Barceló
21 Noviembre 2023
Foto: Alden Hernández
Las lluvias de finales de octubre e inicios de noviembre han atrasado los planes de preparación de tierra e incidirán, también, en la siembra del tubérculo
Si el año pasado los cálculos de Raúl Monguía Rodríguez le permitían ser optimista porque la siembra de papas comenzaba 20 días antes que la campaña de 2021, ahora el experimentado agricultor dice “no podemos desesperarnos”, mirando de frente a las casi 85 hectáreas (ha) que deberán ser realistadas.
Las lluvias de octubre y noviembre retrasaron los planes de preparación de tierra y el especialista del tubérculo en la Delegación Provincial de la Agricultura recomienda no dejarse llevar por el pesimismo. Después de haber visto tanto, puede recordar aquel diciembre del 2000, cuando “nos atacamos” y luego se obtuvo una buena cosecha.
Pero lo cierto es que la humedad de los suelos en las áreas de las tres empresas agrícolas (Agropecuaria Integral, La Cuba y Arnaldo Ramírez) que sembrarán papa este año impidió a inicios del mes comenzar con los más de 10 procedimientos y labores —roturación, cruce y recruce, grada fina, surcado, fertilización, por solo citar algunos— que deben ejecutarse en la tierra antes de plantar la simiente.
Una semilla que ha estado aguardando en los frigoríficos, a la temperatura correcta: hablamos de la nacional, con la cual se plantarán 260 ha, y de la importada, que garantizará cubrir una superficie de 640 ha —y que debe estar llegando a la provincia mientras circula este periódico—, para un total de 900; 60 menos que en 2022.
Las estimaciones hablan de un rendimiento de 18 toneladas por hectárea (t/h) y Monguía, aunque se precia de una buena memoria, no quiere ni siquiera recordar los resultados de 2021 (promedio de 12 t/ha, pero campos específicos con apenas 4 t/ha); suficientes para que él la nombrara como la peor campaña de la historia.
De ese total de 900 ha, poco más de 100 ha se destinarán a recolectar la semilla de la próxima zafra papera y el resto será balanceado y distribuido como tradicionalmente se hace. Si se cumplen los pronósticos podrían acopiarse unas 16 000 toneladas de papa.
Además de las precipitaciones, también la falta de grasa para las maquinarias agrícolas impidió avanzar más en la preparación de tierras y aprovechar el momento óptimo para estas labores, cifrado en noviembre. Sobre este impedimento, según se aseguró en la reunión semanal de los indicadores de la Agricultura, encabezada por las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en el territorio, ya hay garantías y al cierre de esta edición era posible tener listos todos los equipos.
Hacia allí apuntaba Monguía. Su recomendación era estar preparados para cuando el oreo del suelo lo permitiera, entrar con todo a los campos, volver a surcar e intentar cumplir el 30 por ciento del plan de siembra antes de que finalice el año. Preparados puede traducirse, además, en tener a tiempo fertilizantes y herbicidas para que no se malogre la cosecha. Pero, primero lo primero.
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