En conferencia de prensa en la sede de la cancillería cubana, el Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, aseguró que esta mañana se amaneció con la noticia por parte del Departamento De Estado de la actualización de la llamada lista de empresas cubanas sancionadas que llegan a ser unas 200, en las que se incluyan 5 nuevas.
Recordó que el asesor de seguridad nacional de EE.UU. John Bolton dijo el pasado 17 de abril que «juntos podemos terminar lo que comenzó en esas playas – Playa Girón- y que la doctrina Monroe está viva y muy bien. «Nadie debiera olvidar que la Doctrina Monroe ha estado históricamente asociada al uso de la fuerza por parte del imperialismo norteamericano en la América Latina y el Caribe», precisó.
El canciller cubano señaló que como se sabe Bolton escogió como locación para los anuncios a Miami y a un público selecto de los remanentes de la brigada vieja, dispersa y derrotada hace 58 años en Girón, llamada 2506. «Solo ese público anquilosado y derrotado históricamente podría aplaudir sus palabras», señaló.
Rodríguez Parrilla aseguró que el que escuchó o vio el discurso ridículo y macabro de Bolton seguramente recordó el memorando del 6 de abril de 1960 en el que el entonces subsecretario de Estado norteamericano, Lester Mallory, afirma que el único medio para que el pueblo cubano dejase de apoyar a su gobierno es «provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria», y para ello debían poner en práctica rápidamente todo lo que debilitara la vida económica del país, provocando hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.
«Parecen competir el asesor Bolton y el secretario Pompeo. Uno hace y el otro deshace. Uno se apura y el otro se demora. No siempre coinciden, curiosamente. Más que un juego de errores bien ensayado parece haber premura e improvisación», valoró el canciller cubano, pues casi una semana después de los anuncios nadie sabe de las regulaciones de aquellas criminales medidas.
«El Departamento de Estado, sin embargo, se afana en decenas de capitales en todas las latitudes del planeta en movilizar esfuerzos para agredir económicamente a Cuba».
Durante su intervención, el jefe de la diplomacia cubana informó que un documento desclasificado del gobierno de EE.UU. instruido a sus embajadas en semanas recientes, expresan como argumento de las medidas adicionales de bloqueo económico, político y comunicacional contra Cuba, la presencia de militares de servicios de inteligencia, de oficiales del ejército de la inteligencia cubanos que, según el documento, poseen un profundo arraigo en el estado venezolano.
«Es una vulgar calumnia que otra vez desmiento. Cuba no posee tropas ni fuerzas militares ni participa en operaciones militares ni de seguridad en la hermana República bolivariana de Venezuela», aclaró.
Rodríguez Parrilla calificó al asesor Bolton como un mentiroso patológico, por haber afirmado de forma desvergonzada el 17 de abril que el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba había reconocido recientemente la presencia de 20 mil matones cubanos en territorio venezolano, llamándole así al personal cubano de la salud compuesta por más de un 60 por ciento por mujeres.
Ese propio Memorando del Departamento de Estado, asegura el despliegue de fuerzas militares cubanas hacia la frontera de Venezuela con Colombia para realizar acciones provocadoras. «Miente, lo invito a que presente evidencia. El infame documento dice que decenas de miles de cubanos residentes en Venezuela han penetrado las instituciones y los servicios de ese país. Lo invito a que presente pruebas», exhortó el canciller.
Refirió también que la calumnia que más indigna es la que atribuye haber dicho a los médicos cubanos que van de puerta en puerta repartiendo medicinas y advirtiendo a los residentes que si no votan por el gobierno, le serán negados los servicios médicos. Y el propio documento dice que los cubanos se han insertado en PDVSA desde donde desvían recursos petroleros hacia Cuba. «Disimula el Señor Bolton el robo desvergonzado de la filial Citgo de los dividendos de las exportaciones petroleras venezolanas y de sus activos en terceros países».
Rodríguez Parrilla aseveró que el mismo documento instruye a sus embajadores a que insten a los gobiernos a condenar públicamente la conducta de Cuba y los llama a utilizar todos los instrumentos económicos y diplomáticos a su alcance contra nuestro país, reclamando que se hagan declaraciones públicas en foros multilaterales, que se apele directamente al gobierno cubano en reuniones bilaterales, que se trabaje estrechamente con el gobierno de los EE.UU. para propiciar declaraciones e iniciativas conjuntas en el ámbito multilateral en la OEA y en las Naciones Unidas. «Y recaba a los gobiernos que ofende con vulgar intervención en sus decisiones internas, invitándolos a dar a conocer al Departamento de Estado sus ideas sobre cómo pudieran trabajar unidos para debilitar al régimen cubano».
