Publicado en octubre 17, 2017
Los países ricos pueden aprovechar las experiencias de Cuba en materia de sostenibilidad ecológica, aseguró este lunes el parlamentario sueco Jan Stromdahl al presentar dos libros de su autoría en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
“En 2006 el Fondo Mundial para la Naturaleza publicó algunas estadísticas que mostraban a Cuba como el único país sostenible en el mundo, noticia que pasó desapercibida en los países ricos”, afirmó Stromdahl durante la presentación de Transición de Cuba hacia la Sostenibilidad Ecológica y Diario de la vuelta a Cuba en catamarán.
Activista de la solidaridad con la isla del Caribe en Suecia, el escritor explicó que desde que conoció aquella información sigue las estadísticas anuales sobre la mayor de las Antillas en cuanto a índice de desarrollo humano, sobre todo en cuestiones de Salud, Educación, Economía, y cuidado de la naturaleza.
Al respecto insistió en que los indicadores de Cuba en todos estos campos son avanzados, incluso si se comparan con países industrializados.
Según Stromdahl, sus estudios de los sistemas cubanos de agricultura, energía, transporte, agua, vivienda, agricultura urbana y otros índices, valoran altamente las medidas de la Isla para lograr un empleo de la energía renovable con resultados bien posicionados entre los mejores a escala internacional.
En relación con la obra Diario de la vuelta a Cuba, escrito entre diciembre de 2016 y abril de 2017 a partir de un bojeo por toda la isla en un catamarán, comentó que le permitió realizar un estudio que se tradujo en la bitácora expuesta en el texto.
Reiteró el autor que ambos volúmenes tienen la intención, sobre todo, de que los lectores de países ricos puedan tomar experiencias de Cuba en estas disciplinas.
En representación del Icap, Gladys Ayllón, directora de Europa, valoró la actualidad y pertinencia de ambos libros con temas trascendentes como el cuidado medioambiental y el desarrollo de la agricultura en Cuba.
Igualmente, agradeció el apoyo solidario “que el amigo sueco ha brindado a Cuba durante años”.
La disolución de la Unión Soviética y del campo socialista en la década de 1990 provocó que la isla perdiera bruscamente el 85 por ciento de su mercado exterior, lo cual unido al incremento de las sanciones económicas, comerciales y financieras a las que Estados Unidos denomina “embargo” y Cuba “bloqueo” provocaron una crisis económica coyuntural sin precedentes desde 1959.
En este contexto, las autoridades estimularon la aplicación de métodos sugeridos desde el siglo XIX por pensadores sociales, agrícolas y naturalistas cubanos, quienes sentaron las bases de tradiciones con vigencia actual, y así resurgió con rapidez un movimiento de agricultura orgánica.
La dimensión ecológica del sector agrícola cobró fuerza con la creación y expansión de los centros de reproducción de entomófagos y entomopatógenos (CREE) como base para el control biológico de plagas a través de técnicas como el uso de feromonas sexuales, el control natural y el empleo de plantas repelentes, entre otras.
Adicionalmente, las autoridades impulsaron el desarrollo de la agricultura urbana con métodos ecológicos para disminuir los costos y el acceso de las familias a los alimentos.
En algunas áreas rurales, en tanto, fueron recuperadas formas tradicionales de laboreo como un mayor empleo de la tracción animal para eliminar costos de producción por el uso de combustibles y ayudar a la conservación de los suelos, además de propiciar una nutrición orgánica.
Según los especialistas, así creció este modelo de agricultura ecológica con un diseño integral que incorpora la diversificación de cultivos, el manejo integrado de plagas, la nutrición orgánica de los suelos, técnicas silvopastoriles, la rotación de cultivos, más la educación y capacitación de los trabajadores, entre otros elementos.
Por otra parte, desde el punto de vista energético, se inició una transición hacia las fuentes renovables (FRE), y en la actualidad según el portal de la Sociedad cubana de la promoción de este tipo de portadores y el respeto ambiental (Cubasolar) más de 40.000 instalaciones del país emplean FRE en calentadores solares, paneles, molinos de viento, plantas de biogás, hornos de producción de ladrillos con biomasa forestal, hidroeléctricas, turbo generadores, calderas y máquinas de parques eólicos.
Con el objetivo de ampliar este tipo de generación, el grupo corporativo azucarero cubano (AzCuba) desarrolla un programa de instalación de bioeléctricas en sus ingenios, de las cuales la primera está prevista en un área próxima al central Ciro Redondo, en la central provincia de Ciego de Ávila, reportó el Noticiero Nacional de Televisión (NTV).
Además, añadió que fuentes de energía hidráulica, eólica, solar, fotovoltaica y solar serán conectadas al Sistema Electroenergético Nacional en proyectos que prevén la recuperación de la inversión en periodos relativamente breves.
Cubasolar considera que por su posición geográfica y sus condiciones climáticas, la isla presenta las condiciones necesarias para incrementar la explotación de las radiaciones procedentes del Sol, que como promedio al año rebasan los 1 800 Kw/hora por metro cuadrado.
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