Para el canciller cubano, es curioso que en la prensa de Brasil se publicara el día antes de la intervención de Bolton, sobre un documento clasificado de la cancillería de ese país dirigido a los embajadores brasileros en diversas ciudades que, según esa misma prensa, expresa que ambos gobiernos decidieron unirse para, de forma coordinada condenar el apoyo ofrecido por La Habana a Nicolás Maduro. Según esas fuentes de prensa el canciller cree que una campaña internacional sobre Cuba podrá cumplir ese objetivo.
«Es significativo que se haya instruido también con las mismas palabras instar a las autoridades extranjeras a condenar con vehemencia el protagonismo de Cuba en la prolongación de la situación venezolana en foros regionales o multilaterales o incluso, en conversaciones directas con el gobierno cubano. Esa instrucción indica que deberá ser cumplida en coordinación con la Embajada de los EE.UU. aunque aclara de una manera sorprendente y cito el documento “que las gestiones no deben ser necesariamente conjuntas”».
Rodríguez Parrilla recordó el enfoque calumnioso y ofensivo para el personal de la salud de Cuba que trabajaba en las zonas más remotas y pobres de Brasil y que prestaba servicios a las familias de menos ingresos, y que fueron impedidas las condiciones para mantener la cooperación médica en ese país.
Señaló que una reciente declaración del gobierno cubano rechazó en los términos más enérgicos las medidas anunciadas el 17 de abril y reitera que el gobierno de EE.UU. acude nuevamente a las mentiras mas descarnadas para intentar justificar sus acciones. «Siempre lo ha hecho pero ahora lo hace de una manera más desvergonzada que nunca. Ha acusado a Cuba de atacar a sus diplomáticos, de violar los derechos humanos, de ser responsables por la situación que experimenta Venezuela, de constituir una amenaza para los EE.UU. y de representar los intereses de potencias extrarregionales en nuestro hemisferio».
Agradeció las expresiones de gobiernos de distintas partes del mundo y las voces que desde EE.UU. se han pronunciado claramente en rechazo a estas medidas, entre ellos muchos cubanos que allí residen. «Al igual que en el pasado, la política que ahora se endurece está condenada al fracaso y a acrecentar el aislamiento del gobierno de los Estados Unidos».
Para el canciller cubano, las restricciones de viajes anunciadas por Bolton, que se suma a la ya limitada posibilidad de viajar de los ciudadanos norteamericanos para el destino prohibido de Cuba, no tuvieron en cuenta la opinión de los electores estadounidenses, en particular los 650 mil ciudadanos norteamericanos que visitaron la Isla en 2018 ni la del medio millón de cubanos residentes en ese país que también lo hicieron. «Ignora deliberadamente la opinión de los ciudadanos de los EE.UU., de los sectores más diversos y crecientes que se interesan por una relación respetuosa hacia la normalidad en los vínculos entre ambos países».
Las restricciones a las remesas a las familias cubanas no solo lastiman los intereses y los ingresos de nuestro pueblo, de cada familia que tiene esos vínculos, también lesiona la libertad y el derecho de las personas en EE.UU. de enviar remesas a familiares, conocidos o allegados en Cuba y dañarán grandemente al sector cuentapropista de la economía cubana, reafirmó el canciller cubano.
Reiteró que la obligatoriedad de viajar a un tercer país para obtener visas de viajeros, debido al cierre de los servicios consulares en La Habana y hacerlo solo a un lugar para obtener visa de inmigrantes, con lo cual se incumple la obligación jurídica del gobierno estadounidense de conceder no menos de 20 mil visas anuales para migrantes y otros aspectos de los acuerdos migratorios vigentes y la suspensión de las visas temporales de entradas múltiples para las cubanas y cubanos, se lesionan los vínculos interfamiliares, los derechos de nuestros ciudadanos y de los residentes en los EE.UU.
Reafirmó que todas las medidas anunciadas castigan a las cubanas y cubanos, a todas las familias sin excepción, en Cuba y en EE.UU. y a todas las personas de buena voluntad en ese país, representan un incentivo a la migración irregular e insegura de ciudadanos cubanos, alientan el tráfico de personas, alimentan a las bandas que se dedican a la trata de personas y crea condiciones de riesgo que costarán vidas a personas que deseen utilizar esas vías.
«Las familias cubanas no debieran ser rehenes de las luchas políticas intestinas en los EE.UU., de la política inmoral y sucia que hoy prevalece en ese país, de los odios y rencillas que la política oficial atiza. No debieran ser rehenes de la competencia feroz entre republicanos y demócratas y Cuba, que no tiene relación alguna, ni debiera tenerla con la lucha partidista, no debiera ser en modo alguno objeto de las pugnas entre un partido u otro, de destrucción, de avances, de creación de retrocesos o de pugnas con presidentes anteriores», valoró el Ministro de Relaciones Exteriores de la Isla.
Resaltó también que de la misma manera que la voluntad invariable y permanente de Cuba de sostener relaciones basadas en los principios del derecho internacional, la absoluta igualdad soberana de los estados, el respeto mutuo y el beneficio reciproco, no está al alcance del vaivén de los partidos en ese país.
Dijo que la esencia de las medidas anunciadas implican, obviamente, un reforzamiento del bloqueo económico, comercial y financiero mediante la estricta aplicación de la ley Helms Burton que venía siendo aplicada ya brutalmente, pero ahora se incrementa al poner en aplicación a un titulo que había permanecido por varias décadas suspendida por su insensatez, su brutal agresión a intereses y soberanía de terceros estados y ser el resultado de acuerdos adoptados por gobiernos aliados.
«Esta ley, junto con las acciones especificas que ahora se anuncian, crearan necesariamente, efectos financieros, dañarán a las entidades cubanas y generarán mayores dificultades y carencias a nuestro pueblo. La meta declarada es asfixiar la economía y castigar al pueblo cubano en su conjunto con la finalidad de arrancar concesiones políticas a nuestro gobierno. Así ha sido siempre, parece que ahora lo será aún más», ratificó.
El diplomático cubano resaltó que a pesar del indudable impacto económico que estas medidas tendrán, no podrán mover un ápice la firme determinación de resistencia de las cubanas y cubanos ni acercarán en lo absoluto el viejo anhelo, el espejismo de derrocar a la Revolución Cubana y controlar los destinos de Cuba.
Aseguró que Cuba garantizará las condiciones jurídicas y honrará todos sus compromisos en esta materia y se mantendrá el rumbo ya asumido de acercamiento y ampliación de los vínculos entre la nación y los cubanos que residen en otros países, incluyendo los que viven en EE.UU., buscando maneras de superar obstáculos, de acercarlos a la Patria, de impedir que las acciones de un gobierno hostil y soberbio obstaculicen el vinculo natural entre nuestros nacionales y se continuará abriendo espacios de comunicación de intercambio y comunicación con ciudadanos de instituciones estadounidenses de toda su vasta geografía y los que han viajado a Cuba en los últimos años o deseen hacerlo, recibirán la calidad hospitalidad de nuestro pueblo, con los que se desea una relación de respeto, incluyendo el sector académico y el vinculado a las ciencias.
De igual forma, continuará el acercamiento con todos los que han promovido intereses comerciales y han establecido líneas de intercambio económico comercial de beneficio mutuo, ya sean residentes en los EE.UU. o en cualquier lugar del mundo.
«Quienes hoy tienen a su cargo la política exterior de los EE.UU no poseen la capacidad de borrar los profundos vínculos culturales que atan a las culturas de Cuba y norteamericana. Les podrá mortificar el espectáculo formidable de la jornada de las artes cubanas organizado en Washington entre abril y mayo del pasado año bajo el auspicio del Kennedy Center de Washington. Podrá molestarles pero carecen de fuerza para frenar el movimiento y el intenso metabolismo espiritual del arte entre las dos naciones», refirió.
Calificó a la política exterior de EE.UU. como una real amenaza sobre nuestro hemisferio, sobre una región declarada zona de paz, aunque quienes hoy conducen la política exterior estadounidense están empeñados en convertirla en una zona de conflicto, y son ellos quienes amenazan la paz y la seguridad internacionales.
«Esperamos prevalezca la posición serena, profesional, responsable y seria de las mentes lúcidas y honestas que actúan en el gobierno estadounidense o que ejercen influencia sobre este», significó.
Bruno Rodríguez Parrilla describió que el Producto Interno Bruto (PIB) es mas de 200 veces el de Cuba, su territorio multiplica por 89 veces el de la Isla, su población es 30 veces mayor, allí hay 87 veces más teléfonos celulares que en Cuba, 38 veces mas usuarios de redes que en la Mayor de las Antillas y ese país que alberga un cuarto de millón de soldados en 800 bases militares en 80 países y ejerce hoy como super potencia en el planeta amenaza a una Isla pequeña pero resguardada por el valor y la unidad de su pueblo y el extraordinario simbolismo de su historia.
Hizo un llamado a la comunidad internacional a detener la insensatez y la irresponsabilidad, a actuar antes de que sea demasiado tarde y a detener esta peligrosa escalada por el bien de los pueblos de Cuba, de los EE.UU., de la región y de todos los del planeta. «El mundo no puede permitirse permanecer impasible mientras se convoca a destrozar a países impunemente como ha ocurrido en otras regiones del planeta u ocurre hoy, incluso, en la actualidad».
«Los cubanos confiamos en la fuerza de la verdad, del derecho y de la justicia. Apelamos a los gobiernos, parlamentos, fuerzas políticas, movimientos sociales, populares, reivindicativos, indígenas, a los representantes de la sociedad civil, a los escritores y artistas, académicos, científicos, periodistas, intelectuales. Esperamos la acción de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la Organización Mundial de Comercio y de otras instancias multilaterales».
«Esperamos solidaridad del Movimiento de Países no Alineados, del Grupo de los 77, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños, de toda la comunidad internacional y de la opinión pública mundial», concluyó.
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